Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

martes, 1 de abril de 2014

Reflexiones

Reflexiones de Semana Santa

A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota", decía la Madre Teresa de Calcuta. A tu mar interior, ¿qué tantas gotas has aportado últimamente?

La Semana Santa significa algo más que vacaciones, playa y fiestas. Son días de reflexión para cualquier ser humano -no sólo para los católicos- y brindan una oportunidad de recapacitar.

Tómate unos minutos al día para meditar sobre tus acciones y pon en práctica sencillos actos que te ayudarán a lograr un crecimiento espiritual. Si no sabes cómo empezar, aquí te damos siete puntos para reflexionar.

Guarda silencio

"El silencio es el elemento en el que se forman todas las cosas grandes".
Thomas Carlyle, pensador inglés.

Hay personas que duermen con la televisión encendida porque le tienen miedo al silencio. No es suficiente despertar con la radio, pasar el día con el ipod; platicar, pelear y gritar con compañeros y familia.

En este océano de bullicios, la gente aprende a nadar con braceos torpes.

"Apaga el televisor, la radio, el teléfono y acompáñate de silencio externo, y pregúntate cada final del día: ¿Qué hice de bueno hoy? ¿Qué podría haber hecho mejor? ¿Qué aprendí hoy? ¿Qué realmente quiero hacer?", aconsejó.

Da gracias

"Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud".
Jean de La Bruyere, escritor francés.

La mayoría de la gente vive quejándose. Se queja de la política, la economía, los problemas en el trabajo o la escuela, el clima, el tráfico,
las filas en el súper y hasta de los vecinos.

¿Cuánto tiempo le dedica a agradecer las cosas buenas de la vida? Aunque en la época actual existen graves problemas y dificultades globales, siempre habrá algo por lo cual agradecer. En tu tiempo de reflexión, tómate unos momentos para dar gracias.

"No existe ningún individuo tan pobre en espíritu ni en sustancia que no pueda honestamente encontrar algo por lo cual estar agradecido. Cultivando el sentimiento de gratitud hacia los elementos que le sirven (agua, aire, tierra, luz del sol) cambia la acción vibratoria de su mundo personal y abre las puertas de su alma a la fuente suprema que le ha dotado a él con vida, inteligencia y ser", son las sabias palabras de un viejo maestro de la India.

Pide perdón

"A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho".
Jacinto Benavente, dramaturgo español.

Es común escuchar que debemos perdonar a todos los que nos han hecho algún daño, pero tan importante es hacer esto, como arrepentirnos y pedir disculpas cuando somos nosotros los que ofendemos.

"Hay personas incapaces de disculparse dado que temen que el pedir perdón les sitúe en una posición de debilidad frente a la otra persona. Sin embargo, para que nuestros vínculos afectivos y sociales sean saludables y nos aporten equilibrio y estabilidad, es fundamental que aprendamos a integrar el perdón en nuestras vidas", se lee en la revista Zitre.

La publicación recomienda dos cosas para que el acto de pedir perdón sea sincero: humildad al reconocer el error y valentía para admitirlo y afrontar las consecuencias. Ahora que estás haciendo un recuento personal, ¿a quién necesitas pedirle disculpas?

Perdona

"Puedo perdonar, pero no olvidar', es sólo otro forma de decir `No puedo perdonar’”.
Henry Ward Beecher, religioso estadounidense.

"He conocido a muchas personas con problemas para perdonar. La mayoría me confesó que el principal problema es que nadie les enseñó cómo perdonar. Habiendo trabajado con miles de personas lastimadas y que hicieron un esfuerzo por perdonar, estoy convencido de que la habilidad para sobreponerse a estas heridas es crucial para la salud física y mental", dice el psicólogo Fred Luskin en su famoso libro "Perdonar es Sanar".

El investigador de la Universidad de Stanford asegura que el perdón no significa excusar el comportamiento de quienes nos han herido. Perdonar es tomar la decisión de desprendernos del pasado para sanar el presente.

Comparte con la familia

"Para una persona no violenta, todo el mundo es su familia".
Mahatma Gandhi, político y pensador indio.

Antes de escapar de casa durante todas las vacaciones, reflexiona sobre la importancia de convivir con tu familia. Cuando eres estudiante y vives con tus padres y hermanos, la convivencia diaria puede perder calidad y convertirse en una relación de peleas, gritos y venganzas; en un verdadero
terreno de guerra.

"Por cada dos actividades que planees con tus amigos, realiza una con tus papás, hermanos o abuelos", recomienda la terapeuta Graciela Pedraza. "Si vas a irte de vacaciones cuatro días, dedícale dos después a una actividad familiar. Siempre es bueno aprovechar esta época para reavivar la chispa con tus seres más queridos".

Ayuda

"Quien toma bienes de los pobres es un asesino de la caridad. Quien a ellos ayuda, es un virtuoso de la justicia".
San Agustín.

La reflexión más poderosa es la que logra que, finalmente, te desprendas del YO para pensar en los demás. Toda cavilación sobre el crecimiento personal lleva indudablemente a una acción a favor de la humanidad.

"En el psicoanálisis, prácticamente todo lo que hacemos está motivado por el `yo, yo, yo'. Si intentas ser bueno, es a costa de algo que no es demasiado bueno para tu estado mental. ¡Esta negación del lado bueno de la naturaleza humana me parece terrible! Y es que cualquiera con sentido común vería que los datos sociológicos demuestran que el altruismo verdadero existe", dijo el biólogo y monje budista Matthieu Ricardla, asesor del Dalai Lama, en una entrevista en 2009. "Existe un potencial para el bien que siempre está ahí".

Perdóname Señor

Perdóname Señor, porque quisiera
que de alguna manera fuera ayer
y poder componer el mal que hice
porque a quienes más quise, hice mal.
Perdóname Señor, mis pensamientos,
pues casi siempre estoy pensando mal.
No estoy tranquilo, mucho menos contento
y mucho siento, me llegue así el final.
Perdóname Señor, si ahora te digo
que quisiera por siempre estar contigo.
¿Pero cómo Señor? Te ofendí tanto
que temor tengo ahora, Padre Santo.
Perdóname Señor, si ahora te canto
y al mismo tiempo te ofendo con mi vida,
mas, tú sabes Señor, que lucho tanto
porque quisiera ser y no soy santo.
Levántame Señor, solo no puedo,
olvida por favor tantas caídas
que he tenido a lo largo de la vida,
levántame y hazme un hombre nuevo.
Yo se mi Gran Señor, tuya es la Gloria
y Tuyo es el Poder eternamente,
pero tienes también misericordia
para aquel pecador que se arrepiente.

Letra y Música:
Raúl Hernández Ramos

Historia

Historia y Evolución de Salvatierra

La Guerra de Independencia 1810-1821

La Batalla en el Puente de Batanes, 1813.

…continúa del número anterior

Ambos contendientes maximizaron sus aciertos y minimizaron sus errores, los partes de guerra indican estas tendencia. Iturbide lo firmó al día siguiente de la batalla y lo dirigió al mariscal José de la Cruz, afirmando que sus bajas fueron un cabo muerto y catorce heridos, contra trescientos cincuenta muertos y setenta y cuatro prisioneros hechos a Rayón. Este en cambio, le informaba a don Ignacio haber tenido solamente veinte bajas, entre muertos, prisioneros y heridos, el parte lo firmó hasta el 24 de abril en Tarandacuao, ocho días después de la batalla..

Para el historiador salvaterrense don Melchor Vera, fueron ejecutados después del combate dieciséis individuos que no pertenecían a la tropa, sino eran de la plebe que se dedicó al saqueo en la ciudad, fueron fusilados en el muro del obraje de San Isidro, y enterrados en los terrenos conocidos como el “Potrero de Ávila”. Lo que la historia y sus críticos no le han perdonado a Iturbide, fué haber entrado en combate en viernes santo, y haber mandado al infierno a más de trescientos excomulgados, o sea, la forma abusiva y fanfarrona del padre Gallegos al redactar el parte.

El Papel de la Soberana Imagen de Ntra. Sra. de la Luz durante el movimiento de Independencia y su Consumación en Salvatierra

La devoción de los salvaterrenses a la Soberana Imagen de Ntra. Sra. de la Luz, vino en aumento desde los tiempos en que el obispo Sánchez de Tagle la declaró Patrona de la Ciudad. En los momentos difíciles de la guerra, no podían faltar las muestras de la fe hacia ella por los partidarios de uno y otro bando, invocando todos ellos su protección.

Su papel preponderante se encuentra desde los preludios de la batalla en el puente de Batanes. Se afirma que fué Rayón y sus insurgentes quienes impotentes de resistir a los realistas y teniendo que abandonar la plaza, la pusieron en la puerta de su templo entregándole su bastón de mando y pidiéndole su protección para la ciudad y evitar los desmanes que pudieran venir. Otros autores refieren que fué el propio Iturbide, quien después de haber descansado, se dirigió al templo a dar gracias a la Patrona de Salvatierra, obsequiándole la banda y el bastón de mando.

Desde principios del mes de diciembre de 1814, Iturbide estableció su cuartel general en Salvatierra, donde organizó las defensas y los cuerpos mixtos que no se habían formado. Para el 6 de enero de 1815, escribió en su diario: “Los realistas de esta ciudad han jurado hoy por la Generala de sus armas a la Santísima Virgen de la Luz. Protectora de este suelo; y en acción de gracias por el establecimiento de la guarnición se ha celebrado una solemne función de iglesia, con sermón y asistencia de los Prelados, oficialidad y todo el vecindario”. Es muy importante aclarar que no fue pues Iturbide quien la nombró Generala, sino los propios salvaterrenses pertenecientes a la guarnición o Cuerpo Mixto Urbano de Defensa. Iturbide se despidió de Salvatierra en abril de 1816.

Era lógico que después de la estancia del jefe realista en la ciudad, los españoles y criollos vieran en él al prototipo de hombre ideal. Esta imagen se acrecentó en los años siguientes cuando consumó la Independencia y llegó a ser el primer emperador de los mexicanos. Al llegar el año de 1821, con él, el abrazo de Acatempan y el Plan de Iguala que nos independizaba de España, en Salvatierra también se dieron hechos importantes: el antiguo realista Anastasio Bustamante proclamó la Independencia en la hacienda de Pantoja y tomó Valle de Santiago, y don Luis Cortazar hizo lo mismo en la hacienda de San José de Amoles (hoy Cortazar); ambos se dirigieron a Salvatierra para integrarse al Ejército Trigarante, entrando en la ciudad el día siguiente 17 de marzo de 1821. La plaza había sido tomada previamente por órdenes de Iturbide por los generales Quintanilla y Lamadrid, el 9 de ese mismo mes, la guarnición de la ciudad se adhirió al Plan de Iguala, no obstante la oposición del Teniente Coronel Reguera, que estaba al mando.

Una gran parte del ejército trigarante pasó por la ciudad el 14 de abril de ese año, solamente algunos miembros del Cuerpo Mixto Urbano de Realistas Fieles se incorporaron al regimiento de Celaya, portando en el brazo un listón con la leyenda de la Virgen de la Luz como imagen de su devoción. La independencia Nacional fué jurada en Salvatierra el 21 de octubre de 1821, por el alcalde primero don Juan José Bermúdez.

En la ciudad de México el 6º Marqués de Salvatierra, D. Miguel Jerónimo López de Peralta Cervantes Velasco, último poseedor integrum del mayorazgo de Tarimoro, estuvo entre los firmantes del Acta de Independencia de México. Fué Capitán de la Guardia Imperial de Iturbide. Consejero de estado, Gran Cruz de la Orden de Guadalupe, General de la República y Gobernador de Distrito Federal. Si bien no nació en Salvatierra, si tuvo mucho que ver con nuestra historia por razón de haber heredado el título nobiliario referente a nuestra ciudad; que nació precisamente en las tierras pertenecientes a este mayorazgo.

Las Partes Militares de la Batalla en el Puente de Batanes
Parte del Señor Comandante D. Ramón Rayón, relativo a la acción del día15 (sic) del corriente en el Puente de Salvatierra.
(Dirigido a D. Ignacio López Rayón)

Excmo. Sr. en consecuencia de las noticias que me comunicaron en la ciudad de Salvatierra, dispuse que la tropa de mi mando ocupase los puntos que me parecieron más propios para oponer la vigorosa resistencia que debía al ímpetu de la turba que venía a invadirme desde la hacienda de San Nicolás, ocupada por Iturbide. Efectivamente, apenas había tomado las disposiciones convenientes quando a las ocho de la mañana sé dexó ver una partida por el lado derecho del puente que había fortalecido en las dos casas del obrage y el molino, desde donde mandé hacer un vivo fuego de artillería y fusilería para impedir el avance del enemigo, que emboscado en número superior por aquellas cercanías, amenazaba flanquear la infantería que defendía el paso del puente y burlaba el empeño con que se esforzaba para vencerlo.

No habiendo podido conseguirlo con la celeridad que deseaba, tuvo que continuar por largo rato el fuego que dirigía á aquellas alturas, hasta falto de auxilios el pequeño destacamento que lo guarnecía sé vió precisado á abandonarlo, después de haber hecho con los mayores prodigios de valor un grande estrago a los enemigos. Al mismo tiempo que por esta parte se le hacía experimentar el valor de nuestra tropa, recibían las mismas pruebas en el vado y puente del río que había reforzado como los puntos principales á que se dirigían las miras de los perversos, y á donde estaba su principal fuerza. Allí se empeñó sangrientamente esta acción memorable por todas las circunstancias que hicieron brillar tan resplandecientemente el valor de los oficiales de mi mando.

Inútil sería pormenorizar á VE. todos los sucesos de un encuentro, de cuyos resultados está VE. plenamente instruido. La retirada a que me obligó la falta de pertrecho y los demás incidentes ocurridos en la pelea, no fué tan desgraciada por sí misma, como por la muerte de los dignos guerreros que sellaron con su sangre el patriotismo de que estuvieron altamente animados. Nuestra pérdida es por este respecto sumamente lamentable aunque útil por el grande exemplo que ha presentado á todo el mundo de intrepidez, honor y fidelidad a la nación.

El sargento mayor D. Rafael Ordáz que se halló en el puente dirigiendo el fuego, y animando con valerosa constancia a la tropa que estaba á su vista, desempeñó su deber de un modo digno de su acreditado amor al servicio, y de sus recomendables circunstancias militares. Se creyó al principio muerto, pero pudo salvar su vida a costa de muchos sacrificios. Los tenientes de artillería D. Francisco Herce y D. Eligio Roelas correspondieron también á lo que yo esperaba de su decidido valor y de sus grandes conocimientos en el ramo de su profesión.

Pero no puedo menos que dando á cada uno el justo elogio á que se hizo acreedor, recomendando muy particularmente á la consideración de VE. el distinguido entusiasmo y heroísmo singular con que desafió los mayores riesgos el teniente del regimiento No. 1 D. Manuel Fernández de San Salvador, que ocupó el punto de la casa del obrage y lo sostuvo con un esfuerzo superior a sus años, y merecedor de las mayores alabanzas. Este joven oficial no ha aparecido desde el día de la acción, ni hay quien haya sabido de él a pesar de las diligencias que se han practicado. De esto infiero su muerte que me es sumamente dolorosa que por quantos motivos pueden concurrir á hacer sensible una pérdida.

La total de la división entre muertos, heridos y prisioneros asciende á poco más de veinte hombres, sin incluir veinte y siete que el inhumano Iturbide tuvo el placer de mandar pasar por las armas en el mismo Salvatierra de la miserable plebe que se hallaba en las calles de esta ciudad.

Dios guarde á VE. muchos años. Tarandacuaro 24 de abril de 1813.- Excmo. Sr.- Ramón Rayón.- Excmo. Sr.- Capitán general D. Ignacio López Rayón.

Parte de D. Agustín de Iturbide del ataque y toma de Salvatierra
(Dirigido al mariscal de campo D. José de la Cruz)

“El teniente coronel D. Agustín de Iturbide, comandante de la división de operaciones del Baxio me ha dirigido el parte siguiente.

Mi General, instruido de que en Salvatierra se hallaban los Rayones con muchas gavillas reunidas, concebí que proyectaban alguna empresa de tamaño, y me pareció por lo mismo dirigirme con preferencia á atacarlos. Sucedió así en efecto la mañana de ayer, y el éxito ha tenido la felicidad de que solo le hacía susceptible la protección que dispensa el Dios de los Exércitos á los que defienden su causa.

La línea de los insurgentes tendía cerca de 500 varas de longitud toda a la margen del río grande que no presenta más paso que una vereda estrecha practicable solo desfilando, y el puente, cuya latitud será de 5 varas; estos pasos los tenían defendidos con quatro cañones, y competente número de infantería, que había también abundante con pedreros parapetados en las azoteas del convento de San Francisco, y de casas particulares, alguna de estas tendría taladradas las paredes para hacer desde adentro impunemente fuego con fusilería en la margen del río á merced de la abundancia y frondosidad de los árboles, tenían en cubierta mucha tropa: en el puente había una pared ó trinchera de piedra, y los mismo en las bocacalles de la plaza principal: estaban reconcentradas en esta Ciudad muchas gavillas de la provincia de Valladolid, San Miguel el Grande, del baxio, y toda ó casi toda la fuerza de Tlalpuxagua.

Tomado del Libro: “Historia y Evolución de Salvatierra”
de Miguel Alejo López

La Epopeya y la Leyenda
El Otro Rostro de la Historia

por: Jorge Ojeda Guevara

Libertar a una Patria
Sed de Justicia... (continuación)

Cita con el destino: Acatita de Baján.

Largor de Travesía. Fué así la andada por Don Miguel Hidalgo luego de dejar la villa de Dolores, hasta conocer captura en Acatita de Baján, se llevado prisionero a Chihuahua, juzgado fieramente por la inquisición que malévolamente sacó a relucir el juicio seguido paciente, persistente y maliciosamente contra él desde 1800, en el que fué condenado, y que el arzobispo capitalino reconfirmó tal decreto de excomunión signado por el obispo de Valladolid, y desde los púlpitos cantaban a los cuatro vientos a la feligresía. Y ahora encaraba al paredón con serenidad y valentía…

Ocurrió que el 16 de marzo, Rayón tomó rumbo al sur mientras Allende enfilaba al norte. La guarnición de Allende lo conformaban apenas 75 individuos de avanzada y 15 coches para los principales jefes y un modesto grupo de féminas que llevaban para las necesidades. La retaguardia la guarnecían 1500 hombres, artillería, equipajes y muchas mulas que cargaban sed y medio millón de pesos plata. Con Acatita de Baján a lontananza, y teniendo la caravana que transitar ese polvoriento lugar sembrado con menos de 40 miserables casas, sus norias de abundante manar agua, a no dudar, eran la urgencia y mira insurgente.

Francisco Ignacio Elizondo, capitán de milicias de incorporación reciente al bando de Hidalgo, tenía instrucciones de aguardar en ese paraje a la caravana para rendirles honores y abastecerlos en lo posible. Sin embargo, lejos estaban los mexicanos de imaginar que Elizondo realmente nunca salió del lado realista y tenía la encomienda de fingir para la traición.

“Sólo 5 mil metros restaban para poner pie al flanco sur del caserío; allí hace presencia una loma que proporciona el único sitio prominente de aquel terreno llano y seco… Elizondo ocultó a conveniencia tras la cerril elevación a 50 soldados. En la cara sur, acomodó haciendo fila otros 350 efectivos y una suficiente cifra de comanches y mezcaleros, fingiendo aguardar al convoy fugitivo para vitorearlos”.

A medida que doblaban recodo en la loma, los fatigados insurgentes de vanguardia caían prisioneros. Como los coches rodaban su carga a considerable alejamiento unos de otros, los de atrás no percataban lo que ocurría con los de adelante que rodeaban la elevación cerril. Allende en su carro, al percibir la celada, trató en vano de huir, pues el número lo inmovilizó fácilmente. En pocos minutos, el lazo se cerraba también en Hidalgo. Sin dar tiempo de reacción, los hombres del traidor Elizondo atacaron por sorpresa a la retaguardia, donde algunos huyeron con premura y a otros no les dió ocasión y cayeron en la trampa; todo esto pasó cuando avanzaba el caluroso 21 de marzo de 1811, apenas a 6 meses y 5 días del estallido de la revuelta en aquella pequeña villa de Nuestra Señora de Dolores.

Del caserío de Baján, llevaron a los engrilletados cautivos rumbo a Monclava y luego a Chihuahua, lugar donde se les sometió a una farsa de juicio. Aunque en todo momento, Allende, Aldama y Jiménez afirmaron su lealtad a Fernando VII, fueron declarados culpables de rebelión, fusilados y decapitados en días diferentes…

“Abasolo conservó su existencia por declarar contra sus compañeros, pero fué deportado a España, donde sin honor ni hacienda, al poco lo abrazó la muerte”.

Miguel Hidalgo admitió la cabalidad de su responsabilidad. Lo pasaron por las armas el 30 de julio y posteriormente lo decapitaron. Las cabezas de los 4 caudillos principales, guardadas en jaulas de hierro, colgadas al tiempo en cada una de las cuatro esquinas de la alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, para advertencia popular, donde permanecieron el andar de 10 años, a la vista del pueblo.

De inmediato, los deberes del delicado pero necesario relevo fueron asumidos por Morelos, otrora escolapio de Hidalgo y por el singular Guerrero, quienes todavía abonarían mucho al que hablar y preocupar español…

Se emancipa a la Patria mexicana

Hubo un instante en el tiempo en que la causa independentista vislumbraba traslucidez de decaimiento en la todavía Nueva España; impresión daba que Don Vicente Guerrero era el último guerrillero que batallaba de balde en las sureñas inexpugnables montañas, cuando en España las armas del coronel Rafael de Riego rendían al soberbio soberano Fernando VII, haciéndole rubricar consentimiento a la vieja Constitución de Cádiz de corte liberal. En el reino todos tuvieron que jurarla; igual hubieron de signar conformidad las posesiones extra fronteras.

Como de esperarse era, tronó el escándalo, y los peninsulares novohispanos más recalcitrantes que los europeos no repelieron el nuevo estado de cosas por considerar que la persona del rey había sido ultrajada y que para no tener que jurar; necesario sería separarse de la madre patria. Por ello, considerable cifra de españoles, liderados por el padre Matías Monteagudo, corrió rumor a gritos que no se jurara aquella Constitución, declarándose independientes en nombre de Fernando VII. Considerando éste el camino único, mandaron llamar a Iturbide para que apuntalara su situación, comandando la parte militar.

“Sacerdotes como Miguel Hidalgo, Morelos, Matamoros, Torres, Juan Villerías, Mier y Terán, José María Luis Mora y cientos más… Se sabe que en Acatita de Baján donde la traición ganó la batalla, hicieron innumerables prisioneros, también cayeron todos los sacerdotes que llenaban varios de los coches”.

De interés es saber, que arribado Mina a campos guanajuatenses, jaló consigo un considerable contingente de extranjeros que compartían liberalismo y aventura; habían salido aquellos de Londres, haciendo escala en las Antillas y los Estados Unidos, hasta desembarcar en la playa de Soto La Marina; apenas pisaron tierra mexicana añadieron su espada y ánimo a la guerra por la independencia. Javier Mina había traído consigo de España aventureros e idealistas como él, que igual arribaron a la lucha emancipadora, fueran franceses, Norteamericanos, y mismos españoles, todos, de manera par, regaron su sangres por la causa en batallas de los campos del Bajío, en los Fuertes de los Remedios y del Sombrero…

Tomado del Libro: “La Epopeya y la Leyenda, el Otro Rostro de la Historia”
de Jorge Ojeda Guevara


Biografía

Ramón Martínez Ocaranza

Ramón Martínez Ocaranza nació en Jiquilpan el año de 1915. Estudió en el Colegio de San Nicolás. Su inclinación a la poesía tuvo su origen en el ambiente familiar; su padre, don Antonio Martínez, era un bohemio, glosador de poemas románticos, que gustó siempre de recitar. También su madre, doña María Ocaranza, escribía versos. Con estos antecedentes, Ramón, al llegar al Colegio de San Nicolás, destacó en el ambiente poético. Martínez Ocaranza publicó sus primeros poemas en la revista Juventud y en la revista Voces de la cual fué coeditor. Su obra poética es muy amplia y de gran calidad, se inicia con Ávido Amor y Al Pan Pan y al Vino Vino. Además se le conocen: De dura pasión; Preludio de la muerte enemiga; Muros de soledad; De la vida encantada; Río de llanto; Alegoría de México; Otoño encarcelado; Tierra y libertad; Elegías de los triángulos; Elegías en la muerte de Pablo Neruda…

La poesía de Martínez Ocaranza es de categoría universal, tras la huella de sus “arquetipos fascinantes”, en un proceso de constantes cambios, en que la intuición y la técnica depuran la creación poética en forma permanente e incesante, hasta alcanzar la originalidad del autor. De la amplia producción de este poeta he querido presentar algunas de sus Elegías para deleite de los lectores.

Las Elegías

Elegía de Noviembre
I
De bárbaros metales;
de tabernas
donde se pudren las mitologías.
Del tiempo de morir quebrando números.
Del viaje
que se perdió definitivamente.
II
Los caminos
llenaron de lunas negras los caminos:
porque las víboras;
porque los barrios de la tuberculosis.
Si las brujas no fueron lo que son…
Pero los cánticos
declararon la huelga de los signos
cuando las arpas se quedaron ciegas.
III
En torno a la extensión hay un silencio
de estatuas derribadas.
Porque crecemos con la muerte a solas
y porque las parábolas no quieren
matar los lirios de la geometría.
IV
Es triste reconocer que somos hombres
cuando se quiebran las columnas.
También es triste recoger candados
en medio de las piedras.
Porque la luna de los jeroglíficos.
O porque nadie quiere
comer violetas en el banquete de los salmos.
V
Podemos derribar un piano roto;
un caracol de música vacía.
Pero lo que se dice con el agua.
Lo que se va pudriendo
lentamente

VI
Los caballos
no quieren reconocer que los crepúsculos
golpean capiteles
Tampoco reconocen
el caracol de las sonatas amarillas.
De las tumbas
brotan las yerbas de los siglos.
Y casa soledad es un silencio
de miedo abandonado
VII
Noviembre es una reunión de círculos
que van del corazón a las raíces
para que por el tiempo no caminen
los que disecan mariposas.
El llanto de las hierbas reconoce
que la ciudad escribe su agonía
cuando las intenciones se propagan
debajo de la tierra.
VIII
Dice el tiempo
que por los verdes signos
van pasando los grises con sus números.
Y cuando arde el Ser,
las hojas secas de los eucaliptos
quebrantan sus proverbios.
Porque en noviembre la muerte multiplica
sus corazones de metal dormido.
IX
Siempre recordarás aquellas tardes
de pianos enlutados,
cuando decías que Rilke no sabía
decir el nombre de la primavera.
Los sueños iban por las heredades
de un mundo sin contornos.
Y tú tenías razón
de las tabernas
salían los bosques dorados del otoño.

Narraciones

Un Relato Extraordinario

por : RMP

Estimado lector, esta vez me permito presentarte un pequeño fragmento de un libro titulado “Testimonio”, escrito por el vidente colombiano Marino Restrepo sobre una experiencia sobrenatural que Nuestro Señor Jesucristo le regaló mientras se encontraba secuestrado dentro de una caverna obscura de una montaña de la selva Colombiana, donde tuvo lugar este portentoso encuentro de él y Nuestro Señor Jesucristo. En relato del señor Restrepo es muy conmovedor y muy digno de leerlo en profunda meditación cristiana. Al terminar de leer el libro de referencia, se siente uno más cristiano y más católico que antes de haberlo terminado.

Yo tengo la convicción de que nuestra Santa Iglesia Católica, apostólica y Romana por medio de sus predicadores y escritores, deberían propagar al máximo estos libros que son veneno para el diablo, para los incrédulos y los ateos; así también para los protestantes. Empezad pues, a leer mi muy estimado lector. Dice así:

“En la primera imagen que tuve al comenzar esta experiencia, me vi en un triciclo con un palo en la mano, recorriendo rápidamente el patio interior de mi casa, dañando las plantas por donde pasaba. A partir de ese cuadro, todo se mostró con la misma claridad. De pronto sucedió algo, que tan sólo el Espíritu Santo, en el corazón de cada lector, podría explicar, porque no puedo encontrar palabras para hacerlo. Me encontré, de repente, boca abajo sobre el pasto, sintiendo la frescura de un campo amable. Levanté mi cabeza y miré hacia mi costado derecho. En el tope de una montaña aledaña vi una ciudad iluminada, pequeña, pero vibrante, llena de aparente vida.

No estaba iluminada porque fuera de noche, pues el sentido de día o de noche no parecía existir. En ese instante, escuché una increíble voz que, al comenzarme a hablar, transformó toda mi existencia. Una voz tan majestuosa que ni un millón de palabras podrían describirla. Si tomara todos los Salmos que alaban al Señor, no tendría la suficiente belleza para hacerle justicia a la descripción de esa imponente voz. Miré hacia mi costado izquierdo y vi mi cuerpo como a través de una cortina de humo, tirado en ese cuarto de terror, amarrado y encapuchado. Lo primero que sentí en mi corazón fué que ya había partido de este mundo, pero no me sentía muerto. Por el contrario, si alguna vez he sentido lo que es vida ocurrió en ese instante.

No sentía peso ni dolor, no tenía miedo ni angustia. Tenía el sentido de un cuerpo, a pesar de verme en la lejanía, en el único cuerpo que yo me conocía, pero esto no parecía importarme. La voz que escuché no era humana, era la voz de Nuestro Señor. Nadie podría hablar así, venía de todas partes, parecía que saliese de dentro de mí y llenaba toda la existencia que ahora me rodeaba. Sin embargo, el Señor me lo confirmó al decirme: “Te voy a mostrar desde qué momento comenzaste a alejarte de mí”. No lo hizo de ninguna forma intimidante, sólo sentía un infinito amor, una eterna seguridad de que estaba en las manos de aquel, a quien no tenía nada que temer, a quien sólo podría amar y de quien sólo verdadero amor podría finalmente recibir.

No había un sentido de tiempo ni de espacio, a pesar de observar montañas, la ciudad iluminada, el mismo pasto sobre el que me encontraba acostado. Nada parecía ser, era como si todo existiera sin estar unido, pero en un todo. El Señor procedió a darme una larga y detallada lección sobre el mundo material y mi relación con Él. Siempre que se refería al mundo en algún hecho particular referente a mi vida, podía penetrar en esa ciudad iluminada, que parecía ser como el escenario del mundo material donde yo aparecía en medio de sus ejemplos y enseñanzas. El Señor me dijo que el mundo está tan alejado de Él como nunca en toda la historia de la humanidad lo había estado. Que el estado de idolatría ha superado cualquier ciclo humano del pasado que pueda estar registrado en nuestros anales históricos de las Sagradas Escrituras; que nuestra pobreza espiritual es de dimensiones alarmantes. El mismo progreso industrial y tecnológico y los grandes alcances sociológicos reflejan en iguales proporciones la inmensa quiebra espiritual de la humanidad. Una generación sin luz del cielo, iluminada únicamente por la seducción de una vida transitoria e ilusoria, por la cual se entrega hasta el último esfuerzo para conquistarla.

Siglos de materialismo que poco a poco han derrumbado la estructura espiritual, edificada con la sangre del Cordero y con la de miles de mártires, en los primeros cuatrocientos años del cristianismo. Dice el Señor que ha sido tal el alejamiento de Dios que la humanidad, en su gran mayoría, está exclusivamente dedicada a alimentar lo que va a morir, el cuerpo humano, y totalmente despreocupada de nutrir lo que realmente va a vivir eternamente, como lo es el alma. Es tanta la adoración que se le da a lo material que la gran mayoría de almas pasa a la presencia de Dios en un estado de desnutrición espiritual. Prácticamente, son almas inválidas, que no pueden soportar la luz de Dios. La jornada del alma, durante esta vida en la carne, está orientada a alcanzar la salud espiritual para la vida eterna en el espíritu.

Por medio de la vida en la carne, conscientes de la comunión con el espíritu, podemos beneficiarnos de un crecimiento espiritual que nos dará la gracia de encontrar una unión con Dios en el momento del desprendimiento de la carne o, mejor, en el momento de la muerte del cuerpo humano, que será la máxima realización de la criatura que se funde con su creador para nunca más separarse. Cada instante en la vida del espíritu, mientras camina encarnada por este mundo transitorio, es un espacio de tiempo que puede marcarse para el beneficio eterno, si se vive en armonía con Dios. Al mismo tiempo, cada instante que se vive en el cuerpo sin comunión con el espíritu es un periodo de tiempo que se ha separado de Dios en la misma eternidad.

El Señor nos explica cómo es de importante, para poder establecernos en perfecta comunión entre carne y espíritu, tener que comprender primero algo básico de la sabiduría de nuestra existencia espiritual: el cielo, el purgatorio, el infierno y el mundo material existen al mismo tiempo en la eternidad. Por lo tanto, debemos ser conscientes de que en este mismo instante y desde el mismo instante en que fuimos concebidos en el vientre de la madre estamos parados en la eternidad. Toda nuestra acción permanentemente obra en un plano eterno, sólo que cuando se establece armonía con el espíritu, después de haber estado separado de esta armonía, podemos, mientras estamos en la carne aún, cambiar la relación desarmoniosa que vivimos antes por una de armonía, rehabilitando así todos los instantes que se habían vivido desconectados del espíritu, los cuales podemos llamar momentos de desamor.

Sólo mientras estamos encarnados podemos lograr esta rehabilitación, porque en el momento del desprendimiento del cuerpo material, o muerte de éste, pasamos del estado de la gracia al estado de la justicia. En el estado de la justicia, el alma se encuentra desnuda de la carne, sostenida tan solo en lo que logró establecer como esencia espiritual mientras habitaba en el cuerpo material. Todos los vacíos de amor que se vivieron durante el tránsito de la encarnación se tienen que llenar porque esos son vacíos de luz, la cual forma el cuerpo espiritual que hasta no estar perfectamente iluminado no puede entra a su fuente de origen de luz, que es su Creador. Éste es el estado que llamamos purgatorio. El alma que ya no tiene cuerpo material para pecar, que ya reconoció al Creador como su amo, rechaza al diablo como señor, pero no está en un estado perfecto de pureza, en un estado de perfecta iluminación.


Un Relato Extraordinario
por : RM P

Estimado lector, esta vez me permito presentarte un pequeño fragmento de un libro titulado “Testimonio”, escrito por el vidente colombiano Marino Restrepo sobre una experiencia sobrenatural que Nuestro Señor Jesucristo le regaló mientras se encontraba secuestrado dentro de una caverna obscura de una montaña de la selva Colombiana, donde tuvo lugar este portentoso encuentro de él y Nuestro Señor Jesucristo. En relato del señor Restrepo es muy conmovedor y muy digno de leerlo en profunda meditación cristiana. Al terminar de leer el libro de referencia, se siente uno más cristiano y más católico que antes de haberlo terminado.

Yo tengo la convicción de que nuestra Santa Iglesia Católica, apostólica y Romana por medio de sus predicadores y escritores, deberían propagar al máximo estos libros que son veneno para el diablo, para los incrédulos y los ateos; así también para los protestantes. Empezad pues, a leer mi muy estimado lector. Dice así:

“En la primera imagen que tuve al comenzar esta experiencia, me vi en un triciclo con un palo en la mano, recorriendo rápidamente el patio interior de mi casa, dañando las plantas por donde pasaba. A partir de ese cuadro, todo se mostró con la misma claridad. De pronto sucedió algo, que tan sólo el Espíritu Santo, en el corazón de cada lector, podría explicar, porque no puedo encontrar palabras para hacerlo. Me encontré, de repente, boca abajo sobre el pasto, sintiendo la frescura de un campo amable. Levanté mi cabeza y miré hacia mi costado derecho. En el tope de una montaña aledaña vi una ciudad iluminada, pequeña, pero vibrante, llena de aparente vida.

No estaba iluminada porque fuera de noche, pues el sentido de día o de noche no parecía existir. En ese instante, escuché una increíble voz que, al comenzarme a hablar, transformó toda mi existencia. Una voz tan majestuosa que ni un millón de palabras podrían describirla. Si tomara todos los Salmos que alaban al Señor, no tendría la suficiente belleza para hacerle justicia a la descripción de esa imponente voz. Miré hacia mi costado izquierdo y vi mi cuerpo como a través de una cortina de humo, tirado en ese cuarto de terror, amarrado y encapuchado. Lo primero que sentí en mi corazón fué que ya había partido de este mundo, pero no me sentía muerto. Por el contrario, si alguna vez he sentido lo que es vida ocurrió en ese instante.

No sentía peso ni dolor, no tenía miedo ni angustia. Tenía el sentido de un cuerpo, a pesar de verme en la lejanía, en el único cuerpo que yo me conocía, pero esto no parecía importarme. La voz que escuché no era humana, era la voz de Nuestro Señor. Nadie podría hablar así, venía de todas partes, parecía que saliese de dentro de mí y llenaba toda la existencia que ahora me rodeaba. Sin embargo, el Señor me lo confirmó al decirme: “Te voy a mostrar desde qué momento comenzaste a alejarte de mí”. No lo hizo de ninguna forma intimidante, sólo sentía un infinito amor, una eterna seguridad de que estaba en las manos de aquel, a quien no tenía nada que temer, a quien sólo podría amar y de quien sólo verdadero amor podría finalmente recibir.

No había un sentido de tiempo ni de espacio, a pesar de observar montañas, la ciudad iluminada, el mismo pasto sobre el que me encontraba acostado. Nada parecía ser, era como si todo existiera sin estar unido, pero en un todo. El Señor procedió a darme una larga y detallada lección sobre el mundo material y mi relación con Él. Siempre que se refería al mundo en algún hecho particular referente a mi vida, podía penetrar en esa ciudad iluminada, que parecía ser como el escenario del mundo material donde yo aparecía en medio de sus ejemplos y enseñanzas. El Señor me dijo que el mundo está tan alejado de Él como nunca en toda la historia de la humanidad lo había estado. Que el estado de idolatría ha superado cualquier ciclo humano del pasado que pueda estar registrado en nuestros anales históricos de las Sagradas Escrituras; que nuestra pobreza espiritual es de dimensiones alarmantes. El mismo progreso industrial y tecnológico y los grandes alcances sociológicos reflejan en iguales proporciones la inmensa quiebra espiritual de la humanidad. Una generación sin luz del cielo, iluminada únicamente por la seducción de una vida transitoria e ilusoria, por la cual se entrega hasta el último esfuerzo para conquistarla.

Siglos de materialismo que poco a poco han derrumbado la estructura espiritual, edificada con la sangre del Cordero y con la de miles de mártires, en los primeros cuatrocientos años del cristianismo. Dice el Señor que ha sido tal el alejamiento de Dios que la humanidad, en su gran mayoría, está exclusivamente dedicada a alimentar lo que va a morir, el cuerpo humano, y totalmente despreocupada de nutrir lo que realmente va a vivir eternamente, como lo es el alma. Es tanta la adoración que se le da a lo material que la gran mayoría de almas pasa a la presencia de Dios en un estado de desnutrición espiritual. Prácticamente, son almas inválidas, que no pueden soportar la luz de Dios. La jornada del alma, durante esta vida en la carne, está orientada a alcanzar la salud espiritual para la vida eterna en el espíritu.

Por medio de la vida en la carne, conscientes de la comunión con el espíritu, podemos beneficiarnos de un crecimiento espiritual que nos dará la gracia de encontrar una unión con Dios en el momento del desprendimiento de la carne o, mejor, en el momento de la muerte del cuerpo humano, que será la máxima realización de la criatura que se funde con su creador para nunca más separarse. Cada instante en la vida del espíritu, mientras camina encarnada por este mundo transitorio, es un espacio de tiempo que puede marcarse para el beneficio eterno, si se vive en armonía con Dios. Al mismo tiempo, cada instante que se vive en el cuerpo sin comunión con el espíritu es un periodo de tiempo que se ha separado de Dios en la misma eternidad.

El Señor nos explica cómo es de importante, para poder establecernos en perfecta comunión entre carne y espíritu, tener que comprender primero algo básico de la sabiduría de nuestra existencia espiritual: el cielo, el purgatorio, el infierno y el mundo material existen al mismo tiempo en la eternidad. Por lo tanto, debemos ser conscientes de que en este mismo instante y desde el mismo instante en que fuimos concebidos en el vientre de la madre estamos parados en la eternidad. Toda nuestra acción permanentemente obra en un plano eterno, sólo que cuando se establece armonía con el espíritu, después de haber estado separado de esta armonía, podemos, mientras estamos en la carne aún, cambiar la relación desarmoniosa que vivimos antes por una de armonía, rehabilitando así todos los instantes que se habían vivido desconectados del espíritu, los cuales podemos llamar momentos de desamor.

Sólo mientras estamos encarnados podemos lograr esta rehabilitación, porque en el momento del desprendimiento del cuerpo material, o muerte de éste, pasamos del estado de la gracia al estado de la justicia. En el estado de la justicia, el alma se encuentra desnuda de la carne, sostenida tan solo en lo que logró establecer como esencia espiritual mientras habitaba en el cuerpo material. Todos los vacíos de amor que se vivieron durante el tránsito de la encarnación se tienen que llenar porque esos son vacíos de luz, la cual forma el cuerpo espiritual que hasta no estar perfectamente iluminado no puede entra a su fuente de origen de luz, que es su Creador. Éste es el estado que llamamos purgatorio. El alma que ya no tiene cuerpo material para pecar, que ya reconoció al Creador como su amo, rechaza al diablo como señor, pero no está en un estado perfecto de pureza, en un estado de perfecta iluminación.

Se encuentra en un estado de santidad, pero debe purgar toda la rehabilitación de su cuerpo espiritual que se encuentra aún impuro, por la imperfecta relación de alma y carne durante su periodo de gracia. Si encontramos lo divino, lo perfecto, la excelsa santidad, para compenetrarla, tenemos que alcanzar el estado máximo de pureza. La increíble ignorancia espiritual en que se encuentra la humanidad, según me muestra el Señor, es tal que me señala esta situación presente como peor que Babilonia, Sodoma y Gomorra. El pecado no es un acto de transgresión, sino una forma de vida. Todo se ha justificado para vivir totalmente desvinculados del decálogo santo de los diez mandamientos. La economía del espíritu está en bancarrota. Los seres humanos carecen del conocimiento de la presencia real del diablo en sus vidas.

El Señor se está refiriendo a los que deben saberlo, por tener la gracia del Espíritu Santo, recibida por medio del bautismo, porque aquellos que no han sido bautizados en Cristo, ya por ser paganos, judíos o mahometanos, son llamados a la justicia divina de acuerdo con los talentos espirituales que les dió el Señor. Lo triste es que la inmensa masa de cristianos, que está muy arriba de un billón de seres humanos, no es conciente del Evangelio. No tienen presente en sus vidas la gracia de las enseñanzas de Cristo, plasmadas en el Nuevo Testamento, como mapa perfecto de la salvación. El diablo es algo metafórico, aislado de una realidad diaria. Lo peor de todo, dice el Señor, es que la Iglesia misma, en una gran proporción, se ha desentendido de la enseñanza del conocimiento del enemigo. Hasta el punto que la palabra exorcismo es motivo de la persecución y de discriminación dentro de la misma Iglesia.

Y todo esto por el acomodo que se le ha hecho al Evangelio con el mundo, el protestantismo de la Iglesia Católica, por miedo a ser ridiculizada por un mundo que cada día busca más lo políticamente correcto que la recta devoción. Leia de la enseñanza de Cristo sobre lo que debemos saber del maligno es tan inmensa en el Evangelio que es absolutamente absurdo, dice el Señor, que la Iglesia pueda ignorar que esta enseñanza debe ocupar un plano importantísimo, vital, en la catequesis. Si no reconocemos que el caminar por este mundo transitorio y material es una batalla de vida o muerte del alma, estamos desperdiciando toda la gracia recibida de nuestro Señor Jesucristo, que es la llave del camino, la senda de la verdad, la conquista de la vida eterna.

La trampa más grande, tendida por el enemigo a la humanidad, es el hacernos creer que la vida eterna comienza cuando muere la carne y no durante esta vida, la cual hace aparecer como si fuera otra, separada a la que viene en el espíritu. Si de algo nos ha liberado Jesús es el inmenso error sembrado por el enemigo en el paganismo oriental por miles de generaciones, el error de la reencarnación. Cristo nos mostró cómo existe una sola vida en la carne. El alma nunca regresa a su cuerpo material, sino hasta el momento del juicio final, donde le será integrado un cuerpo perfecto. La astucia del enemigo, que siempre imita lo divino para confundir al hombre, toma el conocimiento que tiene por ser ángel, de que estamos unidos a un solo cuerpo, a un solo árbol, desde el pecado original y, por lo tanto, todos nuestros antepasados están vinculados con nosotros, no solo en una forma genética, sino también en una espiritual.

Todo esto lo tomó Satanás y lo convirtió en reencarnación. Mediante el ocultismo y todas las prácticas paganas de Oriente, el ser humano ha sido separado de la gracia por siglos de siglos. El hecho de que llevamos en nosotros la información de toda la historia de la carne, desde Adán y Eva, hace que Satanás, por medio de regresiones, lleve a mostrarles otras vidas a las criaturas atrapadas en su error y hace creer que esas vidas son de ese mismo espíritu, cuando, en realidad, son las de sus antepasados que están unidos al mismo árbol. El Señor me muestra cómo somos un mismo árbol, y cada uno de nosotros pertenece a una rama del mismo, rama que se remonta hasta nuestros primeros padres, Adán y Eva. Por medio de esa rama, recibimos millones de bendiciones como consecuencia de las buenas acciones de los antepasados, y que el Oriente lo hace aparecer como karma o ley de causa y efecto. También recibimos maldiciones, las cuales se deben a un número limitado de generaciones que Oriente llama mal karma.

Me muestra el Señor un río como comparación de la carne. Si tomamos el río Amazonas, por ejemplo, y sumergimos nuestra mano en el lugar donde nace, en los Andes peruanos, estamos tocando la misma agua de ese río Amazonas que pasa por Colombia. Y si sumergimos nuestra mano en el río Amazonas que pasa por Brasil, estamos tocando la misma agua que pasó por Colombia y Perú. Es un extenso río, pero es la misma agua. Así es la carne humana, dice el Señor, un inmenso río de humanidad, de pecado, que viene desde el nacimiento, desde Adán y Eva.

El Señor me explica que Él toma la carne humana, une lo divino con lo humano, la sumerge en el río de pecado, la crucifica, la resucita y por medio de ella repara el pecado del hombre desde el mismo nacimiento, hasta la última vertiente que correrá hasta su regreso. Es un solo cuerpo material el que toma el Señor y lo sumerge en una sola carne de pecado, redimiendo toda la caída original, devolviéndonos la gracia de la vida eterna, superando la maldición de la muerte, adquirida por la envidia del diablo. Dice el Señor que una inmensa porción de la humanidad, hoy, es un producto de la fornicación y no del amor. Seres humanos que son concebidos a diestro y siniestro, en medio de los pecados más abominables. Todas estas criaturas son, en su mayoría, rechazadas desde el vientre materno y miles de ellas abortadas. Nacen en un mundo sin amor y arrastran la carga, no solo del pecado original, sino también de la abominación del pecado de los padres materiales.

Si bien es cierto que los que heredamos la bendición de ser bautizados en Cristo nuestro Señor somos perdonados y liberados de toda atadura de nuestros ancestros y el pecado de nuestros padres, también es verdad que cuando alcanzamos a pecar y perdemos la gracia, cayendo de regreso en todas las raíces del mal con que nacimos, más las nuevas cadenas de nuestro propio pecado. El pecado no se puede heredar, me explica el Señor, pues se nos ha sido dada la libertad de escoger entre el bien y el mal, pero sí heredamos las consecuencias del mismo. Debido a esta masiva ausencia de amor en tantos millones de seres humanos que nacen en medio de los más horribles pecados, el mundo no podría estar más oscuro.

Estamos inundados de resentimientos, de odios, de corazones abandonados y pisoteados, desde antes de salir del vientre de la madre. Una humanidad que, en su mayoría, busca resolver su dolor creando dolor en los demás e inflingiéndose una naturaleza autodestructiva. Así crean un escenario de vicio, de muerte y desolación. El mismo pecado que penetra la carne, por medio de la impureza sexual, se convierte en su propia esencia que no es más que la muerte, pero ya no la muerte tan solo del cuerpo material, sino también la del alma misma”.

Lector amigo: yo te sugiero comprar este gran libro del Sr. Restrepo porque es como la luz de un nuevo día que nos alumbra para cruzar con seguridad los caminos de este “Valle de lágrimas” como es este mundo engañoso y cruel, que a veces ya no lo podemos soportar.

Libro

HISTORIA DE LA MÚSICA POPULAR MEXICANA

Los Inmortales de la Canción Ranchera

Las Cantantes Bravías (continuación)

La “Torcacita”, Dora María, la “Prieta Linda”, la “Consentida”, Lola Beltrán y Flor Silvestre son muy importantes representantes de esa floración de rancheras agresivas que cantan. Había quedado atrás la dulce e ingenua rancherita encargada de confeccionar los “calzones de cuero del ranchero”. Ahora, “la flor más bella del ejido” gritaría, se emborracharía y experimentaría terribles pasiones y abandonos dignos de una verdadera citadina.

Matilde Sánchez, la Torcacita, constituye el ejemplo ideal. Su publicidad aclara que inició su carrera aceptando la “enorme responsabilidad de sustituir a la indispuesta Lucha Reyes como primera figura de la compañía de Paco Miller; el resto fué fácil porque la Torcacita, señores, nació en mero Tequila, Jalisco, y por eso la canción ranchera ya la trae en las venas, y por eso el canto bravío encuentra en ella a uno de sus exponentes más genuinos y notables”.

El auge de las cancioneras de ranchero está en la relación directa con la captación del “estilo interpretativo” que venía esbozándose y evolucionando desde años anteriores. Las cantantes bravías simplemente enfatizaron los rasgos más salientes de ese estilo, hasta lograr en ocasiones una verdadera caricatura del género.

Panorama de los Años Cincuenta

La década del os años cincuenta significó para la canción mexicana una ruptura con las tradiciones anteriores. Nuevos estilos, modas arrolladoras y nuevos géneros hicieron su aparición. El debut en México de Los Panchos en 1948 inició un auge del género romántico y canalizó la atención de miles de oyentes hacia sus producciones melódicas. A mediados de los años cincuenta, múltiples melodías cortadas a la medida del nuevo trío sentimental hicieron su aparición. Voces melifluas, suaves maracas, requintos, “Rayitos de luna” y rosadas nubes para “Un solo corazón” apenas ensombrecidas por alguno que otro “Limosnero de amor” o algún “Ladrón de besos”, arrullaron adormecedoramente al público de los clubes nocturnos.

No hubo voz entrenada ni guitarrista más o menos hábil que no formase parte de algún trío. Los compositores no se daban abasto para surtir las canciones al estilo que el público demandaba. Por otra parte, la aparición del mambo en 1948 con Pérez Prado provocó una nueva ola danzante de ritmos afros e instrumentaciones metálicas. Tantas novedades y su fuerza de difusión podrían haber relegado a segundo término a las canciones del género ranchero. Pero no fué así, la década de los cincuenta fué una época de sumo interés para la canción ranchera.

A pesar de la exitosa aparición de novedosos géneros, el estilo ranchero siguió conservando su popularidad, lo que determinó una gran demanda de obras nuevas. Hubo compositores que escribieron para todos los géneros de moda, aunque por vocación su estilo se prestase más a las efusiones del estilo romántico. Tomás Méndez Sosa, quien se iniciara como maestro de ceremonias del trío Los Diamantes, es el típico ejemplo de adaptación exitosa al estilo ranchero. Durante los años cincuenta escribió varias canciones que ahora se consideran clásicas como “Gorrioncillo pecho amarillo” (1954), “Que me toquen las golondrinas” y “Cucurrucucú paloma” (1954).

El equivalente del compositor profesional que se movilizaba a la vez en todos los campos de la música popular, existió en intérpretes tan populares como Pedro Infante, capaces de expresarse con flexibilidad en canciones románticas, boleros, norteñas y las más clásicas rancheras. En aquellos años, grupos famosos, como Los Cancioneros del Sur, coexistieron al lado de Los Tres Diamantes y orquestas al estilo estadunidense como la de Luis Arcaraz. El elenco de triunfadores del Disco de Oro es una muestra más del eclecticismo reinante en aquellas fechas. Durante la temporada 1950-1951, el mejor cancionero resultó Pedro Infante, al lado de otros premiados como María Victoria, Dámaso Pérez Prado, las Hermanas Hernández y el conjunto de los Hermanos Reyes.

La canción ranchera parecía haber alcanzado un punto de estabilidad, un equilibrio inamovible gracias a la creación constante de los autores ya clásicos del género: Valdés Leal, Víctor Cordero, Chucho Monge y los dos Rubenes (Méndez y Fuentes), más los infaltables Esperón y Cortázar.

El Estilo de José Alfredo

Faltaba, sin embargo, la presencia de un autor significativo para la total evolución del género ranchero: José Alfredo Jiménez. En el año 1951 aparecieron sus canciones “Yo”, “Ella” y “Cuatro caminos”. El paso que dió la canción ranchera en ese momento fué definitivo. Se trataba de un autor dedicado exclusivamente al género ranchero, pero que era capaz de aportar rasgos muy personales a la canción de la que sólo quedaba un molde exterior transmitido de boca en boca y de guitarra en guitarra. Aunque tuviesen razón quienes afirman que José Alfredo Jiménez no modificó nada del género, habría que reconocer que aportó, además de un buen y armonioso sentido de la melodía, una fuerte carga emotiva que en ocasiones llegó a la expresión dolorosa y exageradamente patética.

Aquel muchacho de Dolores Hidalgo, surgido violentamente del anonimato al abandonar un trabajo como mesero y una fallida carrera futbolística, era algo más que la “nueva voz del emigrante rural” (Carlos Monsiváis). En sus comienzos, las canciones de José Alfredo fueron antes que nada una expresión sincera que se alejaba ostensiblemente de las expectativas de la canción comercial. A mucha distancia del feliz macho que todo lo puede, eterno habitante del “rancho alegre”, José Alfredo se atrevió a ser desmesurado, a decir que “sin ella de pena muere”, a declarar su “triste agonía de estar tan caído y volver a caer, de estar tan perdido y volver a perder”.

Por primera vez no se trataba de la expresión vacía de personajes y acciones inverosímiles sino de la “carne y sangre de pasiones, despechos, rencores y abandonos tan reales como la vida misma”. El secreto de las canciones de José Alfredo Jiménez no es tan sólo su fácil melodía, sino una sensibilidad urbana, cara a as clases medias y bajas, que se ha alejado definitivamente de la opereta ranchera. No es de extrañar su éxito que, por añadidura, aprovechó también a las casas disqueras.

Los años posteriores a la aparición de las primeras canciones de José Alfredo Jiménez estuvieron llenos de sus canciones y de su estilo. A pesar de las decenas de imitadoras, no hubo un solo compositor de ranchero de su misma importancia; aunque sus canciones fueron sometidas a las obligadas promociones publicitarias en todos los circuitos de difusión (radio, cine y discos), José Alfredo Jiménez conservó en todas ellas la espontaneidad de sus primeros éxitos.

(continuará…)

El Rincón Infantil

Los Malos Vecinos

Había una vez un hombre que salió un día de su casa para ir al trabajo, y justo al pasar por delante de la puerta de la casa de su vecino, sin darse cuenta se le cayó un papel importante. Su vecino, que miraba por la ventana en ese momento, vio caer el papel, y pensó:
- ¡Qué descarado, el tío va y tira un papel para ensuciar mi puerta, disimulando descaradamente!

Pero en vez de decirle nada, planeó su venganza, y por la noche vació su papelera junto a la puerta del primer vecino. Este estaba mirando por la ventana en ese momento y cuando recogió los papeles encontró aquel papel tan importante que había perdido y que le había supuesto un problemón aquel día. Estaba roto en mil pedazos, y pensó que su vecino no sólo se lo había robado, sino que además lo había roto y tirado en la puerta de su casa. Pero no quiso decirle nada, y se puso a preparar su venganza.

Esa noche llamó a una granja para hacer un pedido de diez cerdos y cien patos, y pidió que los llevaran a la dirección de su vecino, que al día siguiente tuvo un buen problema para tratar de librarse de los animales y sus malos olores. Pero éste, como estaba seguro de que aquello era idea de su vecino, en cuanto se deshizo de los cerdos comenzó a planear su venganza.

Y así, uno y otro siguieron fastidiándose mutuamente, cada vez más exageradamente, y de aquel simple papelito en la puerta llegaron a llamar a una banda de música, o una sirena de bomberos, a estrellar un camión contra la tapia, lanzar una lluvia de piedras contra los cristales, disparar un cañón del ejército y finalmente, una bomba-terremoto que derrumbó las casas de los dos vecinos...

Ambos acabaron en el hospital, y se pasaron una buena temporada compartiendo habitación. Al principio no se dirigían la palabra, pero un día, cansados del silencio, comenzaron a hablar; con el tiempo, se fueron haciendo amigos hasta que finalmente, un día se atrevieron a hablar del incidente del papel. Entonces se dieron cuenta de que todo había sido una coincidencia, y de que si la primera vez hubieran hablado claramente, en lugar de juzgar las malas intenciones de su vecino, se habrían dado cuenta de que todo había ocurrido por casualidad, y ahora los dos tendrían su casa en pie...

Y así fue, hablando, como aquellos dos vecinos terminaron siendo amigos, lo que les fue de gran ayuda para recuperarse de sus heridas y reconstruir sus maltrechas casas.

A todos nuestros niños lectores les deseamos:

¡Feliz Día del Niño!

El Deseo Cumplido

Fabio era un niño que vivía sin preocupaciones. Se pasaba las tardes jugando y riendo y tenía la suerte de tener dos padres que le llenaban de regalos. Desde pequeño, había tenido la habitación llena de juguetes coloridos y caros y casi sin tener que pedirlos. Sus padres se desvivían por él y cada vez que llegaba algo nuevo a la enorme juguetería de la esquina, eran ellos los primeros en adquirirlo, para regalárselo a su pequeño.

Un día Fabio se mostró completamente triste. Por mucho que sus padres intentaron calmar esa agonía con juguetes, chucherías y caricias, no lo consiguieron; y tampoco pudieron conocer las razones que habían hecho que la alegría siempre presente de su hijo hubiera trasmutado en ese hastío.

A la mañana siguiente, Fabio amaneció muy enfermo y debió quedarse en casa todo el día. A la noche, su madre se sentó junto a su cama y le pidió sollozando que le dijera qué le había ocurrido.

El chico le contó que se había encontrado con una anciana que le había ofrecido una semillita que cumplía los deseos a cambio de todos sus juguetes. Le había dicho que en realidad esa mínima gotita de vida valía mucho más que todas sus posesiones. Fabio se le había reído en la cara diciéndole que era niño pero no tonto y se había marchado; pero desde que había ocurrido eso nada le satisfacía: sentía que su vida no valía nada y que todos esos juguetes que antes llenaban su alma, ya no le servían para nada.

Su madre intentó calmarlo y le dijo que no podía ponerse así por una extraña que ni siquiera conocía. “Seguro que intentaba tomarte el pelo“, le dijo. Pero Fabio le contestó que si no la encontraba, nunca más podría reír como antes y esa fiebre no se iría.

Entonces, su madre se puso a buscar a la mujer. Cuando dio con ella se le acercó y le dejó bien claro que, aunque no creía en ella, su hijo quería verla. La anciana accedió a acompañarla y estuvo un rato a solas con Fabio.

Cuando Fabio abrió los ojos se sintió mucho mejor. La fiebre se había ido milagrosamente y se sintió renovado y feliz. Miró hacia todos lados y se vio solo en su habitación: sus juguetes seguían en su lugar, y ni rastros había de la anciana. Llamó a su madre y le dijo que a partir de ese día, cada vez que quisiera regalarle un juguete, lo enviara a uno de los niños de una lista que le entregó. Su madre guardó el papel y abrazó con alegría a su niño.

Sobre la mesa de luz una semilla diminuta comenzaba a abrirse al recibir los primeros tiernos abrazos del sol.

La Zorra y el Leñador

Hace mucho tiempo, una pobre zorra huía despavorida de un grupo de cazadores, que pretendían darle caza. En su frenética carrera, se encontró con uno de los leñadores que había por la zona, al que le pidió que la escondiera en su cabaña mientras pasaba el peligro.

Cuando los cazadores llegaron hasta el lugar en el que se encontraba el leñador, le preguntaron si conocía la dirección que había tomado el animal. Este, les contesto que no sabía por dónde había podido irse, a la vez que con una de sus manos les hacía sutiles gestos, con los que les indicaba que su deseada presa, se encontraba en la cabaña.

Afortunadamente para la zorra, los cazadores no se dieron cuenta de lo que les quería indicar el pérfido leñador y continuaron su camino, olvidándose de ella.

Al ver como sus perseguidores se marchaban del lugar, la zorra se deslizó fuera de la caballa, para marcharse a su casa. Cuando ya llevaba un trecho andado, el malvado leñador le gritó desde la cabaña, que le había salvado de una muerte segura y no se lo había agradecido.

Dándose la vuelta la zorra, le dijo:

Te estaría agradecida, si no hubieras dicho una cosa con la boca y otra con tus manos.


El Labrador y sus Hijos

Tras muchos años de duro trabajo, un viejo labrador, comenzó a notar que sus fuerzas iban mermando cada vez más. Como no quería que sus tierras fueran abandonadas tras su muerte, trazó un plan, para que sus hijos aprendieran a cuidarlas, sin darse cuenta.

Cuando tuvo todo apunto, les llamó hasta su presencia y les anunció:

-Queridos hijos míos, siento que mi fin se está acercando; id a la viña que con tanto amor llevo cultivando todos estos años y buscad aquello que escondí para cuando llegara este día.

Pensando que se trataba de un enorme tesoro, corrieron raudos y veloces al lugar que su padre les había indicado. Allí, cavaron y cavaron durante horas, hasta que no quedaba ni un solo centímetro de tierra sin remover.

A pesar de su empeño y del esfuerzo realizado, no encontraron nada que mereciera la pena vender. Apesadumbrados por el engaño de su padre, se marcharon a su casa, sin sospechar el verdadero propósito de su progenitor.

Meses después, cuando uno de los hermano pasaba por allí, descubrió que todo su trabajo no había sido en balde, ya que la viña estaba llena de apetitosos frutos, con los que pudieron enriquecerse.

Algo Mío

Noche de Amor

Ha llegado la noche
con su inmenso mantón de luceros,
desplegando sus sombras
en la cálida y quieta ciudad.

Y llevando en su seno
mil ensueños de amor prisioneros
para los corazones
que se saben querer de verdad.

Noche de inspiración,
noche para los dos,
noche que nos envuelve
en su dulce quietud.

Amémonos mi amor
con todo el corazón,
y con todas las fuerzas
de nuestra juventud.

Ha salido la luna
circundada de blancas estrellas,
para darle a la noche
un romántico hechizo de paz.

Y en la playa las olas
se divierten jugando con ellas
al mecer su reflejo
al vaivén de su dulce compás.

Mario Carreño

Poesías

Te vas Como la Lluvia…
al Excmo. Sr. Alcarez en su Despedida

Te vas como la lluvia que fecundó el plantío,
como el azul verano que deja los manzanos
cargados de manzanas, los campos con rocío
y cosechas inmensas que sembraron tus manos.

Tu vida es una huerta de mil frutos de gracias
cuando la tarde llega rebosante de paz,
las luciérnagas buscan posada en las acacias
y las olas se duermen en las playas del mar.

Una conciencia vaga de gracia y de alegría,
un mundo de memoria y de inmensa gratitud.
Si las tardes se acercan y se termina el día,
la noche es de recuerdos de plenitud azul.

Te recuerdo en mis campos, te recuerdo en mis mares
sembrando bendiciones y pescando la luz,
tal vez nunca faltaron las dudas y pesares,
pero vino la gracia de la cruz de Jesús.

Pasaste muchas noches con tus redes al lago
con inmensa fatiga, con inmenso desvelo,
solo peces luceros te regalaba el cielo
y nubes peces grises con sus contornos vagos.

Llega la noche quieta con su manto de estrellas
invitando al descanso santamente sereno.
Gocemos en el sueño el arrullo del Dios bueno
y los sueños felices de viejas epopeyas.

Descansas, mas no entregas tu barca, pescador,
en la que tú pescaste a lo largo de tu vida,
te quedan muchas pescas en los mares de Dios,
sólo el timón entregas de tu barca querida.

El Señor te bendiga por siempre y de mil modos,
te dé su amor inmenso, te haga sentir feliz
para que cuando venga muy amigo por ti,
como obispo del Cielo nos bendigas a todos.

Tomada del Libro: “Mi Desierto, Poesías”
del Padre Rafael Alcántar Mondragón

Mis Quince Años

Al fin ha llegado niña
lo que tanto habías deseado,
fue la ilusión de tu vida,
el llegar a tus quince años.

Te hemos visto crecer,
te hemos visto jugar,
y también hermosa Kary,
te hemos oído cantar.

Los años que han pasado,
han pasado como el agua,
pero cada uno te ha dejado,
una semilla en tu alma.

La primera es la virtud,
y debe ser cultivada
con el agua de la gracia
que Dios derramó en tu frente,
cuando fuiste bautizada.

Riégala frecuentemente,
no la eches al olvido,
que siempre esté en tu mente,
que es tu principal motivo,
para seguir adelante
con la fuerza del Divino.

Y así como la azucena,
es símbolo de pureza,
conserva tu almita blanca,
sé siempre una niña buena.

Hace quince años tus padres,
recibieron un regalo,
Dios les mandó bendiciones,
y tus padres entre emociones,
te tomaron en sus brazos.

No los desprecies jamás,
ni tampoco los deshonres,
y recuerda que tus padres,
son tus amigos mejores.

Dios quiera que algún día,
seas una mujer con éxito,
y que saborees las mieles
que con tu esfuerzo has hecho,
y si el apoyo de tus padres,
para ti sea de provecho.

Todos te queremos Kary,
y nos sentimos felices,
compartimos tu alegría
de haber llegado a tus quince.

Tu abuelito que te quiere…
J. E R B.


L Aniversario

Como una florecita
que al despertar el alba,
nace fresca y bonita
esparciendo el perfume
que al corazón embriaga;

y que al pasar el tiempo,
cuando ya está lozana,
se encuentra muy ufana,
pues cuatro retoñitos
ahora la acompañan.

A esa florecita,
que nació una mañana,
cubierta de rocío
cual brillantes perlitas,
desde hace cincuenta años
me acompaña en mis cuitas.

Y los cuatro retoños
que de ella han nacido,
son nuestros cuatro hijos,
nuestros hijos queridos.

Has sido esposa buena,
has sido madre tierna,
nuestros hijos te adoran,
ya eres Bisabuela.

Sigo amando a mi esposa,
sigo amando a mis hijos,
en estos cincuenta años
hemos estado unidos
como aquel primer día
cuando Dios nos bendijo.

Gracias mi Padre Eterno,
gracias mi Madre amada,
yo no encuentro palabras
que broten de mi Alma,
para decirles “gracias”,
por tanto que nos aman.

A ustedes mis queridos hijos:
nunca se vuelvan la espalda,
manténganse siempre unidos
y ámense como Dios manda.

J. E R B


50 Años Juntos

Hemos pasado tanto tiempo juntos,
como lo que somos: marido y mujer.
Hoy que volvemos a renovar nuestros votos,
te digo que tú, esposa mía, me haz hecho poder amar y querer.

Han pasado muchas primaveras
y el Creador ha sido bueno con nosotros,
nos dejó tener cuatro hermosos retoños,
que ahora sus hijas son mamás y sus hijos son abuelos.

¿Quién nos dijo que este camino iba a ser fácil?,
¿Qué persona nos dijo que la vida con nosotros iba a ser dócil?
Hemos atravesado malestares y problemas juntos,
como la hermosa pareja de esposos que somos.

Mas de trece nietos hemos cargado,
hemos alimentado y hemos cuidado,
a una hermosa bisnieta hemos podido amar y querer,
y a un pequeño bisnieto, sus suetercitos le haz empezado a tejer.

Mira esposa mía,
nuestra piel se ve distinta pero no está fría,
hoy nos hemos vuelto a poner el saco y el vestido,
ya que muchas metas hemos cumplido.

Tantos recuerdos innumerables,
y cuántos momentos inolvidables,
¡Tantos son que no los puedo ya contar!
Porque apenas voy en el tercero y ya empiezo a llorar.

Pero dejando todo esto aparte,
te digo que tu y yo siempre saldremos adelante,
y lo hemos demostrado con estos cincuenta años
que tú y yo tenemos de casados.

¡Gracias al Divino Creador!,
por dejarnos llegar a nuestras Bodas de Oro,
para mí, este es mi gran tesoro,
que compartimos los dos con cariño y amor.

¡Gracias Virgencita!,
por dejarnos llegar a cumplir uno de nuestros sueños,
que este sea el comienzo de lo que somos,
una gran y hermosa pareja de esposos.

Siempre estaremos juntos,
y ni la muerte podrá separar
a esta hermosa pareja que cumplen cincuenta años,
de haber unido sus vidas para que siempre se pudiesen amar.

Poema dedicado a mis abuelos que cumplen 50 años de matrimonio

G T R R


Doy Gracias a Dios N.S. y al Señor Mario Carreño
por el tiempo que publicó en su revista
“Por Amor al Arte” mis
pequeños poemas o versos.
¡Gracias!
Me despido de mis compañeros,
mi aprecio, y les deseo éxito.
A mis lectores: ¡Mil gracias!
Me retiro agradecida.

I S J.



Mi Amiga la Soledad

Sentado en la banca de un jardín
veo a la gente pasar, sin mirar.
La vista se pierde en el confín,
el pensamiento vaga sin cesar.

No deseo ni pido compañía ;
me acompañan estos pensamientos,
son gratos, aunque son tiranía,
mis amigos en estos momentos.

Y no quiero el vaivén de esta vida,
un tiempo solo únicamente,
para estar conmigo y mi amiga
y poder soñar eternamente-

R R S

La Nubecita

En lo alto, en el cielo azul,
una pequeña nube está
como adorno de una majestad
en el velo hecho de fino tul.

Inmóvil en el espacio es
el sol reverbera sin piedad,
dejando color sobre la tez
y no llueve, qué calamidad.

La nubecita apenada está,
enviar el agua ya quisiera,
el mes de mayo lejos está.

Evitar esta calamidad
antes de que la vida muera,
a causa de la necesidad.

R R S

Mi Cristo

Sí, estás caído,
sí, estás ya muerto.
Y yo te pregunto:
¿Serás un olvido?

Son los cuatro vientos,
lares de esta tierra,
¿Esperan sedientos
cobrar tu locura?

Fuiste el peregrino
que quitó el amor,
dejando sin destino.

Al mundo en dolor,
si tú me lo permites
¡Soy tu redentor!

R R S

Mentiras

¿Qué le dices a tu corazón
cuando pregunta por mí?
¿Acaso le dices que ya me perdí,
que agarré otro camino
para alejarme de ti?

Hazle creer que todo fué así
para que no te reclame
por estar ya sin mi.

Miéntele, cuéntale muchas mentiras,
pero nunca le digas que fué todo por ti.
Que crea que yo fui el culpable
para que a mí me desprecie,
para que a mí me aborrezca,
pero no así a ti.

J B

La Conspiración

Una vez más, me dejaste sin palabras.

Aplacaste con dulzuras mis angustiados enojos, sollozos ahogados de impotencia, enojos ofuscados por el dolor.

MI reclamo injusto; era para ti.

Mi enojo inconsciente; era para ti.

Mi llanto angustiado; pensaba, era por ti.

Y un día, al cerrar los ojos, dejé vagar la derrotada imagen que guardaba en mi viejo espejo, la que disfrutaba colarse a donde quisiera, sin importar lugares ni distancias. ¡Oh! ¡Qué maravilloso es volar y volando así llegar hasta ti!

Me miraste con inmensa dulzura, pero no me invitaste a pasar, vi con gran emoción mi carta entre tus manos, mientras presuroso afinabas algo que parecían ser los últimos detalles.

Tantas ventanas en el cielo; y yo pensando que todas eran estrellas.

Subiste tu manga y al meter tu mano en aquel agujero, sacaste lo que parecía ser un grano de luz. Saló flotando de tus manos y se fué zigzagueando como si el universo fuera su campo de juego.

Tintiteando, se colocó junto a miles que ya ocupaban sus lugar, siempre apuntando a un lugar específico. Y hasta entonces comprendí:

Mi pregunta no era para ti, presionándote, angustiándote para que no te llevaras a mi hermano.

Hoy lo sé: la pregunta era para Él, si de verdad quería seguir en este mundo tan lleno de obscuridad y de frío o sequir aquel camino de luz que le habías preparado para que no se perdiera y llegara a tiempo a la fiesta de bienvenida que le hacía el Gran Señor a uno de sus hijos consentidos.

Disfrutar junto con Él, todos aquellos preparativos por el gusto de recibir a su hijo que ya tenía 40 años viajando por muchos lugares.

Y tuve que cambiar mi dolor por alegría, al ver lo afortunado que Él era, no cabía ningún egoísmo.

Era injusto querer tenerte a la fuerza en un lugar que hacía tiempo ya no tenía nada bueno para ti.

Y no pude menos que decir gracias Dios, por hacerme tan feliz: comprendí que no era malo conspirar, porque el universo siempre lo hace, y para nuestra fortuna esa conspiración siempre termina con una hermosa fiesta sorpresa donde el regalo, es un lugar especial teniendo de compañeras a miles y miles de estrellas en el universo.

Feliz Viaje, Carlos.

M J L

Desamor

Mis sonámbulos pasos, se han hecho mucho más lentos, se les perdió la mínima prisa por llegar a ningún lado, pasos que en mis días soleados, cualquier camino, cualquier vereda, siempre me conducían hasta ti.

¿Dónde estás?... No lo sé y no quiero saberlo. Te amo tanto, que si tu felicidad está lejos de mi, no dudo que estarás en un paraíso, sólo ahí te puedo imaginar. Nada más y nada menos de lo que merece un ser tan maravilloso como tú.

Pienso una y mil veces ¿Por qué lo nuestro termino? Y no encuentro otra respuesta, más que la mía, y sabes que es lo mucho que te amaba!!!

Y hoy, cuando este cielo gris sufre conmigo, en medio de su negrura y sus caudalosas lágrimas, un viento helado me susurró al oído esa respuesta.

No bastaba amar a morir, si solo es un corazón el que late alocadamente, mientras el otro… simplemente late.

Fué doloroso comprender lo importante que es la sintonía, la armonía, la mutua admiración, las simplezas que van llenando los espacios de cada día, espacios que también se me han perdido.

¿De qué te puedo acusar? ¡¡¡Que te robaste los mejores años de mi vida!!! Si cada segundo a tu lado valió mucho la pena.

¡¡¡Que bebiste hasta saciar, cada día el néctar de mi boca!!! Sin importarte dejar seco ese venero. Mientras con adormilados ojos, escuchaba tus tiernas palabras diciéndome al oído que en la vida no había nada que se me pudiera comparar.

¡¡¡Que!!! SI CADA DÍA ME CONVIERTO EN SOMBRA, no es tu culpa, soy yo la que no sabe vivir sin ti. El Universo debe estar decepcionado, al ver que no soy ni la sombra de lo que fui.

Pero sin en eso termina este ser que vivió de ti y por ti, entonces tan solo te pido un último favor.

No te pongas triste con los días nublados, sé que no te gustan, a partir de hoy disfrútalos con amor, mira sobre ti, ahí estará una brillante nube de algodón, buscando formar un espejo de agua y en él, uno de tantos días tal vez: volverte a mirar.

M J L

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