A Chela Alcaraz
Te descubro al caminar
feliz en la polvareda
llenando de gozo y gracia
el camino de la iglesia.
Tus huellas van dibujando
ángeles en la vereda
y te persiguen hermosas
mil siluetas de sirena
que vas dejando al pasar
descalza sobre la arena.
La Virgen apareció
para llevarse tus huellas
tras de las huellas de Cristo
por caminos de violetas
plenas de virginidad
y de la humildad de sierva.
Ángel de anunciación
anuncia tu gracia nueva...
Así te huiste al convento,
feliz y dichosa, Chela.
El tiempo se va alejando,
pero no la polvareda
ni la fragancia de nardos
ni el perfume de gardenias
de tus recuerdos de virgen
que hacen hermosa a la Iglesia.
Ya no nos dibujas peces
descalza sobre la arena,
sino presencia de Cristo
con toda tu vida entera.
Tus huellas son testimonio
y nuestras vidas arena
donde tú siembras y nacen
Cristos en nuestra conciencia
Con tu vida virginal
plantas lirios y violetas
y das al aire fragancia
espiritual de azucenas.
Persevera en la hermosura
de tu gozo y gracia nueva.
Así edificas el Reino
feliz y dichosa, Chela.
Tomada del Libro: “Mi Desierto, Poesías”
del Padre Rafael Alcántar Mondragón
Te descubro al caminar
feliz en la polvareda
llenando de gozo y gracia
el camino de la iglesia.
Tus huellas van dibujando
ángeles en la vereda
y te persiguen hermosas
mil siluetas de sirena
que vas dejando al pasar
descalza sobre la arena.
La Virgen apareció
para llevarse tus huellas
tras de las huellas de Cristo
por caminos de violetas
plenas de virginidad
y de la humildad de sierva.
Ángel de anunciación
anuncia tu gracia nueva...
Así te huiste al convento,
feliz y dichosa, Chela.
El tiempo se va alejando,
pero no la polvareda
ni la fragancia de nardos
ni el perfume de gardenias
de tus recuerdos de virgen
que hacen hermosa a la Iglesia.
Ya no nos dibujas peces
descalza sobre la arena,
sino presencia de Cristo
con toda tu vida entera.
Tus huellas son testimonio
y nuestras vidas arena
donde tú siembras y nacen
Cristos en nuestra conciencia
Con tu vida virginal
plantas lirios y violetas
y das al aire fragancia
espiritual de azucenas.
Persevera en la hermosura
de tu gozo y gracia nueva.
Así edificas el Reino
feliz y dichosa, Chela.
Tomada del Libro: “Mi Desierto, Poesías”
del Padre Rafael Alcántar Mondragón
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