¡Oh Cristo, dígnate hacer de mí
un hombre de profunda vida interior!
un alma de intensa vida de oración;
un carmelita, carmelita…
¡Oh Cristo, recuérdame que mi vocación
en el Carmelo es el amor,
y que la vocación al amor
es un llamamiento al martirio…
¡Oh Cristo!, hazme fiel y generoso
para seguir todas tus insinuaciones;
para vivir callado
y oculto contigo en Dios,
bondadoso y puro,
sencillo y abnegado,
en una vida llena de trabajos
y sacrificios.
¡Oh Cristo, aumenta en mí
el hambre y sed de Ti…
Colma Tú mis deseos
de santidad y humildad.
¡Oh Cristo, dame la gracia
de trabajar hasta agotarme por Ti…
de orar sin desfallecer…
de sacrificarme sin decir jamás ¡Basta!
¡Oh Cristo!, recuérdame que mi vocación
es el amor, y el amor
es una vocación al martirio,
a la inmolación absoluta
de mí mismo,
como ofrenda a la Trinidad.
del Padre
Salvador Rivera O.C.D.
tomado del libro:
"El Sonido de un Silencio Ligero"
un hombre de profunda vida interior!
un alma de intensa vida de oración;
un carmelita, carmelita…
¡Oh Cristo, recuérdame que mi vocación
en el Carmelo es el amor,
y que la vocación al amor
es un llamamiento al martirio…
¡Oh Cristo!, hazme fiel y generoso
para seguir todas tus insinuaciones;
para vivir callado
y oculto contigo en Dios,
bondadoso y puro,
sencillo y abnegado,
en una vida llena de trabajos
y sacrificios.
¡Oh Cristo, aumenta en mí
el hambre y sed de Ti…
Colma Tú mis deseos
de santidad y humildad.
¡Oh Cristo, dame la gracia
de trabajar hasta agotarme por Ti…
de orar sin desfallecer…
de sacrificarme sin decir jamás ¡Basta!
¡Oh Cristo!, recuérdame que mi vocación
es el amor, y el amor
es una vocación al martirio,
a la inmolación absoluta
de mí mismo,
como ofrenda a la Trinidad.
del Padre
Salvador Rivera O.C.D.
tomado del libro:
"El Sonido de un Silencio Ligero"
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