Noches de Salvatierra
Yo le quiero cantar,
tierra de mi querer,
al embrujo sin par
que hay en tu anochecer.
A las veces que fui
con tu cuna de plata,
a cantarle a mi amor
bajo de su balcón,
mi mejor serenata.
Qué bonito es gozar
de tus noches divinas,
irse a callejonear
escuchando cantar,
la alegre estudiantina,
bajo la luna azul
que tu cielo de tul
orgullosa ilumina.
Hoy recuerdo en mi canto
esas noches tan bellas,
siempre llenas de encanto,
siempre llenas de estrellas.
Descifrar quién podría
el misterio que encierran
en su rara quietud
esas noches de amor
que solo hay en mi tierra.
Nada puede igualar
esas noches de amor,
noches de Salvatierra.
Mario Carreño G.
Yo le quiero cantar,
tierra de mi querer,
al embrujo sin par
que hay en tu anochecer.
A las veces que fui
con tu cuna de plata,
a cantarle a mi amor
bajo de su balcón,
mi mejor serenata.
Qué bonito es gozar
de tus noches divinas,
irse a callejonear
escuchando cantar,
la alegre estudiantina,
bajo la luna azul
que tu cielo de tul
orgullosa ilumina.
Hoy recuerdo en mi canto
esas noches tan bellas,
siempre llenas de encanto,
siempre llenas de estrellas.
Descifrar quién podría
el misterio que encierran
en su rara quietud
esas noches de amor
que solo hay en mi tierra.
Nada puede igualar
esas noches de amor,
noches de Salvatierra.
Mario Carreño G.
Adiós Salvatierra
Adiós Salvatierra,
adiós linda tierra
que me vió nacer.
Me voy de tu lado
llevando en el alma
el presentimiento
de ya no volverte a ver.
¡Qué lindo es tu cielo,
tus campos floridos
que me hacen soñar!
Tus templos preciosos,
tus calles tranquilas,
y todo se envuelve
en un sueño sin igual.
Tus bellos jardines
han sido testigos
de mi gran amor.
Cantando mis cuitas
pasabas las noches,
las noches más bellas
tan llenitas de ilusión.
Adiós a mis amigos
que me acompañaron
en mi pena cruel.
Fieles compañeros
de mis aventuras,
de mis alegrías
y mi triste padecer.
Adiós prenda amada,
mujer adorada,
no te olvidaré.
Tú serás por siempre
la dueña de mi alma,
tesoro bendito,
al que siempre le canté.
Adiós Salvatierra,
adiós linda tierra,
que me vió nacer.
Me voy de tu lado
con mucha tristeza,
pero con orgullo
siempre te recordaré.
Mario Carreño G.
Adiós Salvatierra,
adiós linda tierra
que me vió nacer.
Me voy de tu lado
llevando en el alma
el presentimiento
de ya no volverte a ver.
¡Qué lindo es tu cielo,
tus campos floridos
que me hacen soñar!
Tus templos preciosos,
tus calles tranquilas,
y todo se envuelve
en un sueño sin igual.
Tus bellos jardines
han sido testigos
de mi gran amor.
Cantando mis cuitas
pasabas las noches,
las noches más bellas
tan llenitas de ilusión.
Adiós a mis amigos
que me acompañaron
en mi pena cruel.
Fieles compañeros
de mis aventuras,
de mis alegrías
y mi triste padecer.
Adiós prenda amada,
mujer adorada,
no te olvidaré.
Tú serás por siempre
la dueña de mi alma,
tesoro bendito,
al que siempre le canté.
Adiós Salvatierra,
adiós linda tierra,
que me vió nacer.
Me voy de tu lado
con mucha tristeza,
pero con orgullo
siempre te recordaré.
Mario Carreño G.
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