Vive tu Vida y Se un Genio
Dictadura y Capitalismo son lo Mismo
Ahora bien, la dictadura no es sino el propio y mismo capitalismo que sólo cambió de manos. Hasta suele llamársele capitalismo de Estado. Podríamos decir que es el capitalismo llevado a su realización extrema. De nuevo son unos cuantos individuos los que detentan la riqueza, sólo que aquí ya no son los industriales o banqueros, sino un grupo de políticos, y no veo qué ganaremos con el cambio. Este grupo se habrá incautado toda la propiedad del pueblo: le habrán quitado al rico su palacete, mas al pobre también lo despojaron de su humilde jacal o de la casita que pagaba en abonos; se adueñaron del Cadillac; pero asimismo de la bicicleta del pobre. ¡Barren parejo! Ellos son los únicos poseedores y el pueblo quedará enteramente desposeído. Dirán que es para repartir equitativamente, pero ¿y aquello de que "el que parte y reparte..."?
El ideal máximo del capitalista: lograr el monopolio, se realiza, y con creces, en el trust gubernamental del comunismo. Todos quedamos a merced de un puñado de políticos dueños de la riqueza, pero con el agravante de que también serán dueños del poder. ¿Cómo protestar? ¿Ante quién? ¿Ante cuál juez imparcial, si el juez es el Estado Patrón? ¿Cómo defendernos si a estos hombres, de no muy reconocida moralidad, les diera por ser injustos y explotarnos? Porque nadie puede garantizarnos que ellos serán para nosotros como unos padres amorosos. Opinamos que entre el gobierno y el pueblo deben dividirse el poder y la economía para que no monopolice ambas cosas el Estado.
Que el poder quede para los gobernantes; pero que la riqueza sea poseída por el pueblo. Sólo así se equilibrarán las dos potencias. Por tanto, en vez de abolir la propiedad privada deberá hacerse exactamente lo contrario: la propiedad debe extenderse y darse a todos. La propiedad es un derecho, un derecho de todos y una obligación, además. El lema del cooperativismo, doctrina de la cual quiero hablar a ustedes, es: "No todos proletarios sino todos propietarios".
Cuando el gobierno nacionaliza alguna industria, como los ferrocarriles, la energía eléctrica, etcétera, debemos preguntarnos si la incautó para el pueblo o para el propio Estado. No hay que ir muy lejos para hallar la respuesta: el dueño será quien posea los títulos de esa propiedad, bonos, acciones, etcétera. ¿Tengo yo, o tienen ustedes, alguno de esos documentos? ¿No? Luego, no es nuestra, sino del grupo gubernamental que los posee. Y el contarnos que es nuestra, será pura música celestial y no recibiremos más beneficios que los que buenamente se dignen otorgarnos como un favor sus verdaderos propietarios. Esta nacionalización se llama estatal. Pero hay otra, la verdaderamente popular: yo, y muchas de las personas que me escuchan, poseemos títulos de Teléfonos de México y cada año, en abril, cobramos dividendos que casi equivalen a lo que pagamos durante un año por el servicio telefónico, el cual nos resulta prácticamente gratis. Aquí experimentamos con evidencia el beneficio. "Pájaro en mano y no ciento volando". ¡Qué distinta la expropiación por el Estado y la expropiación por el pueblo! La primera se inspira en el marxismo; la segunda, en el cooperativismo.
El Sistema Cooperativo
La teoría económica del sistema cooperativo tiene como base esta idea moral: la propiedad es un derecho de todos y constituye el baluarte de la libertad. Usted será esclavo de cualquier jefe mientras no tenga ni en qué caerse muerto y tendrá que aguantarlo todo; sólo la adquisición de la propiedad le irá permitiendo el libre ejercicio de su albedrío. Pues bien, este derecho de ser libres, es violado por el capitalismo y por la dictadura socialista. La meta cooperativa es la abolición del salario para sustituirlo por la copropiedad... (continúa)
Tomado del Libro: "Vive tu Vida y se un Genio"
de: Emma Godoy
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