HISTORIA DE LA MÚSICA POPULAR MEXICANA
Palmerín: florecimiento de la canción yucateca, 1922-1928 (continuación)
La Difusión
La canción yucateca surgió definitivamente y se propagó en toda la república gracias a la proyección de dos de sus más grandes artistas: Pepe Domínguez, incansable difusor y conocedor profundo del estilo de la canción trovadoresca, y Guty Cárdenas, el talentoso joven prodigio de la canción yucateca, cuya obra, interrumpida por su trágica y prematura muerte, pudo colocarlo –gracias a su innegable belleza y originalidad- entre los grandes de la canción mexicana.
Pepe Domínguez, a la cabeza del quinteto Mérida, fué el responsable de la extraordinaria difusión de la canción yucateca durante los años veinte. En 1922, Pepe Domínguez entonces activo en la ciudad de Mérida, hizo la música de “Rayito de sol” que tuvo un gran éxito. En 1926, popularizó en La Habana su canción “Linda muñequita”. En 1928, realizó dos giras por la república difundiendo toda la obra de los autores yucatecos y de su cosecha, aquel apasionado “Beso asesino” que tan bien define su estilo romántico y su “Aires del Mayab” de inspiración más bien campirana.
La meteórica carrera de Guty Cárdenas como cantante, iniciada en la propia Mérida al ser descubierto su interesante talento por Tata Nacho, pareció opacar durante algún tiempo el valor auténtico de una obra que cuenta entre sus canciones más logradas creaciones juveniles, como “Flor” y la emotiva “Nunca”, premiadas en un certamen en 1927 en el Teatro Lírico de la ciudad de México. Rubén Darío Herrera grabó para la compañía fonográfica Brunswick varios disco de éxito en los años treinta, pero fuera totalmente del género trovadoresco: el fox “Luces de cabaret” y “Muñequita de placer”.
Éxodo
La última generación de cancioneros yucatecos desarrolló sus actividades por lo general fuera de la península; el propio Palmerín llegó a México a principios de los cuarenta, continuando una migración iniciada una década atrás por el quinteto Yucatán, el dueto Domínguez Castillo, Rubén Darío Herrera y muchos conjuntos trovadores. Los ocasionales retornos o vacaciones de alguno de los triunfadores eran un acontecimiento en la ciudad de Mérida; el 20 de febrero de 1930, Guty pasaba una temporada en su ciudad natal y en el Diario de Yucatán alardea de su contrato con la Columbia Phonograph Co. de Nueva York.
A pesar de la ausencia de sus primeras figuras, la vida musical en Yucatán continuó su propio curso, aunque en su mayor parte alimentada por las glorias del pasado reciente o de los prestigios ya hechos. El 6 de enero de 1935, el ayuntamiento de la ciudad de Mérida organizó un festival para dar a conocer la trayectoria de la canción yucateca de 1890 a la fecha.
Las Últimas Décadas
En 1949 se formó la Sociedad Artística Ricardo Palmerín y en torno a ella giraría la vida musical y la creación trovadoresca de la península, animada de vez en cuando por la llegada de algún artista del Distrito Federal, tan célebre como Agustín Lara, quien ejerciera una influencia notable con algunos de los representantes de la última generación de cancioneros que se dieron a conocer en la Sociedad Palmerín.
Pastor Cervera, Juan Acereto y Enrique (Coqui) Navarro son compositores innegablemente dotados como melodistas. Al prescindir del tradicional letrista elaborando sus propias letras (a veces defectuosas), crean una diferente estructura alejada del estilo tradicional:
EN TUS OJOS
Y lejos de conquistar tantas grandezas
el hielo de tu desdén va marchitando
el encanto azul de tus ternezas.
Pastor Cervera
CAUTIVO DE AMOR
Dardo de amor fué
tu mirada soñadora
aquí en mi alma se clavó
con ansias nuevas
resucitando por fin
aquel poema ya sepultado.
Juan Acereto
Y lejos de conquistar tantas grandezas
el hielo de tu desdén va marchitando
el encanto azul de tus ternezas.
Pastor Cervera
CAUTIVO DE AMOR
Dardo de amor fué
tu mirada soñadora
aquí en mi alma se clavó
con ansias nuevas
resucitando por fin
aquel poema ya sepultado.
Juan Acereto
Pastor Cervera, el Revolucionario de la Trova, según Baqueiro Foster, dió a conocer en la radio y la televisión nacionales un sinnúmero de canciones entre las que podrían citarse “Amor y dolor”, “Ansia” y “Así te adoro”.
Juan Acereto, también muy conocido por sus cualidades de fino cantor, es autor de “Cautivo de Amor” y “Cuando tú llegaste”. Enrique (Coqui) Navarro (1934), autor de la original canción “Despierta Paloma”, formó en su adolescencia, en 1949, un trío junto con René Frías y Polo García. No deja de ser significativo que ese trío haya sido bautizado por Los Panchos en gira por Yucatán, como Los Panchitos. En efecto, el estilo de los conjuntos yucatecos se asemejaba cada vez más al estilo del trío de México; los bambucos y las claves tendían a desaparecer y sólo prevalecía el bolero romántico al estilo de Los Panchos.
En la actualidad, algunos grupos como el trío Montejo y Los Magaña tratan de mantener el repertorio tradicional de canciones yucatecas. Fuera de Pastor Cervera, quien ha hecho su carrera musical en la península y es un vivo ejemplo de trovador bohemio que compone sus propias obras y aún canta canciones de Palmerín, sería difícil mencionar un compositor al estilo de los antiguos trovadores.
La canción peninsular es hoy día sobre todo motivo de conmemoraciones y remembranzas. Las tradiciones, al igual que las personas que las representan, desaparecen. Nuevas sensibilidades, nuevos ambientes, crearán tal vez nuevas tradiciones. Para decirlo con las palabras del letrista yucateco Ricardo López Méndez, en una oración dedicada al fallecido Palmerín:
Es contigo una época la que cierra los ojos
y una voz cancionera la que deja de ser.
¡Cómo las golondrinas, que se van con los sueños
con todos los recuerdos, te nos vas tú también!
y una voz cancionera la que deja de ser.
¡Cómo las golondrinas, que se van con los sueños
con todos los recuerdos, te nos vas tú también!
(continuará…)
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