Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

viernes, 13 de mayo de 2011

Rincon para niños

La Envidia y la Gloria

“Desdichada de mí, dijo la hoguera,
siempre el humo me sigue donde quiera,
y envuelta entre sus sombras me consumo”.
Al escucharla el humo,
-”Odio, le dijo, tu fulgor brillante,
y te he de oscurecer a cada instante.”
-”Aparta, por piedad, tu sombra oscura,
dijo entonces la hoguera con ternura,
yo nunca te ofendí, ¿Por qué me humillas?”
-”Que yo aparte mi sombra, ¡qué locura!
Te odio, contesta el humo, porque brillas”.

Esto pasa, lectores, en el mundo;
abrid, si lo dudáis; abrid la historia;
la envidia siempre, con rencor profundo,
porque la ve brillar sigue a la gloria.

El Labrador y el Asno

Un generoso labrador un día
se condolió en el alma, del destino
del mísero pollino;
y a un asno que tenía
“cese, dijo, mi horrible tiranía;
libre serás desde hoy, independiente”
Y en tanto que decía,
acaricióle el cuello con ternura
y el razonal desatóle complaciente.
Agradeciendo el asno la finura,
saltando se alejó por la llanura,
a pastar en los campos libremente.
A la tarde siguiente,
hallóle el labrador en la pradera,
y al mirarle tan triste y angustiado,
y al escuchar su queja lastimera,
“¿Qué tienes, preguntó, qué te ha pasado?”
-”Estoy muy enojado,
le contestó el jumento,
expresando en rebuznos sus congojas:


Fábulas de José Rosas Moreno



“Tú de tu hogar me arrojas,
y ya no quieres darme tus regalos.
(Así llaman los burros a los palos.)
“¿Qué causa he dado a tu fatal desvío…?”
¡Ay! ¿Por qué tu cariño me enajenas?
Muchas palizas buenas
tu padre daba al mío.
Qué ¿no corre su sangre por mis venas?
Por más que me desprecies ¡vive el cielo!
soy igual a mi padre y a mi abuelo”.
El dueño entonces con furor se agita;
la libertad le quita;
“Y, pues quieres, prorrumpe, tratos malos
y que el azote vibre,
vuelve a la esclavitud, vuelve a los palos,
porque tú eres indigno de ser libre.”

El servilismo amando por costumbre,
dura lección el asno nos ofrece;
pues también a los hombres envilece
el hábito de infame servidumbre.

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