INTRODUCCION.
Para situar a los dos personajes que son el asunto de este libro, es necesario mirar atrás. Se trata de Rafael Landívar (1731-1793), autor de
Landívar fue un humanista de nuestro siglo dieciocho, pero tiene antecedentes. Es producto de toda una tradición, la clásica, que recorre nuestra enseñanza a partir de
Dentro de ese marco será posible comprender a Escobedo como traductor de Landívar. Se trata de una traducción-interpretación de
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HUMANISMO MEXICANO.
I. VITAL
Dice Gabriel Méndez Plancarte: “El humanismo grecolatino es una de nuestras más hondas y fecundas raíces, uno de los elementos vitales y específicos que han plasmado nuestra fisonomía espiritual y han contribuido a formar lo que bien podemos, sin rústica. jactancia, llamar la cultura mexicana”1.
Quizá la razón de lo afirmado por el eminente humanista se encuentra en que el humanismo grecolatino arranca de las raíces mismas del hombre. Todos los que de cualquier forma lo realizaron tenían conciencia de una íntima comunión con lo humano. Nada de ello les era despreciable o ajeno. Así lograron universalizarse y cobrar perpetua vigencia.
Fueron forjadores de un tipo de perfección humana: moral, social, política, económica y cultural. Doy los nombres de los insignes varones que, partiendo del humanismo grecolatino, entre otros, fundaron el humanismo mexicano. Ellos fueron: Fray Julián Garcés, Don Vasco de Quiroga, Fray Bartolomé de las Casas, Fray Juan de Zumárraga.
II HUMANISMO DOCENTE Y LITERARIO.
Las órdenes religiosas desempeñaron un importantísimo papel en la fundación y desarrollo de este humanismo en México.
Franciscanos, Dominicos, Agustinos,
El primer sitio que establecieron los jesuitas con ese fin fue el Colegio de San Pedro y San Pablo, cuyo método de enseñanza, en lo que a letras y humanidades clásicas se refiere, puede ser el exponente del sistema jesuítico en la materia. El Colegio Romano debería ser tenido como el prototipo de los Colegios de los jesuitas para la enseñanza clásica, teniendo como nervio de la enseñanza referida el método de
III.HUMANISMO MEXICANO DEL SIGLO XVIII.
No es de extrañar el rendimiento de frutos opimos surgidos de tales premisas. Sin desconocer el profundo humanismo que realizaron las Ordenes Religiosas, el clero diocesano y otras personas ajenas a la clerecía, quiero destacar al grupo de insignes humanistas jesuitas del siglo XVIII.
Ya he hablado de un sistema especial, de tipo humanístico eminentemente práctico de los colegios de
IV EL CREADOR DE
Rafael Landívar nació en Guatemala, en la ciudad de Santiago de los Caballeros, un 27 de octubre de 1731. Sus padres fueron Pedro Landívar y Caballero y Xaviera Ruiz de Bustamante. Sus primeras letras y
De su patria vino a México para ingresar al noviciado de los jesuitas, cosa que hizo el 17 de febrero de 1750 en Tepotzotlán. Desempeñó algunas cátedras: Sintaxis, en el Colegio del Espíritu Santo, en Puebla; Retórica, en el Colegio Máximo de México; Gramática y Filosofía, en el Colegio de San Borja de Guatemala.
Landívar fue ordenado sacerdote en 1755. Su estancia en México fue de unos diez años, regresando a su patria en 1760, donde se dedicó a la enseñanza en el Colegio San Borja hasta 1767, en que los Jesuitas fueron expatriados del Imperio Español por Carlos III. Murió en el destierro a los 62 años, el 27 de septiembre de 1793.
El poema Rusticatio Mexicana fue escrito en Bolonia, Italia, en las estrecheces del exilio aliviadas por el recuerdo de su patria, a la cual dedica la bella elegía con que principia el libro.
Landívar, en el preámbulo de su RUSTICATIO MEXICANA, nos advierte cuanto sigue:
1- Que su poema no tiene nada ficticio, que es testigo de que conoció todo lo que narra, salvo algunas cosas, pocas en verdad, que le dijeron algunas personas merecedoras de crédito, pero que comprobó personalmente cuanto le dijeron.
2- Que en el libro sobre las minas faltó mucho por decir, pero que a propósito no lo dijo, por requerir para ello un espacio mucho más amplio.
3- Que cuantas veces nombra a las divinidades antiguas, lo hace como un recurso poético y nada más. El sabe que son nada.
4- Que cuando encontremos algunos pasajes oscuros, tengamos presente la ardua tarea que supuso el poner temas muy difíciles en versos latinos.
Contenido del poema:
Libro primero: Descripción de la ciudad de México y de los lagos de Chalco y Texcoco. Pondera al lago de Chalco como superior a la fuente Castalia, admirando el ingenio de los indios, pues pudieron discurrir cómo poblar el lago con flotillas de huertos movedizos conocidos con el nombre de chinampas.
Libro segundo: presenta el valle del Jorullo con la pincelada ondulante de sus plantíos de caña, con la triscadora alegría de sus ganados. Singularmente bella es la estampa familiar de las aves de corral, con el abanderado -el pavo real-, obsesionado en izar sus colores. El Jorullo con una erupción terrible acabó con todo; no obstante la ruina, sobrevinieron el bienestar y el sociego.
Libro tercero: El asunto de este libro, único en que no se canta a México, es la destrucción de
Libro cuarto: Trata de la grana y la púrpura. De cómo el gusano purpúreo vive, se multiplica, a qué usos se ajusta su existencia, de los cuidados extremos que requiere para convertirse en grana.
Libro quinto: se ocupa del añil y su cultivo, azul venero de prosperidad, ya que se comercia en el mundo entero.
Libro sexto: Aquí, el objeto de la inspiración landivariana es la república de los castores. El poeta se muestra como un perfecto conocedor de su mundo.
Libro séptimo: describe las Minas de Plata y de Oro. Asunto que proseguirá en el
Libro octavo: con el título de “Beneficio de
Libro noveno: nos enseña el cultivo de los campos destinados a la siembra del azúcar. Cómo eran el trapiche y la molienda. Se hace una minuciosa descripción de cómo se transforma el jugo de la caña hasta quedar convertido en níveos terrones.
Libro décimo: Titulado “Los Ganados Mayores”, estudia todos los pormenores de los ganados equino y vacuno.
Libro undécimo: obedece al nombre de “Los Ganados Menores”. En él desfilan los rebaños de ovejas con su interminable triscar festonado de balidos; los rebaños de cabras con obsesión montaraz. La piara y la zahúrda, con una detallada enseñanza de los beneficios que se obtienen del ganado porcino.
Libro duodécimo: Las Fuentes, contiene algunos nombres de la geografía mexicana: “
Libro décimo tercero: “Las Aves”, en que la musa de Landívar se muestra más generosa, el poeta se muestra allí un implacable perseguidor del canto y los colores del mundo alado. La conjunción del poeta inspirado, su sensibilidad y fantasía logra singular encanto. El faisán, la perdiz, el yulqueo, el cardenal, la calandria, el pito-real, el Centzontle, el rise, el cuatro colores, el colibrí, el canario, la tzacua, la guacamaya, el águila, el halcón, el gavilán, son algunas de las aves presentes. Aquí, Landívar borda con sutiles agujas los más bellos primores.
Libro décimo cuarto: “Las fieras”. Muy distinta es la impresión que se experimenta al leer este libro. A cada paso podemos encontrarnos con el búfalo irascible, el león y el tigre, el oso, la pantera, el lobo, el coyote, el jabalí, el puerco espín, o con el ciervo que se desplaza imprimiendo agilidad al paisaje. El poeta nos enseña el modo de cazar a las diferentes fieras.
Libro décimo quinto: “Los juegos”. Si Landívar debió encontrar dificultades para los temas hasta aquí tratados, mayores aún encontró para las diversiones mexicanas, Imaginemos al poeta describiendo en hexámetros latinos: la pelea de gallos, las corridas de toros, el juego de los indios voladores, el palo encebado, el juego de pelota, todo con gracia y precisión.
El poema termina con un canto a “
1 comentario:
¿Sería posible encontrar una traducción completa del libro de Rafael Landívar, denominado Rusticatio mexicana?
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