De Católico a Testigo de Jehová
Por : R. M. P.
Como las sectas protestantes se han incrementado mucho en nuestra nación, muchos católicos se han creído de ellos y han abandonado su religión de sus antecesores. Uno se equivoca y piensa que fulano o sutano es católico, cuando ya no lo es; ahora es Evangélico, Mormón o Testigo de Jehová, etc. Eso me pasó con un viejo amigo mío, a quien llamaré Mariano González, por cierto muy fiel compañero en las lides sindicales de otros tiempos. Yo siempre lo había estimado y él a mi por consiguiente. Un día me lo encontré en el tianguis del día martes en la calle de Arteaga y luego de saludarnos me dijo:
"Mira Rodo, tú sabes que yo siempre te he estimado, por lo mismo yo quiero que tú no te vayas a condenar en el infierno. Yo desde hace tiempo te lo quería decir, pero hasta ahora aprovecho esta oportunidad en que nos estamos mirando". –Al oír esto me quedé muy sorprendido diciéndole: "Bueno, mi buen Mariano, pues yo tampoco deseo rostizarme en las llamas del infierno, pero dime: ¿Por qué me dices eso?" –Bueno amigo Rodo, es que yo ya no soy católico, ahora soy Testigo de Jehová. Ellos mediante sus enseñanzas me han indicado con la Biblia en la mano, todos los errores de la Iglesia Católica, desde el Papa hasta el último de sus sacerdotes. Razón por la cual la Iglesia Católica es falsa y todos los que la sustentan por nada del mundo se salvarán; pues todos, completamente todos son candidatos para ser torturados en el infierno, y yo buen amigo tuyo, te sugiero que te hagas Testigo de Jehová, nada te cuesta, yo te recomiendo con el Pastor y todos los hermanos, vieras qué bonitas asambleas. ¿Qué dices, aceptas?
-Amigo Mariano, ahora el compadecido eres tú, no yo, porque has tenido la desgracia de dejar el recto camino, para tomar otro, completamente equivocado. Pero bueno, todos somos libres para tomar lo que creemos mas conveniente. Sin embargo agradezco tu buena voluntad, pero debo decirte que yo soy un católico convencido y me he comprometido conmigo mismo A QUE PRIMERO MUERTO QUE CAMBIAR DE RELIGIÓN. No es fanatismo, ¿sabes por qué es? Porque gran parte de mi vida, la he empleado en investigar la verdad de la religión que me legaron mis padres, que es la católica y después de leer y meditar decenas de libros por eminentes filósofos, historiadores y teólogos, he llegado a la conclusión que la Religión Católica, Apostólica y Romana es la verdadera.
Aparte de muchas evidencias ciertas que avalan esos estudios, sin contar las investigaciones científicas de eminentes doctores y parapsicólogos que han realizado exhaustivos estudios sobre la inmortalidad del alma y el destino de ella en el Otro Mundo, u otra dimensión a donde todos llegaremos después de nuestra muerte. Pues nuestro espíritu o alma no muere; el cuerpo se desintegra, aunque este cuerpo físico también tiene su significado. Mira Mariano, ya en estas fechas lo que más me interesa es el conocimiento de la vida presente y su relación con la vida futura de nuestro espíritu, en ese misterioso "Más Allá" que poco comprendemos. Esos estudios y otros igualmente profundos, que tiene vinculación con la inmortalidad del alma como te he dicho, es lo que más me interesa en esta última etapa de mi existencia en este mundo.
-Está bien, -me dijo mi amigo, yo respeto tu forma de pensar, sin embargo, también a nosotros nos enseñan qué le sucede al hombre después de su muerte. Todo en base al Libro del Apocalipsis que trata del Juicio Final. Es decir, yo te puedo contestar las preguntas que quieras hacerme. -Está bien amigo Mariano, entonces dime según tus instructores, qué nos espera después de la muerte. –Bueno, -me respondió Mariano: -Eso se relaciona con el Juicio Final. –De acuerdo Mariano, pero empieza desde el principio para ir por orden. –Tienes razón amigo Rodo, -me respondió:
-Entonces, en pocas palabras te diré que: "Al morir el hombre, MUERE SU CUERPO Y MUERE TAMBIÉN SU ESPÍRITU. Estas dos entidades mueren juntitas, van a parar a la tumba, para resucitar el día del Juicio Final, para ser juzgados por Dios. Los buenos volarán al Cielo y los réprobos serán arrojados al infierno. Todo según la suerte que les toque. -Mira Mariano, tú ya me hiciste tronar, ¿Tú crees esa burrada?, pobres Testigos de Jehová... Parece que no tienen cerebro para pensar, pues, ¿Dónde tienen la cabeza? Esos Pastores deberían ilustrarlos como manda siquiera el sentido común y no embrutecerlos haciéndolos semejantes a los burros... Eso no está bien Mariano.
Mira Mariano: los hombres más eminentes en materias religiosas, todos ellos han reconocido QUE EL ALMA ES INMORTAL por ser de naturaleza divina. El espíritu o alma es inmortal, no es corruptible como el cuerpo físico. 500 años antes de Cristo, los filósofos griegos Sócrates, Platón y otros, enseñaban a su pueblo, que cada cual poseía un principio inmortal indestructible, por el cual el hombre se distinguía de los animales. Sabemos que el hombre al morir se aparta de la materia muerta, luego, siguiendo un proceso establecido por Dios, penetra a la otra Vida Futura, que es luz y felicidad y en ella se encuentra, mejor dicho, vienen a su encuentro sus seres queridos o los Santos de su devoción, quienes lo conducen ante el Señor, DONDE TENDRÁ LUGAR SU JUICIO PARTICULAR. Si no está del todo limpio, pasará una corta o larga temporada en el purgatorio.
Ya limpio, podrá entrar al reino del cielo donde lo estarán esperando los suyos para ser feliz por toda la eternidad. Tú me dirás que no hay pruebas, pues nada dice la Biblia de todo eso que tú me has dicho. Sí las hay, Mariano. Sin remontarnos muy allá, el primer caso que cita el Nuevo Testamento es el ocurrido al primer mártir del Cristianismo que lo fué San Esteban. En su agonía gritaba: "¡Veo los cielos abiertos! ¡Miren! Veo los cielos abiertos y al hijo del hombre a la derecha de Dios". Mientras lo apedreaban, Esteban oró, diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu", Hechos de los Apóstoles, Cap. 7-8, versículos 56-60 del Nuevo Testamento de la Biblia Católica. De modo que el cuerpo de San Esteban murió a pedradas, pero su espíritu fué recibido en el Cielo por Nuestro Señor Jesucristo.
Otro caso sumamente reciente, fué el ocurrido al Señor André Frossard, un buen escritor, periodista, pero muy ateo. A este señor se le ocurrió citar a un amigo suyo en el interior de una pequeña iglesia a manera de oratorio en el centro de París, para de ahí, irse juntos a la paseada. Al llegar el amigo, notó que su amigo miraba extasiado hacia lo alto en dirección a la cúpula de la iglesia. ¿Qué veía el Sr. Frossard? Pues, ¡casi nada! Vió el Cielo abierto y palpó las glorias de Dios en su Reino Celestial, al igual que San Esteban. Dice el Sr. Frossard: "quedé tan impresionado que en esos diez minutos que duró aquella visió no dormido y sin yo buscarla, me volví de inmediato un perfecto Católico, Apostólico y Romano, habiendo sido minutos antes un Ateo-Comunista".
Ver sus libros, son muy edificantes. Cristo predicaba diciendo a su pueblo: "Mi reino no es de muertos, sino de vivos". –Mira Mariano, te voy a citar un último ejemplo de que el alma no muere en ningún momento: -Después de la Resurrección del Señor, éste varias veces se les apareció a los apóstoles. En una de ellas, estando ellos reunidos en cierto lugar, el Señor se les apareció, pero esta vez se encontraba ausente el Apóstol Santo Tomás. Los apóstoles contaron a Tomás que el Señor había estado con ellos, pero Tomás no creyó. Sin embargo al día siguiente, estando todos reunidos, llegó el Señor; los saludó y pidió de comer. Comió con ellos, luego dirigiéndose a Tomás, le dijo: "Tócame, mete tu mano en mi costado. Estoy vivo". Tomás, maravillado dijo: "Perdón Señor por haber dudado". –Entonces el Señor dijo: "Dichosos los que creen sin haber visto". –Como dice San Pablo: "Si Cristo resucitó, es evidente que también nosotros resucitaremos como Él". –Con estas evidencias, dime Mariano, ¿Dónde queda la creencia de que muere el alma?
Mira Mariano, por favor escúchame; piensa en esto: nadie sabe cuándo será el día del Juicio Final, eso sólo Dios Padre lo sabe. Así respondió el Maestro Jesús, a una pregunta que le hicieron los discípulos a su Maestro. Entonces, el Juicio Final puede
suceder mañana, dentro de cien o mil años, dentro de un millón de años, o de miles de millones de años, o quizá nunca, pues nuestro Padre Dios puede cambiar de planes. Y tú amigo Mariano, vas a estar muerto toda esa eternidad sin tener casi ninguna esperanza de que tenga lugar. No Mariano, ni como teoría se puede aceptar ese concepto ilógico, pues no tiene base alguna, en ninguna filosofía ni teología ni históricamente. Si le damos crédito a la muerte total del hombre, ¿entonces para qué de la existencia de la gloria, del purgatorio y del infierno?
Mira Mariano, cómo tu sabes (a menos que ya no te acuerdes) Nuestra Religión Católica enseña que cuando el hombre muere, su espíritu se aparta del cuerpo y como es inmortal vuela a la presencia de Dios DONDE TIENE LUGAR UN JUICIO PARTICULAR, el cual será válido por toda la eternidad. Si amerita purificarse, pasa su alma una corta o larga temporada en el purgatorio. Ya limpia, de inmediato pasará al Santo Reino de Dios, donde se unirá son sus seres queridos para no separarse nunca más... Finalmente el día del Juicio Final, bajarán todas las almas del cielo, para fusionarse con sus cuerpos, que surgirán glorificados; regresando a su morada celeste para no volver jamás de los jamases a la tierra, pues irán a poblar LA NUEVA JERUSALÉN que estará en algún lugar en el mismo reino de Dios.
En cuanto a los que desde un principio se fueron al infierno, pues esos ya se "fregaron". Porque adondequiera que sea cambiado el infierno, para allá volarán juntamente con Satán y los suyos. En efecto, el infierno puede ser cambiado a los HOYOS NEGROS DE LA CABEZA DE CABALLO EN LA CONSTELACIÓN DE ORIÓN o bien a otra Galaxia, como a la Gran Nebulosa de Andrómeda de la Constelación de Casiopea, que dista 500 años luz de la tierra a esta distancia el infierno se pierde en las profundidades del espacio. ¿Cómo te parece el asunto amigo Mariano, ¿Verdad que todo esto es muy interesante?
-Pero amigo Rodo, tú ya me revolviste la Religión con la Ciencia y eso me desconcierta... –No tienes por qué asustarte. Si yo te digo que existe una evidencia en el sentido de que el espíritu, ya juzgado de Dios y si él te lo permite, puedes contemplar los Arcanos del Universo y viajar con la velocidad del pensamiento, de manera que tú en un abrir y cerrar de ojos, puedes volar de un planeta a otro, como lo hace el colibrí, cuando lo ves que anda chupando la miel de flor en flor. ¡Ah!, pero si tú estás muerto de cuerpo y espíritu, ¿Qué puedes estar mirando? –Nada, nada... pues estás muerto por los siglos de los siglos, Amén.
Así pues amigo Mariano, déjame en paz y como dice una canción: "Sigue feliz tu camino y que te vaya bien" –Oye, espera solo un momentito: yo creo que tienes mucha razón. En todo caso, nadie me obliga estar en esa Secta, soy libre y puedo pensar diferente... y se fué mi amigo casi sin despedirse de mi. Desde ese día no he vuelto a ver a mi amigo Mariano. Ojalá y haya cambiado su manera de pensar, para volver al redil, pues esa oveja andaba perdida, como muchas otras, que han dejado el recto camino, para tomar otro que solo los pueden conducir al error y a las tinieblas de un mal pensar. Pues como dice el Padre don Luis Butera: "CATÓLICO IGNORANTE, SEGURO PROTESTANTE". Y eso es, pues un católico que ha construido su fe en roca maciza, ninguna tormenta puede derribar su fe.
Cuánta razón tiene el Padre don Luis Butera. A diario vemos cómo muchos católicos se entregan como corderitos en brazos de las sectas que pululan por doquier. A veces yo me digo: "necesitamos UNO O VARIOS "ANANÍAS" que vengan al mundo a curar a tanto ciego que no pueden ver la luz de la verdad, lo cual es necesario que ese o esos Ananías, así como fué curado Saulo de Tarso (San Pablo), así que sean curados, no solamente los protestantes, también los Masones y los comunistas. A efecto que caigan al suelo las escamas de sus ojos que no los dejan ver la luz de ese otro mundo que ya vió San Esteban y otros grandes místicos que han percibido la luz de la divina verdad.
Bien dijo Nuestro Señor Jesucristo: "No teman a los que matan el cuerpo, sino a los que matan el alma". –Sí, hermanos míos en Cristo Jesús, no os dejéis colocar la venda que te dejarán ciego. Cuando sientas que el demonio te la quiere poner en tus ojos, ¡Arrójala! por allá lejos y di, con todas tus fuerzas ¡No!¡No! y No... Esta es una buena solución para que nos dejen en paz y no perturben el recto camino que llevamos como leales católicos de esta América que tanto ama la morenita del Tepeyac.