Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

sábado, 8 de diciembre de 2012

Reflexiones

La Relación entre Hombre y Mujer

Tú y yo vivimos en una relación que valoro y quiero conservar. Sin embargo, cada uno de nosotros es una persona diferente, con sus propias necesidades y el derecho de satisfacerlas. Cuando tú tengas dificultades, trataré de escucharte y ayudarte para que encuentres tus propias soluciones, en lugar de depender de las mías.

Cuando tu actividad interfiera con lo que debo hacer para la satisfacción de mis necesidades, te comunicaré abierta y honestamente cómo me afecta, confiando en que tú me comprenderás y ayudarás en lo que puedas.

En las ocasiones que descubramos que ninguno de los dos puede cambiar su conducta para satisfacer las necesidades del otro, reconozcamos que tenemos un conflicto que requiere solución. Comprometámonos, entonces, a resolver cada uno de estos conflictos.

Yo respeto tus necesidades, pero también quiero respetar las mías. Esforcémonos siempre para encontrar una solución que sea aceptable para los dos. Así venceremos y ninguno quedará derrotado.

Y podremos continuar relacionándonos el uno y el otro con respeto, amor y paz mutuos.
Anónimo

Sin Peleas

Una pareja fué entrevistada en un programa de televisión, llevaban cincuenta años de casados y asombrosamente nunca habían peleado. El conductor, lleno de curiosidad, le preguntó a la mujer:
-En los cincuenta años que llevan casados, nunca han peleado, ¿verdad?
-No –respondió la mujer con firmeza.
-¿Y cómo es eso?
-Pues verá, cuando nos casamos, mi marido tenía una yegua que apreciaba muchísimo. Era la criatura que él más quería en la vida. El día de nuestra boda fuimos de luna de miel en nuestro carro tirado por la yegua. Andamos algunos metros y la yegua tropezó. Mi marido le dijo con voz firme a la yegua:
“Uno”.

Pero unos metros más adelante, la yegua tropezó de nuevo. Mi marido miró a la yegua y dijo:
“Dos”.

La tercera vez que se tropezó, sacó su pistola y le pegó cinco tiros a la criaturita. Yo totalmente sorprendida le recriminé:
-Pero ¿por qué has hecho semejante cosa?

Mi marido me miró y dijo:
-Uno...
Anónimo

Para ello, los esposos tienen que diferenciar cuándo una acción es de buena voluntad y cuándo no lo es. De esta manera se evitarán resentimientos y rencores mal fundados, porque el vivir por siempre recatado(a) no es sinónimo de felicidad.

Tomadas del Libro: “Reflexiones y Pensamientos
para lograr un Matrimonio Feliz”

Algo mío

Mi Sueño

Me paso las horas
viendo tu retrato,
dulce compañero
de mi soledad.

Lo llevo a mi pecho
cerrando los ojos,
y digo tu nombre
con tanta ansiedad.

Amor de mi vida,
si vieras qué largas
se vuelven las horas
sin ver tu mirar.

Si vieras mi cielo
lo mucho que anhelo
tu risa divina
volver a escuchar.

Que no me conformo
con verte en retrato,
pues quiero sentirte
muy cerca de mi.

Mi sueño es tenerte
por siempre conmigo
y toda la vida
estar junto a ti.


Mario Carreño




Colegio Guadalupe Victoria

Con motivo del Centenario de su fundación el próximo 26 de Enero
II Parte

COMPROMISOS Y RETOS

El Colegio Guadalupe Victoria reconoce la realidad del mundo actual y consciente de la misma busca, proyectarse a la sociedad como una institución con un ideal bien definido: “La excelencia académica por su nivel cultural y humanismo cristiano”.

Los beneficios del tercer milenio, exigen una actitud de diálogo con el mundo, tanto en el ámbito cultural, como social, político y económico; reconocemos los fenómenos de globalización, el neoliberalismo y la pérdida de valores como problemas sociales, educativos y económicos en el mundo y nuestro país. Por este motivo, debemos tener una continua renovación y genuina reactivación del ideal que nos identifica como Colegio Guadalupano... “la educación del corazón” ya que José Antonio Plancarte decía: “cuando en un hombre solo se cultiva el aspecto intelectual sin ningún valor moral, éste resulta una amenaza, ya que será bárbaro, duro y cruel...” Me repugna ver cómo se llena la cabeza y se deja vacío el corazón..” es aquí donde la herencia de José Antonio Plancarte recobra su esencia y estamos comprometidos a seguirla.

Al realizar diversos análisis en el proceso de acreditación, permite apoyar los planes del Colegio a nuestra misión, visión y principios institucionales para llevar a cabo actitudes de congruencia a mejorar nuestra labor de acuerdo a los proyectos de mejora continua. Para lograrlo, proponemos las siguientes metas:.

1. Proyectarnos como un centro de educación excelente por su nivel académico y cultural.
2. Privilegiar la educación de corazón, entendida como educación en la voluntad y en valores cristianos.
3. Formar líderes cristianos capaces de incidir en la transformación evangélica de la sociedad.

Para lograrlo, se contará con la participación y disposición de todos los miembros de la comunidad educativa.

FILOSOFÍA EDUCATIVA
Concepto de Educación

La Educación es un proceso por el cual una persona desarrolla sus capacidades y actitudes, para enfrentarse positivamente a un medio social determinado e integrarse a él. Para nuestra institución educativa la educación consiste principalmente en la “formación del corazón”. Esto significa que reconoce a la persona en su dignidad humana, capaz de investigar la naturaleza física, la educación en la voluntad, en los valores cristianos y en la afectividad sin descuidar el aspecto intelectual.

FILOSOFÍA EDUCATIVA

El Humanismo que fundamenta a nuestras escuelas consiste en la afirmación del valor, de la libertad y de la dignidad de la naturaleza humana. La filosofía humanista cristiana es precisamente la exaltación de la naturaleza en su valor integral, en su intensidad y plenitud espiritual y corporal. Somos una escuela católica, contribuimos a la formación cristiana de nuestros alumnos a través de la educación evangelizadora.

FINES EDUCATIVOS

Promovemos la formación humanista integral y armónica de la niñez y juventud. Deseamos proyectarnos como un centro de educación excelente por su nivel cultural y su humanismo cristiano. Consideramos el ser humano como una persona de comunidad, hacia la trascendencia. Por eso nos proponemos los siguientes objetivos:

1. Hacer de nuestra escuela una gran familia, donde reine un ambiente de libertad y caridad.
2. Adquirir la madurez humana y cristiana de tal manera que se colabore al bien de la sociedad.
3. Adquirir y desarrollar las habilidades intelectuales que permitan aprender permanentemente y con independencia, así como actuar con eficacia e iniciativa en las cuestiones prácticas de la vida cotidiana.

JERARQUÍA DE VALORES

En la filosofía educativa de José Antonio Plancarte encontramos “... la educación moral y religiosa, única guía y fortaleza que el Hombre tiene para llegar a la felicidad por la espinosa senda de la vida” de ello se deduce que la ordenación jerárquica, que como Colegio Guadalupano profesamos, coloca éstos valores en la cúspide. El primer dato que se desprende de esta jerarquía es que son seis categorías:

Vitales: Favorecen la conservación de la vida. Tales como: salud, vida, energía, dinamismo.
Técnicos: Hacen la vida más cómoda y confortable; representa ahorro de tiempo y esfuerzo para el hombre. Ejemplo: practicidad, comodidad.
Estéticos: Se refieren a la belleza en sus diversas formas. Entre ellos destacan la armonía, la gracia y las bellas artes.
Intelectuales: Suponen y promueven el cultivo de la inteligencia. Sus ejemplos más claros son: verdad, lógica, capacidad de observación, juicio crítico, etc.
Morales: Son los que dan a las acciones y relaciones del hombre la dimensión típica y radicalmente humana. Ejemplos: amor, dignidad humana, bien común, justicia social. Estos serán los valores rectores que rigen a nuestra Institución.
Religiosos: Los que caracterizan las relaciones del hombre con Dios, ejemplo: Dios mismo, María Santísima, La Iglesia, Sagrada Escritura, Sacramentos, etc.

La jerarquía propuesta guarda entre sí un orden ascendente: poniendo en la base los valores vitales, nos vamos elevando en el proceso de personalización, de tal manera que, mientras más elevada sea la posición de la categoría, es porque su contribución a la plena realización del hombre como persona es más decisiva.

Escudo



El escudo de los Colegios Guadalupanos es de forma antigua. Tiene en la parte superior una división que en la heráldica lo hace de “Jefe”. En esta parte, aparece el lema de nuestro fundador: “Valor y Confianza”. Luce sobre un campo verde que es el color de la esperanza. Sobre el campo principal del escudo hay una cruz de hierro; la cruz es signo del amor de Cristo, centro de la vida cristiana, por eso se proyecta a todo lo ancho de la existencia.

Termina en punta de lanza, como la PALABRA de Dios que es penetrante, viva y eficaz, arma del cristiano. Los otros extremos de la cruz son lobulados como el trébol, cuyas tres hojas nos traen el recuerdo de la Trinidad. La cruz divide el escudo en cuatro cuarteles. En el cuartel más alto de la derecha, sobre el campo azul color de cielo, hay una estrella que representa a María, la Estrella Matutina que iluminó la aurora del mundo en el paraíso y la aurora de nuestra patria en el Tepeyac.

En el cuartel bajo de la izquierda, hay una antorcha. Cuya luz significa la síntesis entre fe y cultura y entre fe y vida, síntesis que tratamos de alcanzar en nuestros colegios. El campo es rojo, que es color del fuego y el color de la caridad. Caridad y fuego porque la fe y la cultura acercan a Dios, y por la fe vivida se entrega al servicio de los hermanos.

Los otros dos cuarteles ostentan los colores pontificios en señal de catolicidad. Están vacíos y sin empresa, para que los que militan bajo este escudo lo llenen simbólicamente con sus propias obras.

Bibliografía

José Antonio Alvarado Zavala

José Antonio Alvarado Zavala nació en Zacapu hacia el año 1930. Sus estudios primarios los realizó en su tierra natal, en donde poco a poco fué descubriendo su amor a las letras. Sus estudios superiores los realizó en la Facultad de Altos Estudios de la Universidad Michoacana.

En el año de 1969 publicó su libro Habitación sin Muros, en el cual manifiesta su forma de hacer poesía a través de “un lenguaje que rescata signos de humanidad” y “restablece la desgastada magia de las palabras…”

Son famosas, además, las Calaveras de Villaseñor, en las que desfilan personajes famosos y muy conocidos de Jiquilpan.

El Camino Aquel

Amiga mía:
vengo de recorrer el camino aquel
que transitamos juntos. ¿Lo recuerdas?
Polvo y aire…
Ya no son los mismos.
Las canteras perdieron su color natural;
son ahora más rojas,
por vergüenza…
Es lo que algunos dicen.
Otros dicen…
que cambiaron de ideas.
Yo sólo caminaba,
pensaba en el mar
para no recordarte,
mientras la brisa
me mojaba las mejillas.
Amiga mía:
debemos ocultar la ciudad,
su color la hace sospechosa.
Uniformes verdes
marchaban frente a mí,
con ojos asesinos.
¿Recuerdan la vieja fuente?
Me preguntó por ti;
la encontré abandonada,
se bañaba para no aburrirse.
Llantos y gritos de muchachos
golpeaban mis oídos.
Una anciana lloraba y maldecía;
llevaba en su regazo
un hijo muerto.
Las campanas, ¿las recuerdas?
Allá en las torres, en lo alto,
¿recuerdas cómo lloraban,
cómo reían con nosotros?
¿Recuerdas también
cuando reían de nuestro llanto,
como niños malcriados?
Cientos de muchachos
tomaban a dos manos su café de muertos,
y aquella vieja mujer de negro
seguía cubriendo de lágrimas
el Avemaría y acompañando
el Padrenuestro con suspiros.
Yo pensaba en el mar
para no recordarte
y las olas me oprimían la garganta.
Y el parque, ¿lo recuerdas?
La primavera la ha cubierto de rosas;
los árboles mecen en el viento su follaje.
A la sombra del viejo gigante
aún se conserva tu huella.
Y pensaba en el mar
para no recordarte;
parvadas de gaviotas no me dejaban ver,
sólo escuchaban voces
y llantos
y balas asesinas
y cascos de caballos
cada vez más cercanos.
Nuestros viejos amigos
preguntaron por ti. ¿Los recuerdas?
Ellos esperan aún nuestro regreso.
Yo, amiga mía,
pensaba en ti
para salir del mar.
Era el mar
que me hacía recordar;
recordaba que estábamos allí
oprimiendo a dos manos
nuestro café de muertos,
mientras fuera marchaban
los verdes uniformes
con ojos asesinos.
¡Sí!, estábamos allí,
ondeando la bandera,
aquella bandera
que tú no conocías,
que yo nunca había visto,
pero la amábamos,
pero la amamos
por ser nuestra.
Estábamos allí…
con su nuevo nombre propio…
Nuestros viejos amigos
preguntaron por ti,
esperan aún nuestro regreso;
he prometido yo
que volveríamos,
que estaremos ahí,
para juntos izar nuestra bandera,
la que fue nuestra
antes de conocerla.
Que estaremos ahí,
con nuestro nombre propio,
aquel con el que fuimos bautizados
cuando tomábamos.
nuestro café de muertos.
Amiga mía:
vengo de recorrer el camino aquel
que transitamos juntos;
quise no acordarme de ti,
para no estar triste.
Mira mis zapatos
conservan todavía.
el polvo del camino.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Historia

Salvatierra, una Lectura Profana
El Escudo de Armas (I Parte)

El Escudo de Armas de San Andrés de Salvatierra, está constituido por un óvalo que se divide en cuatro cuarteles. En dos de ellos está la cruz de San Andrés. El primer cuartel está pintado de púrpura. Otro, tiene un campo de trigo con tres haces de espigas, que simbolizan los tres molinos para pan que existían en la que fué la primera ciudad del actual estado de Guanajuato, y su color es plata. El cuarto cuartel representa el puente de Batanes y simboliza la unión del Valle de Guatzindeo o Huatzindeo con la nueva ciudad, su color es oro.

¿Por qué un Óvalo? Es la primera Interrogante

No hay más que una sola religión, la vida de Dios en la vida del hombre, afirma Joseph Fort Newton. El culto solar nunca ha dejado de ser el principio y el fin de todos los cultos, a pesar de los numerosos velos de púrpura y sayal, poéticos y vulgares, imponentes y miserables, con los que se ha encubierto. El óvalo o la elipse representa, entre otras cosas, la órbita de la tierra, y los cuatro cuarteles, las cuatro estaciones que van del púrpura al oro pasando por la plata. La elipse marca principio y fin, Alfa y Omega; nacimiento y muerte; día y noche; luz y tinieblas, y se vuelve el símbolo ideal para encerrar lo que acontece en la vida de un pueblo, sus orígenes y su destino. Su evolución.


El primer cuartel; la primavera, contiene la Cruz de San Andrés, en forma de “X”, de aspas, símbolo que había sido usado aún antes de la vida de este santo: El apóstol Andrés sufrió el martirio sobre una cruz de esta forma. Se le representa como una “X”. Aparece también entre los indígenas “cuna” de Sudamérica, quienes la consideraban como una protección contra los malos espíritus. También la encontramos en las monedas de Alejandro Bala, en Siria (146 a.C.) y en las de los reyes Bactrios (140-120 a.C.)

Del Repertorio de Símbolos Cristianos de Mariano Monterrosa Prado y Leticia Talavares Solórzano, se desprende que San Andrés Apóstol, correspondiente al siglo I, simboliza una casa quemándose, lo cual estaría directamente relacionado con el supuesto incendio mediante el cual se descubrió que las luces emanaban de la Virgen y no había tal conflagración.

La cruz decusata (X) o cruz griega, da la impresión del movimiento, la propulsión, el progreso. Se le relaciona iconográficamente con una cuerda, un pescado que pende de una cuerda, la red del pescador –Andrés es hermano de Pedro-. Es patrón de los comerciantes de pescado, cordeleros, fabricantes de redes, pescadores de agua dulce.

También se le invoca contra calambres (aunque quien los sufre debe implorar a todos los santos), disentería (llamada mal de San Andrés), erisipela, gota, tortícolis. Se le festeja el 30 de noviembre. Si esto marca la tradición popular, habría qué preguntarse: ¿por qué su primer cuartel está sobre color púrpura, si corresponde a la primavera? (continúa en el próximo número...)

Tomado del Libro: “Salvatierra, una Lectura Profana”
de Luis Montes de Oca y Sergio Hernández Saucedo


Historia y Evolución de Salvatierra

La Fundación de la Ciudad de San Andrés de Salvatierra, 1644

Los antecedentes inmediatos a la fundación de la ciudad y los principales personajes que en ella intervinieron. (continuación)

Don Gabriel López de Peralta, nació en la ciudad de México en 1593. Fue nieto de Jerónimo López de Peralta, el Viejo o el Conquistador, quien había llegado con Cortés a tomar parte de la conquista de la capital Azteca, recibiendo merced de tierras por estos méritos. El padre de don Gabriel fue don Gerónimo López de Peralta, el Mozo, quien fundó el Mayorazgo de Tarimoro, parte de estas tierras fueron las que don Gabriel ofreció a su Majestad, para la fundación de Salvatierra, a cambio de ser nombrado corregidor perpetuo de la nueva ciudad y escribano de cabildo, con todos los beneficios que los cargos implicaban.

Don Agustín de Carranza y Salcedo, nació en Valladolid al decir de unos, para otros, en Zelaya a finales del siglo XVI, hombre inteligente y culto, pero pobre, se desempeñó como escribano público, primero en Huatzindeo, y después en Chochones. Fué el principal gestor para la fundación de la ciudad, recibió el nombramiento de alguacil mayor en el primer Cabildo, en el año de 1660, fue desterrado de la ciudad por un grupo de vecinos afines a los López de Peralta, radicado en Pátzcuaro, volvió años después para morir en esta ciudad el 10 de agosto de 1688, fué sepultado en la capilla mayor del convento del Carmen, como consta en el acta asentada en el libro de defunciones número uno del archivo parroquial franciscano: “En el año del Señor, de mil seiscientos ochenta y ocho, en el día diez del mes de agosto. El alguacil Mayor Agustín de Carranza, hijo de Sebastián de Carranza y de María de Salcedo, viudo de Doña Catharina de Carriero, en unión y comunión de la Santa Madre Iglesia, volvió su alma a Dios, cuyo cuerpo a los once días del mes de agosto fue sepultado en la iglesia de nuestra Señora del Carmen de esta ciudad, y se confesó sacramentalmente con el Padre Prior de dicho convento, Fray Alberto de la Madre de Dios a quien dejó ordenado testase por dicho Agustín de Carranza y recibió el Santísimo Sacramento eucarístico por Viático, el día veinticuatro del mes de julio, y el de la extremaunción a los seis días del mes de agosto. Fray Pedro de Aguirre. Rúbrica.”

Una serie de hechos fueron conformando la creación de la ciudad: en 1635, se fundaron las cofradías del Santísimo Sacramento y la de Las Ánimas en el pueblo de Huatzindeo; se estableció el curato en febrero de 1643, con lo que alcanzaron los vecinos de Chochones la autonomía eclesiástica de Acámbaro; y la promulgación de la Real Cédula dada en Cuenca el 12 de junio de 1642, en la que el rey Felipe IV, establecía las disposiciones para conceder títulos y privilegios a varias poblaciones, haciéndole notar al virrey, la conveniencia de otorgarlos como medio para obtener recursos económicos para la Corona.

Con fundamento en lo anterior, el 1 de octubre de 1643, los vecinos otorgaron poderes para los oficios de Cabildo, y se tasaron según la costumbre de la época, dándole poder a don Agustín de Carranza y Salcedo para gestionar la fundación de la ciudad, y se obligaron a avecindarse en ella. El 1 de octubre del mismo año, don Gabriel López de Peralta, se dirigió al virrey ofreciéndole a su majestad, el rey, las tierras para la fundación, manifestándole lo siguiente:

“que en el valle de Huatzindeo, Tarimoro y Chichimecas, de la jurisdicción de Celaya, tiene cincuenta sitios de estancia para ganado mayor y diversas caballerías de tierra que le pertenecen a cada sitio, con el derecho de agua del Río Grande, zanjas, tomas y presas por merced, para el riego de dichas tierras de bienes de su mayorazgo, que fundaron el Tesorero Jerónimo López de Peralta y Doña Ana Carrillo de Peralta, sus padres; que por ser tan buen valle, temple y comodidades y por el uso del agua de riego y en tan buen distrito y cercanías de otras provincias de las más opulentas de esta Nueva España, valen dichos sitios, estancias y tierras, con las aguas que le pertenecen, con la saca y toma del Río Grande, que el suplicante hizo a su costa, ajusta común estimación 500,000,00, por ser tierras abundantes y fértiles de tan benévolo temperamento, así como para ganados como para labores, rindiendo copiosas y abundantes cosechas de trigo, maíz y otras semillas de que se abastece esta Ciudad y otras provincias reales de minas... Y el suplicante, deseoso, como leal vasallo de su Majestad, del aumento de su real poder, continuando los servicios de sus padres y abuelos, quiero servirle con dicho sitio y tierras y dicha agua para que en aquel puesto, en el paraje que llaman San Andrés Chochones, DONDE ESTÁN CONGREGADOS HASTA CUARENTA VECINOS ESPAÑOLES CON SUS MUJERES, HIJOS, CASAS Y FAMILIAS SE FUNDE UNA CIUDAD, QUE EL SUPLICANTE Y LOS FUNDADORES, PARA QUE ESTÉ DEBAJO DEL AMPARO DE SU EXCELENTECIA, SE LLAME LA CIUDAD DE SAN ANDRÉS DE SALVATIERRA, PUES SE HA DE FUNDAR EN EL TIEMPO DEL DICHOSO GOBIERNO DE VUESTRA EXCELENCIA...”

La Vida Colonial Salvaterrense, 1644-1810

La Llegada de los Religiosos Carmelitas

En México, mucho se ha hablado acerca de las labores realizadas por los frailes pertenecientes a las órdenes de San Francisco, Santo Domingo y San Agustín, así como por lo hecho por los regulares de la Compañía de Jesús fundada por San Ignacio de Loyola. Pero muy poco se ha dicho acerca de los hijos de la orden del Carmelo, a pesar de que muchas de sus obras que nos legaron, siguen siendo todavía causa de admiración y difíciles de superar, o cuando menos, igualar hoy en día.

Los religiosos Carmelitas llegaron a la Nueva España por acuerdo tomado en el Capítulo Provincial celebrado en Lisboa el 7 de mayo de 1585, ese mismo año, arribaron a tierras mexicanas con el permiso para su establecimiento del rey Felipe II y del Virrey. Su llegada fue tardía, porque en aquellos días los descalzos no estaban todavía separados definitivamente de los calzados o mitigados. Su provincia tomó el nombre de San Alberto, los conventos y casas que fundaron fueron: Los Conventos de San Ángel, San Joaquín, el Desierto de los Leones, las iglesias del Carmen de México y La Sabatina, en la ciudad de México; además, en Querétaro, San Luis Potosí, Valladolid, Puebla, Toluca, Atlixco, El Santo Desierto de Tenatzingo, Celaya y Salvatierra.

Salvatierra nació y creció a la sombra del convento de los Carmelitas Descalzos, la historia colonial de la ciudad tiene tan profundas raíces en él, que es difícil, o a veces hasta imposible separar las dos entidades. A pesar de los ordenamientos de los definitorios de la orden, que prohibían a sus comunidades conventuales adquirir bienes, en Salvatierra se transformaron en grandes propietarios de tierras, por su participación en capellanías, censos, legados y concesiones que les otorgó el Cabildo y Regimiento de la ciudad, sin embargo, la vida conventual no sufrió relajamiento, los Carmelitas Descalzos fueron fieles a los votos que profesaban, que los caracterizó por su estricta disciplina y observancia regular, la cual, sólo se interrumpió con la exclaustración de la época Juarista, y finalmente, con la lenta decadencia de la provincia de San Alberto de México.

La llegada de los Carmelitas a Salvatierra no fue obra de la casualidad, o de meras situaciones circunstanciales. Fue el producto de una perfecta estrategia gestada y diseñada muchos años atrás, y no en Salvatierra, sino en la Villa de Zelaya, el personaje central lo fué don Agustín de Carranza y Salcedo, lo que hace presumir que era oriundo de Zelaya, y su relación con ellos la estableció desde su juventud en el antiguo convento de esa villa.

Tomado del Libro: “Historia y Evolución de Salvatierra”
de Miguel Alejo López


Aztlán: origen y destino

Homo Sapiens espaldas frías

Tomemos como referencia de tiempo la aparición de Jesucristo y vayamos cien mil años antes, cuando la única superficie poblada de la tierra era el continente africano y se realizaba la primera migración de Homo Sapiens rumbo a la India, Indonesia y Australia. Cincuenta mil años después se dio una segunda migración hacia el Asia oriental, la India y Kazajstán, esto coincide con el notorio aumento en la población en los lugares donde llegó esta segunda migración. Alec Knighty y Peter Underhill, haciendo estudios de ADN en una tribu del desierto del Kalahari y otras tribus de Tanzania, encontraron que son descendientes de los primeros pobladores de nuestro planeta, ésta tribu son los Bosquimanos, actualmente todavía existen cien mil de ellos en África.

Se cree que fueron parte de los Bosquimanos los que emigraron al continente asiático 50,000 años a.C. en tres direcciones; hacia Asia oriental, la India y Kazajstán. De la migración de Kazajstán se originaron los pueblos de Europa y los pueblos de América. Una parte de la migración de Kazajstán se dirigió a la península de Chukchi en Liberia, a finales del cuaternario, en el último período glacial, 30,000 años a.C., donde se abrió un corredor que unió a Asia con América llamado Beringia, que por efecto del último periodo glacial, que comenzó hace 120,000 años y terminó hace diez mil años en que se cubrió 30% de la superficie terrestre de hielo (actualmente sólo se encuentra cubierta 10%). Bajó el nivel de los mares entre 50 y 10 metros, entre ellos el estrecho de Bering, que lleva su nombre en honor a su descubridor, el danés Vitus Bering, quién lo descubrió en 1728.

Este estrecho, es un mar de poca profundidad que no supera los 30 metros, por lo que Beringia estuvo al descubierto desde 30,000 años a.C., o probablemente mucho antes, ya que la glaciación había comenzado en el año 120,000 a.C., y se cerró al terminar la glaciación, o sea 10,000 años a.C. Esto permitió que muchos grupos de Homo sapiens y tal vez Homo sapiens sapiens y grandes manadas de animales cruzaran hacia América por Beringia que no medía más de 80 kilómetros, entre la península de Chukchi Rusia y Alaska.

Se ha encontrado gran similitud en las características físicas de los pobladores del este de Asia con los nuevos habitantes de América, como los indios de Norteamérica, los olmecas, los toltecas y los mayas, por ejemplo: pelo negro, grueso, lacio y resistente; poco vello en el rostro y el cuerpo; pómulos salientes; nariz pequeña y achatada; ojos negros, alargados y oblicuos; dientes incisivos en forma de pala. La forma del cráneo es variable, por ejemplo: los chinos del norte son dolicocéfalos y los del sur, braquicéfalos; los indios de América del norte son dolicocéfalos y los olmecas, toltecas y mayas, braquicéfalos.

Se han descubierto varios asentamientos en Yuan, Canadá, de utensilios de huesos fechados 22,000 años c.C., en el Valle de Anáhuac, en México, también se encontraron restos de hogueras datadas 21,000 años a.C., en Alaska; otras del año 13,000 a.C., en Bluefish; de 9000 años a.C., en Dry Creek; y de 8,000 años a.C., en Akmak.

Tomada del Libro: “Aztlán: origen y destino”
de: Melquiades González Gaytán

Narraciones

La Deserción de Católicos a las Sectas Protestantes
Por : Rodolfo Mújica Pérez

¿Por qué desertan algunos católicos de su santa religión para incorporarse a las sectas protestantes? Esta pregunta se las he hecho a varios amigos míos, y su respuesta es la misma que he oído y leído en cassettes y libros, y es ésta: “Los católicos que se separan de su santa religión católica y abrazan las sectas protestantes, se debe a su ignorancia, o bien, a esos tales les faltó fuerza de voluntad, para rechazar las mentiras de los protestantes y se dejaron “lavar el cerebro”, etc, etc.” Pero esos desertores responden: “Yo antes era un borracho, un mujeriego, un desobligado con mi familia y nomás me cambié de religión, y “santo remedio”, ahora soy muy feliz y nada falta en mi casa...”

Este fenómeno psicológico de los católicos que han vuelto su espalda a su santa religión, me ha puesto a pensar a fin de encontrar el porqué de ese cambio. Luego de darle muchas vueltas a este asunto, he llegado a creer que tal vez nosotros los católicos de actualidad, tenemos parte de culpa de tal fenómeno, porque ya no somos los católicos de antes. Nuestros antecesores eran mas caritativos que nosotros. Su forma de vida estaba más apegada a las enseñanzas del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, además la gente cumplía fielmente con las reglas de sus devociones y tenían por modelos a San Francisco de Asís, San Vicente de Paul, San Antonio de Padua, San Francisco de Sales, San Juan Bosco, al Padre “Sabalita” y al Padre del Valle. Casi todas las mujeres eran devotas a la Santísima Virgen María. Cosa que ahora las devociones están por los suelos.

Ahora, parece ser que se nos ha endurecido el corazón. Somos menos sensibles al dolor y al sufrimiento de los demás. Si alguien es víctima de una injusticia de parte de las autoridades, lo dejamos solo a que lo revuelque el toro y nosotros nos quedamos muy calladitos. Esa actitud nuestra no está bien. En esto y a manera de ejemplo, yo exhorto a mis hermanos católicos a leer y meditar el contenido de la Parábola “del Buen Samaritano” que está escrita en la Sagrada Biblia en su Capítulo X, versículos 25 al 37 del Santo Evangelio según San Lucas, que a la letra dice así:

“Levantose entonces un doctor de la Ley, y díjole con el fin de tentarle: Maestro, ¿qué debo yo hacer para conseguir la vida eterna? –Díjole Jesús: -¿Qué es lo que en ella lees? –Respondió el doctor: -Amarás al Señor Dios tuyo de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo. –Replicole Jesús: -Bien has respondido, haz eso y vivirás. –Mas él, queriendo dar a entender que era justo, preguntó a Jesús: y ¿quién es mi prójimo? -Entonces Jesús tomando la palabra, dijo: “Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones que le despojaron de todo, le cubrieron de heridas y se fueron dejándole medio muerto. Bajaba casualmente por el mismo camino un sacerdote, y aunque le vió, pasose de largo. Igualmente un Levita, a pesar de que se halló vecino al sitio, le miró y tiró adelante.

Pero un pasajero de nación Samaritano, llegóse a donde estaba y viéndole, movióse a compasión, y arrimándose, vendó sus heridas, bañándolas con aceite y vino y subiéndole en su cabalgadura, le condujo al mesón, y cuidó de él en un todo. Al día siguiente sacó dos denarios de plata, y dióselos al mesonero diciéndole: -Cuídame este hombre y todo lo que gastares yo te lo abonaré a mi vuelta. QUIÉN DE ESTOS TRES te parece haber sido su prójimo del que cayó en manos de los ladrones? –Aquel, -respondió el doctor- que usó, con él de misericordia. -Pues anda, -díjole Jesús, y has tú otro tanto”

Pues eso es precisamente lo que hacen los protestantes con su prójimo . Ellos sí se ayudan unos con otros. A mí me constan esos comportamientos de ellos. Un hombre sin trabajo y con hijos, se acerca a ellos y de acuerdo con el Pastor, se mueven y le consiguen un trabajo. Lo mismo si se trata de un hambriento o enfermo pobre, etc., etc. Por otra parte, nunca yo he sabido que un protestante mate a otro protestante o que roben, defrauden, engañen a otra persona, aunque no sea de su creencia. Sin embargo, triste es decirlo, entre nosotros los católicos, casi nunca se ve una solidaridad semejante. Con cuánta facilidad a nosotros los católicos nos “gana el diablo”, montamos en cólera, sacamos la pistola o el cuchillo y por un mal entendido herimos a nuestro vecino, o bien, teniendo dinero pretendemos seducir a la mujer de Nuestro Prójimo. Yo he notado que no se ven pordioseros, ni lisiados que sean protestantes. Parece ser que tienen muy presentes el ejemplo del Buen Samaritano.

Nosotros los católicos, en lo personal también podemos ayudar a nuestro prójimo, de acuerdo con nuestras posibilidades. Hay mil maneras de hacerlo, son tantas las necesidades del más pobre, del marginado, del desposeído, del huérfano, del triste, del afligido por un gran pesar o ante una desgracia. El campo es muy extenso: si pensamos que a diario se cometen injusticias que sufre el pobre por no tener dinero, pues el rico todo lo arregla con su dinero, aunque haya cometido el crimen mas horrendo. Puede pisotear los derechos del pobre y nunca ser castigado. Las cárceles están llenas de pobres, dentro de ellas no se encuentran los ricos.

Para seguir adelante y a decir verdad, es cierto que dentro de la grey católica hay gente muy piadosa y caritativa, pero son pocos, y lo que necesitamos es que la mayoría de nosotros los católicos seamos mas compadecidos con los demás hermanos en humanidad. Yo pienso que sería bueno que en cada parroquia hubiera un Ministerio de ayuda mutua para apoyar a los necesitados en casos desesperados, previa comprobación del caso. Pueden formarse Cajas de Ahorro, para allegar fondos al Ministerio encargado de impartir ayuda a los verdaderamente necesitados, por ejemplo: un difunto que su familia no tiene dinero ni para comprar las velas ni el ataúd. Esto sería en lo colectivo. Pero sería bueno que en lo personal, tomáramos como modelo a seguir la cristiana actitud del “Buen Samaritano”.

Hace muchos años en la esquina de mi casa, había una tiendita, su dueño se llamaba Miguel. Era originario del Sabino, muy católico el hombre. Al terminar cualquier plática o frase, siempre decía “Bendito sea Dios”. Pues bien, una tarde llegó a su tiendita un señor ya viejo, campesino, amigo de don Miguel, de nombre Domingo. Luego de saludar a su amigo, se sentó en un banco rústico, sacó un morralito donde traía su tabaco, sus hojas de maíz, su eslabón, su yesca y su piedra de lumbre e hizo un cigarro. Lo prendió y empezó a fumar. Este señor tenía la gracia de platicar muy sabroso y sabía muchas anécdotas y daba a sus oyentes muy sanos consejos. Tenía ese hombre mucha experiencia. Los muchachos de la cuadra ya lo conocíamos y cuando llegaba a visitar a don Miguel, nos acercábamos a él para oírlo platicar.

Esa vez empezó de éste modo: “Mira Miguel, toma atención de lo que te voy a decir. También ustedes muchachos, paren bien las orejas: Miren ustedes, jamás vayan a olvidar este consejo: cuando se les presente la ocasión y vean a un prójimo, sea hombre, mujer, niño o anciano, necesitado de ayuda, no escatimen tiempo ni dinero, vayan prestos a socorrer a esa persona. Ayuden al hambriento, al indefenso, al despreciado, a la viuda, al huérfano, al enfermo. Si ustedes no tienen dinero, pierdan la vergüenza y pidan caridad para llevar lo más que puedan a esas gentes afligidas. Tengan siempre presente este consejo que yo les doy”. - Siguió diciendo el hombre: “¿Lo oíste Miguel? Procura no ser tan tacaño con tu familia ni con los demás. Ustedes muchachitos que me han oído, pórtense bien con sus padres y cuando sean grandes en edad, procuren socorrer a los pobres.

Recuerdo también haber oído a mi “jefecito” decir a sus amigos que aquel que cura a un hombre enfermo de la cruda, hace una obra de caridad. Pero yo nunca iba a imaginar, que esos consejos y comentarios habían quedado en mi mente grabados tan firmemente que no tuve ningún trabajo ponerlos en acción, cuando se me presentó la oportunidad de ser útil a los demás. De los casos que pude atender, citaré tres de ellos. Allá por el año de 1960, siendo Presidente Municipal de nuestro Salvatierra, el señor don José Jiménez Díaz, yo me encontraba sin trabajo y él me favoreció con el empleo de Alcaide Municipal. En ese tiempo, la cárcel estaba ubicada en la calle Juárez. En pocos días me di cuenta que en una cárcel es el lugar donde se presentan las oportunidades de hacer caridades. Me dije: “Estos hombres causados con largas condenas por muy malos que sean, yo tengo la obligación de cuidar de ellos. Yo no debo ser su verdugo. Con esta mentalidad empecé a desempeñar el cargo. En ese tiempo, estaba preso un señor de nombre Elpidio, del rancho de San Nicolás de la Condesa, municipio de Tarimoro, Gto. Un día, el auxiliar de mi confianza me llamó diciéndome: -Don Elpidio está muy malo, hace dos días que no se levanta de su petate. Fui presto, lo interrogué y por los síntomas deduje que se trataba de un tifo maligno.

El enfermo no tenía ni para comprar una cajetilla de cigarros Faros. En ese tiempo, frente a la cárcel había una farmacia atendida por un boticario de nombre Juanito Zamora, muy amable por cierto, que le fiaba medicina al Alcaide en casos de urgencia, y después se le pagaba. Le pedí a crédito a don Juanito 20 cápsulas de Cloranfenicol. Le di indicaciones al auxiliar para que le diera a tomar la medicina con puntualidad. Aquel hombre se alivió y un mes después fueron sus familiares a visitarlo, gente del rancho muy sencilla, pero agradecida. Don Elpidio les contó lo sucedido. Luego me pagaron el importe de la medicina y a mi me daban una gratificación que desde luego, me rehusé recibirla. Yo ya le había pagado las cápsulas a don Juanito, pues del mismo cuero correas.

Pues en la oficina del Alcaide había una regla vigente para los borrachos. Llegando a la mesa tenían que dejar en depósito, el reloj, alguna arma, anillos, dinero, para entregárselas cuando salieran del “bote”. Se hacía eso para evitar que los demás borrachos los despojaran de sus prendas. Pero había muchos Alcaides que no les devolvían nada, particularmente el dinero. Bueno, pues yo le hacía de este modo: Por ejemplo, si un borrachito dejaba 20 pesos, le tomaba yo cinco pesos, para ponerlos en una alcancía. Este dinero lo gastaba en la compra de un litro de chínguere (aguardiente) de Moroleón para curar la cruda de los mismos borrachos, darle alguna gratificación al Oficial de mi confianza en el interior de la cárcel, para el cajonero y para comprar yo mis cigarros.

Por cierto, el mandadero me decía: -Usted señor Alcaide, es muy tonto. Agárreles mas a los borrachos. Mire lo que hacía el otro Alcaide: Una noche los gendarmes trajeron un borracho, dejó sus prendas y además un fajo medio grueso de billete-dólar. De todo ese dinero, el Alcaide no le entregó ni cinco centavos. Todo ese dinero “se lo clavó”... y usted se conforma con una lagaña. –Mira Gorrión (así le decían por apodo), yo no puedo hacer eso. Mi conciencia no me deja hacerlo. -Bueno, -insistía -¿y todas las “mentadas de madre” que le dan, esas qué?... –Entonces solté una carcajada diciendo: para eso me pagan. Además, cuando los borrachos me la mientan, ya llevan el doble de mi parte y de todas maneras yo salgo ganando.

Otra noche, a eso de las once, la policía me llevó a tres borrachitos que yo conocía, de oficio mecánicos, los mandé a “la Leona”, un cuarto algo grande donde se encerraban a los borrachos y a otros de faltas leves. A eso de las tres de la mañana, oí que golpeaban muy fuerte la puerta de la Leona. Fui a ver qué sucedía. Al abrir la puerta, uno de ellos me dijo: “Señor Alcaide, ¿qué hacemos? Uno de nuestros cuates se está muriendo de la cruda. Mírelo, allí está...” –Sí, estaba engarruñado y se quejaba levemente, casi sin alientos. Nunca había yo visto un crudo como ese. Mostraba un temblor incontenible. Las quijadas las tenía tiesas. Los dedos de sus manos estaban torcidos y no podía hablar. Su caso era grave.

Al verlo, ¿qué hice? Corrí a mi oficina, saqué mi botella de chínguere y una cuchara. ¡Vamos!, les dije: ¡me van a ayudar! A uno de ellos lo puse a que le sostuviera la cabeza y al otro, a abrirle poco a poco las quijadas. Traté de que pasara las primeras cucharadas, sin poder lograrlo, pero poco a poco fué consintiendo su estómago retener las siguientes cucharadas. Después de unos quince minutos vimos su mejoría hasta que al fin pudo tomarse un buen trago de vino. Ya fuera de peligro, les dije a sus dos compañeros: “Cuídenlo y ustedes también tomen la botella y échense un “fogonazo” de chínguere para que no sientan cruda alguna. En otra ocasión, como a las diez de la noche, el gendarme me llevó a un hombre joven bastante borracho. Era un cobrador de la Coca-Cola. Entre otras prendas mostró un fajo de billetes, que yo me apresuré a contar. Me los arrebató el borracho diciendo: “déjeme a mí contarlos...” Los empezó a contar, pero los billetes de cien pesos los contaba por billetes de a diez. Total, contó cierta cantidad que era mucho menos de lo que contenía el fajo. –Déme mi recibo, -me dijo como muy enojado. Entonces tomé los billetes y los conté. Sí, era una cantidad casi mas del doble de lo que él me había dicho.

Entonces, me “tocó el diablo” y me dieron ganas de quedarme con más de la mitad de aquel dinero. Pero con cuanta rapidez reaccioné y me dije: “Si yo robo a este hombre ese dinero, no va a poder pagar a la empresa ese dinero y si el patrón lo manda a la cárcel, yo lo voy a tener preso y lo voy a estar mirando y mi conciencia me va a gritar diciéndome: ‘por ti, ese individuo perdió su trabajo y sufre encarcelamiento’”. Entonces conté correctamente aquel dinero, le dí al borrachito su recibo y solo le capé diez pesos para la alcancía. Al ver aquella acción mía, el policía me dijo: Señor Alcaide, déme a mi una copia del recibo que le dió al correccional. En el caso anterior, también el policía mostró una cumplida honradez, pues no “bolseó” al borracho, pues sucede a veces que los policías, antes de llevarlos ante el Alcaide, ya en la calle les han bajado los dineros y ya llegan sin nada en la bolsa.

En el caso que les he contado, yo tuve mi premio. Sucedió que el gendarme contó el caso al Inspector de Policía y éste se lo comentó al Presidente Municipal, el cual al día siguiente que fué a la consigna me felicitó y me dijo que me iba a dar un ascenso. Sí, sí me lo cumplió. Me mandó de administrador al Rastro Municipal. El sueldo mejoró. Ya no me desvelaba y con menos horas de trabajo.

Bueno, lector amigo, hasta aquí llego. No quiero fastidiarte con charlas interminables que cansan. Por eso, solo quiero decirte que al hacer referencia de los casos descritos, lo he hecho no por presunción, ni por aparecer como un hombre bueno, pues confieso que yo muchas veces he actuado igual que el sacerdote y el Levita que pasaron de largo sin ayudar al necesitado. Ahora me arrepiento de no haber aprovechado la oportunidad de prestar ayuda a mi prójimo, que son puntos buenos a los ojos de Dios Nuestro Señor. Y los consejos de don Domingo que daba a don Miguel y a nosotros los muchachos, coincidían plenamente con la palabra Bíblica de la parábola del “Buen Samaritano”.

Pongamos pues en práctica estas enseñanzas, nada nos cuesta hacerlo. La ganancia es segura, pues asimismo, en la tierra muchas personas son agradecidas, cuando reciben nuestra ayuda en momentos difíciles. Aparte de la otra ganancia que el Señor nos tiene reservada para los que fueron indulgentes con su prójimo. Los videntes aseguran que el premio es fabuloso.

Libro

HISTORIA DE LA MÚSICA POPULAR MEXICANA

El Apogeo de la Canción Romántica
La Inmortal Trova Yucateca

Los Cancioneros

En 1909 aparecieron publicados en Yucatán dos cancioneros: el Ruiseñor Yucateco y el cancionero conocido como de Chan Cil que contenía cuarenta canciones yucatecas con acompañamiento de piano. Compendio y suma de la inspiración peninsular, ofrecen al aficionado actual la posibilidad de observar el “romanticismo” que se cultivaba a principios de siglo, así como comprobar la continuidad de estilo y sensibilidad en los posteriores cancionistas yucatecos. A medio camino entre la poesía culta y la expresión sentimental o sensiblera, en sus letras se perciben las más variadas influencias, tanto de la poesía del resto de la república como de la zona del Caribe, Venezuela y Colombia. Todas demuestran la importancia de un “cantilenista” inspirado para los autores de canciones, y por la unicidad de sus temas amorosos, describen al recipiendario de las canciones: un idealizado y pasivo género femenino que no tenía más función que la de esperar eternamente la pleitesía, queja o declaración de amor apasionado del trovador o su contratante:


¿Quién como yo, mujer, te ha idolatrado?
¿Quién como yo, te amó con más anhelo?
¿Por qué me abriste con tu amor el cielo?
¿Para después rasgarme el corazón?

Porque te adoro y a tus pies me arrastro
que así vuelvan cual yo me vuelvo a ti
la aguja al norte, el heliotropo al astro,
la llama al cielo, mi esperanza a ti.


Otro conocido cancionero de la época fué Fermín Pastrana (1857-1925), mejor conocido como Huay Cuuc (ardilla diabólica). Pastrana gozó de la consideración de los conocedores y fué además un magnífico y fino guitarrista que contribuyó a crear el estilo de acompañamiento de la canción romántica posterior. En su estilo “culto” de canciones se nota la influencia cubana de Emilio Grenet, Sindo Garay y Sánchez de Fuentes. De su producción se recuerda “Que importa” con letra de Fernando Juanes G. Gutiérrez y “Fantasía” con letra del propio Pastrana, cuyas imágenes de tipo modernista comenzaban a privar entre los cancioneros de aquella época:


A través de Zafiria y densa bruma
contemplaba una imagen cual hurí
eras tú que con traje de alba espuma
junto a las olas como a Venus ví.


La Época de Oro de la Trova Yucateca, 1922-1928

Tras la desaparición de los estilos difundidos por Cirilo Baqueiro y Fermín Pastrana, empezaron a ser acogidos en Yucatán el bolero cubano y el bambuco colombiano. El bolero, como una transformación más rápida y viva de las antiguas danzas lentas, se adaptaba a las necesidades expresivas de los compositores. El bambuco, con sus alegres acentos rítmicos de origen negro, suavizados por la dulzura colombiana, cautivó el gusto de los trovadores yucatecos. Tocado con una guitarra sexta ejecutada al punteo, una guitarra triple al rasgueo y una bandola acompañadas de una o dos voces, constituía una novedad y un atractivo.

Aunque sólo fuese a título de creadores de una canción famosa, habría que incluir en esta generación de madurez de la canción romántica yucateca a Alfredo Tamayo Marín (1880) y Domingo Casanova Herrera. El primero, autor de la expresiva “Sueño”, mejor conocida como “Soñó mi mente loca”, logró la hazaña de su difusión inmediata, no sólo en el resto del país, sino aun en el extranjero. “Sueño” fué escrita entre los 14 y 15 años de edad (1895); la pureza de su melodía agradó tanto a Ponce que se sintió impulsado a hacer un arreglo especial de ella, lo que ocasionó que durante mucho tiempo se creyese que “Soñó mi mente loca” era producto de la inspiración del propio Ponce. Otra canción escrita en su adolescencia, “Cuando la noche tienda, es extrañamente similar a “La negra noche” de Uranga.


Cuando la noche tienda su negro manto
y no entonen las aves su alegre canto...


Domingo Casanova, peluquero de profesión y cuya peluquería constituyó en su época un curioso centro de estudio de trovadores, fué el creador de una irrepetible joya del género: la canción “Ella” (1925) basada en un poema del dominicano Osvaldo Bazil. Como modelo a seguir por multitud de autores posteriores, “Ella” destaca por su perfecto equilibrio tonal y la fluidez de una redonda melodía cuya naturalidad y modulaciones son insuperables.

Ambiente en Yucatán Durante los Años Veinte

Los nombres de los grandes de la canción yucateca, Ricardo Palmerín y Pepe Domínguez, permanecerán ligados en la historia de Yucatán al periodo del gobierno socialista de Felipe Carrillo Puerto. No tan sólo por la anécdota de sobra conocida del cortejo del gobernador a la periodista y peregrina estadunidense Alma Reed, a través de las lánguidas notas de la canción de Palmerín. Felipe Carrillo Puerto, el ardoroso creador de la “única y más pequeña utopía en el mundo real e imaginario”, quien se enorgullecía de haber realizado el reparto de 208 mil hectáreas de tierra entre los campesinos y de planear una efectiva “transformación de la demografía yucatanense” mediante el control de la natalidad, era algo más que el campeón de los ideales radicales o el generoso impulsor de un socialismo sui generis en el estado.

A principios de su gobierno, Felipe Carrillo Puerto había comprado un equipo transmisor que fué instalado en el local de la Liga Central de Resistencia; acto seguido, fundó la XEY, Voz del Gran Partido Socialista. Contra lo que pudiera suponerse, no sólo se hacían transmisiones de tipo político o social. Gran cantidad de trovadores encontraron en la estación un sitio de segura difusión. Desgraciadamente, al llegar la represión del centro de la república a principios de 1924, el general Ricárdez Broca, quien planeó y llevó a cabo el fusilamiento de Carrillo Puerto y doce de sus allegados mediante un juicio absolutamente amañado, destruyó la estación del Partido Socialista.

Carrillo Puerto, interesado en todas las manifestaciones del arte de su tierra, inició una época de difusión más amplia de la canción yucateca. Gracias a su iniciativa se envió a la ciudad de México una “misión cancionera” que colaboró en la celebración de las fiestas del Centenario de la Consumación de la Independencia. El éxito de la misión fué inmediato: los compositores de canciones de la capital y otras regiones de provincia reconocieron la redondez, el perfecto acabado de los bambucos, las claves y los boleros yucatecos.


(continuará…)

El Rincón para Niños


Cómo fué encontrado el Ladrón

Mustafá, sabio y rico mercader de damasco, tenía un solo hijo, llamado Saíd, al cual quiso educar con prudencia; pero Saíd confiaba demasiado en un joven armenio que logró engañarlo varias veces sin despertar sospechas. Un día Mustafá y Saíd se vieron obligados a ir a Bagdad por cuestión de negocios.
-¿A quién confiaré mi dinero durante mi ausencia? –se preguntó el mercader.
-A mi amigo, el armenio, desde luego –dijo su hijo. –Es el hombre más honrado de Damasco.
-Muy bien, Saíd –exclamó el padre- por una vez voy a seguir tu consejo.

Dió a su hijo una caja grande y fuerte para que la pusiera al cuidado del armenio, y cuando Saíd volvió se fueron a Bagdad. Dos meses más tarde volvieron a Damasco habiendo ganado una suma considerable de dinero con su negocio.

Fué Saíd en busca del armenio, y pronto regresó muy angustiado.
-Has insultado a mi amigo, -exclamó. Pues no era dinero lo que le has confiado, sino un montón de piedras.
-Dime, hijo mío, ¿cómo has sabido tu honrado amigo que sólo había piedras en mi caja? –preguntó Mustafá.

Debe haber roto las tres cerraduras y esto te probará ahora que yo tenía razón para no confiarle nada de valor. Saíd bajó la cabeza y desde entonces se dejó guiar por los consejos, la sabiduría y la experiencia de su padre.

Los Dos Pajaritos

Una vez, un pajarito iba volando y cantaba alegremente, cuando de pronto sintió un aleteo, miró atrás y vió que venía cerca de él otro pajarito que estaba triste, muy triste.
-¿Qué te pasa? –preguntó bondadosamente el pajarito alegre.
-¡Ah, amigo mío! –dijo el pajarito triste –soy muy desgraciado.
-Cuéntame tus cuitas.
-Te diré. Hace tiempo que busco la dicha y no la encuentro. He revoloteado por todo el espacio, he subido a alturas inconcebibles, he visitado lo más alto de las montañas, y oh, Dios mío! Siempre estoy triste, siempre soy desgraciado... No puedo ser dichoso... La dicha huye de mí al leve susurro de mis alas, como si fuese un terrible espantajo...

-¡Bah! –dijo el pajarito alegre. –¿Crees, tonto, que acaso buscando la dicha la encontrarás? Si estás siempre triste, si eres desgraciado y sufres horriblemente, es porque tú quieres.
-No, eso no –se apresuró a decir el pajarito triste. Yo quiero estar alegre, ser dichoso, pero... ¡si no sé cómo!
-Yo te diré. ¿Ves aquel árbol frondoso que está sobre una loma?
-Sí.
-Pues ve allí. Recoge pajitas del suelo, haz un nido, y pon tus huevos. Después, cuida de ellos, y verás que al poco tiempo salen unos pajaritos muy bonitos. Enséñalos a volar, y de esa manera serás dichoso. Si yo estoy siempre alegre es porque mi abuelito, que era el pájaro más sabio de mi familia, me dijo un día, mientras leía un libraco viejo: “La dicha no se busca, se hace. Ve nieto mío y cuando hayas hecho tu nido, habrás hecho tu dicha”.

El pajarito triste hizo entonces como le dijera su amigo y empezó a reinar en su alma el gozo y la alegría. Qué sólo viviendo como Dios manda y siendo útiles a los demás seres, es como podemos ser dichosos en la vida.

Tomados del Libro “Alma Latina”

Leyendas

Cigarrillos “Pata de Cabra”... por favor.

En época del Virrey Iturrigaray, es decir por el año de 1808, Salvatierra, junto con las ciudades de León y San Luis de la Paz, eran las más importantes de la Intendencia de Guanajuato por su pujanza económica. Para Salvatierra vino el declive económico en los años subsiguientes, por causas que no vienen al caso tratar en el presente capítulo.

Sólo quedaron algunas pailas o fábricas de jabón. Había también algunos talleres con telares de rebocería, mantas y camballas. Vinieron después las fábricas de hilados y tejidos: “La Reforma” y la de los Argomedo en Batanes.

Donde sí se veía pujanza ostensible fué en la industria del cigarro y puros.

Suprimido el monopolio del tabaco por el gobierno, que se había dado en la colonia, comenzaron los industriales en pequeño a torcer cigarros para su venta. Más como todo mundo estaba impuesto a tomar su jícara y su albayalde para torcerlos en casa al dulce conversar en familia o con personas de confianza, sólo los ricos y los jóvenes consumían los que se vendían en estanquillos y tiendas. Los primeros cigarros elaborados nos llegaron de la vecina Ciudad de Yuriria; los de “La Emperatriz” de Don Nicolás Castro; y los “América” de Don Sacramento Guerrero.

En Salvatierra, pronto empezó la producción en pequeñas industrias familiares, los cigarros más conocidos fueron: los “Pata de Cabra” o “Pata de Chiva” en cajetillas de 18 cigarros. Se llamaban así porque al torcerlos y para evitar que el cigarro ya torcido se desdoblara, le fajaban por en medio una tira de papel y por un lado le oprimían con un dedal de hojalata que traía en un dedo el operador, éste tenía una uña o punta dejándolo tapado y marcada en medio la ranura de la uña, que simulaba la pezuña de una cabra; y los “Churumbeles”, o sea un manojo de 18 cigarros fajados por en medio con una tira de papel; “Las Bolas” eran cigarros en forma de barrilito amarrados en los extremos con cáñamo amarillo.

Sus precios eran: los “Pata de Cabra” en cajetilla, tres centavos; los “Churumbeles”, dos paquetes por cinco centavos; y siete cigarros sueltos valían un centavo.

El proceso de elaboración más o menos era el siguiente: el probador era un hombre conocedor de la preparación del tabaco, rociaba las hojas con una infusión preparada a base de hojas de higuera, de guayabo y tripas de cirial. Se humedecía y se ponía a reposar en sacos de petate, bien prensado. Después, el catador decía si estaban en su punto, para que los picadores iniciaran su labor.

Las demás tareas eran; los cortadores de papel; los encajetilladores, los torcedores de cigarros; y los que pegaban las hojas de papel con atole de maíz.

Con el paso de los años llegaron las primeras marcas, sobre todo de la Capital; “La Prueba”, “La Niña”, “El Negrito” y “El Borrego” de Don Íñigo Noriega; vinieron después los de “El Profeta” y los de “El Gallito”. Por los años veinte entraron al mercado los de las fábricas “El Buen Tono” y los “Gardenia Chorrito”. Hubo otros como: “Los Yucatecos”, los “Reina Victoria” y los “Alfonso XIII”. Para 1926, entró la la Cigarrera “El Águila” con sus conocidas marcas que hoy perduran: “Faros” y “Tigres”.

El complemento, o sea el encendido de los cigarros también evolucionó; primero fué el encendido en el bracero; el pedernal, la yesca y el eslabón, después, le siguieron los fósforos de una cabeza con varita de cartón o de ocote, les decían cerillos de ruido o del diablito, por explosivos y ruidosos, y por último, los de silencio con dos cabezas.


La competencia a todos los niveles fué dura y feroz. En Salvatierra una marca ostentó como logotipo el escudo de la ciudad: los de “El Buen Tono”, que eran publicitados por Juan Silveti, padre de una dinastía de toreros, con el lema; “Silveti fuma el Buen Tono”; la conocida tienda “La Isla de Cuba” era la distribuidora exclusiva de la Cigarrera El Águila, con sus afamadas marcas: “Faros” y “Tigres”; y hasta de Yuriria nos llegó como publicidad la parodia de una conocida jaculatoria, que rezaba: “Emperatriz poderosa de los mortales consuelo, dadme una marca famosa para vencer a Guerrero” haciendo referencia a dos de los fabricantes de pitillos de esa ciudad.

El último representante en Salvatierra de este gremio fué Don Teódulo y su hija Chucha, que vivieron en el Callejón del Padre Eterno, allá por los años sesenta.

Las Imágenes de un Nazareno que Gemía y
la de un Cristo que lloró Sangre

Salvatierra es un tesoro, si no, compruébenlo ustedes.

Nuestra provinciana ciudad no se quedó atrás en lo que se refiere a leyendas que forman parte de nuestra historia y que no fueron registradas en la escritura con datos precisos, pero que despiertan un marcado interés. Hemos escuchado con emoción los relatos de fabulosos tesoros y de hechos increíbles, sucedidos en nuestras plazas y calles.

Las casonas viejas de la ciudad, son el lugar ideal para asegurar que hay dinero enterrado, y parece ser que más de alguna persona de nuestra época ha logrado dar con alguno de esos tesoros al hacer una reparación de una vetusta finca, encontrando entre sus muros bolsas de cuero de chivo repletas de monedas de oro y plata protegidas por cuartones de mezquite. Otros aseguran que “el muerto se les ha cargado” y viven con la esperanza de ver el día menos pensado, arder en el suelo o las paredes la llama azulosa que les indique el lugar de “el guardo”.

Pero en Salvatierra tenemos un tesoro, está a la vista y es de todos. Es de las pocas ciudades en que la generalidad de los templos pueden ofrecer un conjunto de imágenes exquisitamente bellas: San Nicolás de Bari y el Señor de la Clemencia, en el Templo de Santo Domingo; la suave melancolía del Patriarca de Asís y la conmovedora representación de Jesús Cautivo, en el Templo de San Francisco; la Virgen del Rosario y el Señor del Desmayo en Capuchinas; la Sagrada Familia en la Parroquia del Ranchito; la Virgen del Carmelo –tan bella la del altar mayo, como la “Güerita” de las peregrinaciones-, el Niño de Praga y Santa Teresita del Niño Jesús, en el Templo del Carmen; la Dolorosa del Oratorio, que difícilmente tendrá igual y allí mismo la Magdalena, el Apóstol San Juan y el Señor de la Flagelación; el Niño Limosnerito, San Pedro, San Andrés, El Sagrado Corazón y el San Juan Bautista en la Parroquia, y allí mismo, la bellísima imagen de Nuestra Señora de la Luz con su enigmática y misteriosa sonrisa que nos ha dispensado por más de cuatrocientos años.

¿Cuánto podrán valer las joyas que luce Nuestra Señora de la Luz?, ¿Cuánto podrán valer también los altares del Oratorio y de San Francisco, labrados finamente en cantera rosa por el humilde artesano Don Eligio Sanabria?, ¿Y cuánto ese portón y ese cancel de la parroquia, realizados por el humilde ebanista casi ciego, Don José Dolores Herrera?, ¿Y el Sagrario del Santuario de Guadalupe?, que hiciera él mismo y que es una réplica exacta del famoso “pocito” de la Villa de Guadalupe y que consta de más de mil piecesitas pequeñas labradas todas a mano?.

Otra parte del tesoro está en el portón del Templo de San Antonio y la puerta lateral del Templo de San Francisco conocida como la “puerta de los arcángeles”, ambas construidas hace más de doscientos cincuenta años. También el retablo de
la sacristía parroquial, que fuera el altar de la Capilla del Mayorazgo. Y las
esculturas sevillanas del Convento de las Capuchinas, así como el acervo de valiosísimas pinturas que hay en casi todos nuestros templos y tienen un valor incalculable. Que si por indiferencia no queremos tomar en cuenta su valor apreciativo, cuente para nosotros su valor material, que no es de miles, sino de millones de pesos. Y es nuestro; sí es nuestro porque no lo legaron nuestros padres y se lo podremos legar a nuestros hijos, los niños de hoy y siempre.

Incrementando este tesoro, existe en el Templo de San Francisco una hermosísima imagen del Señor de las Tres Caídas, el más bello retrato de Cristo que existe en la Ciudad de Salvatierra. Esta imagen, hoy privada de altar propio –el suyo estaba a mitad del templo en el muro del lado del evangelio- y sin el cuidado que su hermosura amerita, está relegado a una capilla a la entrada del templo. Es lástima, porque en muchas leguas a la redonda no se encuentra fácilmente otra imagen de Jesús que a la belleza de sus líneas reúna la suficiente serenidad que muestra esa escultura.

Es de goznes y era fama que en la ceremonia de las tres caídas, que se hacía en muy devota procesión por las calles de la ciudad, podía dar tres pasos antes de caer bajo el peso de la cruz. Comentaban los viejos que en el momento de doblarse en la caída, lanzaba un dolorosísimo gemido, debido a una combinación que tenía en los goznes, la cual, por orden de un Jefe Político de la segunda mitad del siglo XIX, se le quitó. Porque la impresión que producía ese gemido causó en no pocas ocasiones sustos muy grandes a no pocas personas, contándose que una vez una pequeña niña, que padecía del corazón, murió al escuchar el lastimero lamento.

Otra imagen hoy desaparecida en Salvatierra, era la de un Cristo que fué venerado en el Templo de Santo Domingo, se le conoció como el Señor del Buen Despacho, era más grande que los Cristos normales, impresionaba su gran tamaño. De esta imagen existen pocos datos; casi nulos, pero resulta que se formó todo un expediente acerca de él por los hechos extraordinarios que sucedieron, al decir de los viejos devotos: ¡LLORÓ SANGRE!

Esto provocó que fuera retirado y enviado a un Templo de la Ciudad de San Luis Potosí en el primer tercio del siglo XX, perdiéndose totalmente de nuestra historia esta imagen, prácticamente ni sabemos que existió y menos que lloró sangre.

Tomadas del Libro: “Leyendas, Cuentos y Narraciones de Salvatierra,
Segunda Parte” de Miguel Alejo López


Poesias

Diciembre

Al fin llegó diciembre,
cargado de alegrías,
ya el frente de las casas
y en comercios se encienden
las luces de colores
formando alegorías.

Ya los niños esperan
con ansias las posadas,
y con sus vocecitas
infantiles y castas
pedir un rinconcito
donde el Niño nazca.

Luego de varias veces
de pedir e insistir,
lo fuerte de sus voces
empieza a disminuir.

Cuando el hecho ocurrió
hace ya dos mil años,
en este caminar
José estaba agotado,
María muy extenuada
y hasta el borriquito
que los iba cargando
ya se veía agüitado.

Cuando al fin encontraron
lo que andaban buscando,
esto no era un palacio,
tan sólo era un establo.

La noche había avanzado;
el clima era muy frío,
becerritos, terneras
y también corderitos
cansados del trabajo
estaban dormitando.

No era el lugar deseado
y menos el indicado,
pero ahí, en un pesebre
en medio de la pobreza,
en comunión con sus Padres,
de San José y María
nació el REY DE REYES
el que es TODO GRANDEZA.

¡Gloria a Ti, hermoso niño!
con devoción TE adoramos,
tú eres ahora nuestro hermano
y en tu gran poder confiamos.

Después de estar unidos
en esta noche amada.
Sigamos disfrutando
de esta nuestra gran posada.

Y vayamos decididos
a que con muy buen acierto
y con el palo en la mano
rompamos esa piñata
que ya nos está esperando.

Y que al romperla veamos
cuántas cositas contiene:
ya la rompieron los niños
y encontraron muchos dulces,
cacahuates, mucha fruta
y con ello se entretienen.

Estamos enredados
entre tantas serpentinas
y el confetti lo traemos
hasta en las meras costillas.

Nos dieron aguinaldo
esa es otra gran sorpresa,
mañana regresaremos
para continuar la Fiesta.

J. E R B.


Espera para la Llegada del Salvador

Miles de años de espera,
miles de años de una ilusión,
ese fue el tiempo,
para que viniera el Salvador.

Grande espera fue,
pero tuvo una razón,
que una persona viniera al mundo,
a morir en una cruz,
pero a la vez también regalamos la salvación.

Belén era tu ciudad,
para nacer,
ahí tienes a tus padres,
en vela toda la noche.

¡Ha llegado la hora!,
Las estrellas se empiezan a juntar,
con esas estrellas una luz hará,
para indicar a los pastores,
en donde se encontraba su majestad.

G T R R


Otro Año Más

Otro año pasó ya,
otra bendición vendrá,
para nosotros fue una bendición,
espero que para ti igual.

Ya pasó San Valentín,
ya pasó Pascua,
ya pasó el “buen fin”.
En este periodo cumplimos un año más,
apoyando y sirviendo a la comunidad.

Ya viene el 2013,
en el 2012 ya no existirá la Tierra, dijeron,
ya no estaremos dijeron,
esas son puras creencias
que ni el padre ni el hijo crearon.

Deseo lo mejor para ustedes,
y que tengan cosas en abundancia,
todos como hermanos demos los valores,
para erradicar la delincuencia,
y que vuelva la paz a Salvatierra,
nuestra ciudad.

G T R R


Canción del Peregrino Guadalupano

Virgen de Guadalupe
Madre del Verbo
Madre de Dios,
he venido de lejos
a pedirte un favor:
que ruegues por nosotros
a Jesucristo
mi Salvador.
Qué sería de nosotros
los mexicanos
sin el amor
de mi mamá Lupita
que bajó al Tepeyac
un 12 de diciembre
para podernos
más ayudar
¿De qué sirve adorarte
oh Jesucristo,
con tanto ardor,
si alguien niega a tu Madre?
no merece perdón.
La madre como el Hijo
sólo ha sabido
darnos amor.
Venimos caminando
también cantando
se oye el rumor
son tus hijos que vienen
a mostrarte su amor
porque eres nuestra madre
y también Madre
del Redentor.

J G H



Nuestros 20 Años

Han pasado 20 años,
de lucha, esfuerzo y amor,
muchas veces con caídas,
pero con gran ilusión.

Dios nos ha socorrido,
con dos grandes retoños,
cada uno con sus sueños,
cada uno con sus retos.

Hemos salido adelante,
apoyándonos mutuamente,
hemos conseguido logros,
que no han sido fácilmente.

Hemos de recordar,
que un 12 de diciembre,
Dios unió nuestras vidas,
para siempre.

G T R R y
G R O


El Brindis

En este día venturoso
que estamos aquí reunidos,
quiero proponer un brindis
por todo lo acontecido.

Por bodas, bautizos y
aniversarios cumplidos,
por todos esos momentos
que Dios nos ha concedido.

Por momentos venideros
que alegrías nos traerán,
o posibles sentimientos,
que también nos dolerán.

Alzo la copa, y si ustedes
lo permiten,
también el brindis será,
por aquellos que estuvieron
y que nunca volverán.

J B


El Cristo de mi Altar

Clavado en una cruz, ya muerto, muerto
me conmueves, Jesús al verte herido.
Te pregunta que ¿a quién has ofendido
para quedar en el castigo yerto?

Es mi ofensa haber sido siempre huerto
con fragancia de amor siempre florido.
Es mi culpa el haberte bendecido
con este corazón de un pecho abierto.

Si por bueno te damos tal martirio
que destroza tu ser con tanta pena,
si por bueno te veo cual rojo lirio,

no me niegues, Señor, tu gracia plena
que te pido a tus pies con gran delirio
de ser bueno y morir en tu condena.

Tomada del Libro: “Mi Desierto, Poesías”
del Padre Rafael Alcántar Mondragón


Alabanza

Quiero cantar un canto hermoso
que alabe al Señor con alegría
un canto sublime que suba hasta el cielo,
Alabanza pura alabanza mía.

Alabado sea su cuerpo Divino
su Sangre preciosa
su Cruz su destino.

Bendito el Señor
y su Madre Santa
Jesús Salvador,
Ella la esperanza

Bendito, bendito
Santo relicario
Cruz de todo el mundo,
cruz de salvación.

Alabo y bendigo
los santos lugares
en Santo Sudario
su Sangre dejó.

Alabo y bendigo
sus huellas benditas
Dolor sacrosanto
que Él padeció.

Alabado sea
Jesús de mi vida
Siempre y para siempre
en mi corazón.

Alabado el Padre
Alabado el Hijo
Alabo y Bendigo
su esencia Divina
que en un panecito
Jesús se nos dió.

I S J.


Sueño

He soñado Señor, siempre he soñado
que mi cuerpo envejecido te ha buscado,
y mi alma por tu amor perdida,
al final placentera, te ha encontrado.

Otras veces he soñado un desposorio,
tomaba mi alma otro ser más reverente,
y extendía mis brazos a ese novio
y a Ti me entregué Hostia viviente.

Oh amor tierno y casto, el que hoy siento,
entrega cálida que te das, yo te recibo,
y te siento vibrar incienso vivo,
de tu amor y mi amor mudo testigo.

I S J.




Te Necesito

Te necesito Señor, te necesito
desde el momento que comencé a existir
tú me diste unos padres que me amaron
y me enseñaron a vivir para Ti.
Te necesito Jesús, te necesito,
te necesito para poder vivir,
te necesito porque si ahora existo
es porque quieres
que yo pueda vivir.
Yo necesito Señor de tu Palabra
porque es vida y toda la verdad
yo necesito seguir tus mandamientos
y con tu ayuda
poderme así salvar.
Te necesito Señor Mío Jesucristo
como la abeja necesita la flor,
como los peces necesitan del agua,
como la tierra necesita del sol.
Te necesito ayer, ahora y siempre,
todos los días en cada amanecer,
porque eres bueno y eres tan Poderoso,
se que me cuidas como una madre
que cuida a su bebé
como una madre
que cuida a su bebé.

Mírame

Mírame, mírame
aquí en tu presencia llorando porque
te ofendí, te ofendí
estoy arrepentido, te pido perdón,
estoy arrepentido, te pido perdón.
Yo no sé que pasó,
si estaba convencido que Tú eras mi Dios
y después te olvidé,
como fui tan ingrato contigo Señor,
como fui tan ingrato contigo Señor.
“Jesús, cómo es posible que tengas tanta
compasión con los pecadores, no tenemos
con qué pagarte. Qué bueno eres Señor”.
Ya lo sé, que mi Dios
es misericordioso, no quiere perder
a ningún pecador
y le sale al camino y le habla de Amor,
y le sale al camino y le habla de Amor.
Mírame, mírame
aquí en tu presencia llorando porque
te ofendí, te ofendí.
Estoy arrepentido, te pido perdón,
Estoy arrepentido, te pido perdón.

Letra y Música:
J G H

Las Posaditas

Llegaron los conquistadores europeos. Eran pocos en número, eran muchos en codicia, como todo conquistador en la historia del hombre. No eran más valientes, ni eran más cultos, pero traían armas poderosas e iban montados en unos monstruos llamados caballos, iban por los fértiles campos saqueando y sembrando el terror. Ante los arcabuces, los mosquetones, las espadas y la pólvora, de nada sirvieron el arrojo y la valentía de la raza de bronce.

Con ellos llegaron otros hombres, éstos no querían la guerra, no acumulaban oro, plata, piedras preciosas ni plumas, raras por su belleza y variedad. No, ellos no querían riquezas materiales para sí mismos ni para enviarlos a un rey; ellos vinieron a traer ideas; de parte del cielo trajeron a un Dios, de parte de la Iglesia trajeron una caterva de santos y prohibiciones. Ellos no querían el maltrato a quienes llamaron indios, no consideraban bestias a los habitantes encontrados, los consideraban iguales a la raza humana y también hijos de Dios.

Eran monjes salidos de monasterios vestidos siempre con la misma ropa, fueron buenos y amables con los sometidos y les brindaban consuelos y amor. De los nombres de los conquistadores sólo quedaron en la historia los de sus principales, el nombre de todos los monjes evangelizadores, persiste, algunos de ellos fueron Motolínia, Bartolomé de las Casas, Benavente, Vasco de Quiroga, y muchos más.

Para enseñar la nueva doctrina utilizaron varios recursos como las pequeñas obras teatrales llamadas coloquios o pastorelas. También se creó la costumbre de preparar la fiesta de la Natividad con un novenario que inicialmente se realizó en los templos y en los atrios. Posteriormente el pueblo realizó estos novenarios en sus casas y en las calles. Cada día corresponden los gastos y la organización a una familia.

Para realizarla se necesita un conjunto de figuras de barro, de paja, hoja de lata, fierro, porcelana y otros materiales artísticamente trabajados y otros que representan a los padres del niño que nacerá en la noche del veinticuatro de diciembre. Ellos eran la Virgen María y el casto José. Son cargados en andas y, en cada casa de los vecinos participantes, solicitan un lugar para dormir. Siempre se les niega y, solamente una casa, la última de este peregrinar, les da posada. Esto se repite durante nueve días.

Pero no es tan simple, el pueblo mexicano es alegre, bullicioso, dicharachero, actor y canta-autor, lo que no sabe, lo inventa, es luchón, es trabajador y, en los momentos de diversión no acepta límites.

Cuando lo cree conveniente, hace a un lado la solemnidad. Pues bien, para pedir posada, lo hace cantando:
-Os pido posada amado casero.
-Mi nombre es José, mi esposa es María, y madre va a ser del Divino Verbo.
-No me importa el nombre de quien lo solicita o su esposa es una reina, sigan adelante, no sea un tunante.

Al final de un largo peregrinar, los dueños de la última casa cantando también, dicen:

-Si es la Reina del Cielo, quien lo solicita, entre pues no los conocía.
-Entren santos peregrinos, reciban este rincón, no sólo de esta posada, también de mi corazón.


En estas celebraciones los actores de primerísima línea, son los niños porque para ellos están hechas, para su aprendizaje y para su diversión. Se reparten pequeñas velas y silbatos para la procesión, se les regalan dulces contenidos en envoltorios adornados o en canastitas repletas de colaciones, caramelos y pequeños juguetes; también se les regalan bolsas con naranjas, trozos de caña, cacahuates y guayabas.

Los niños mitigan el frío cantando, jugando y golpeando la piñata y a los adultos se les sirve ponche, una bebida caliente hecha con caña de azúcar, canela, tejocotes, uvas y ciruelas pasas, con un “piquete” de tequila.

Al final se rompe la piñata hecha con una olla de barro adornada con papel multicolor y repleta de frutas y dulces.

La piñata representa al mal. Los niños, en riguroso orden, son vendados de los ojos y provistos de un garrote. Tratan de golpearla hasta que uno de ellos la rompe cayendo al suelo los dulces y frutas que ávidamente son recogidos por los niños. A quien trata de romper la piñata, se le anima cantando:

¡Dale, dale, dale!, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino.

Entre rezos, cantos y alegrías, se realiza y se termina la fiesta, para repetirla al día siguiente, con la esperanza de que la próxima mejore a la anterior en cantidad y en calidad de los aguinaldos.

No faltan las bromas para los anfitriones y se les canta:

“Esa posada no estuvo buena y yo, por venir, me quedé sin cena”.

La enseñanza religiosa está garantizada, aún más la diversión o,

¿Tú qué dices?


Rodolfo Ruiz Silva

Cuento de Navidad

Cada estrellita que ven en el cielo, es una buena acción de los niños del mundo. Así empezó su cuento el abuelo.
-Y, ¿cuántas estrellas hay en el cielo? -Preguntó el nietecito más pequeño que le dicen Tomatito y que se llama Omar.
-Ustedes verán: si multiplicamos muchas estrellas por muchas veces, nos da por resultado todas las que vemos brillar por las noches. -No te entiendo abuelito, -dijo haciendo gestos el otro nietecito llamado Santiago y que le dicen Santi.
-Les voy a explicar, -les dijo el abuelo: -si multiplicamos un mucho por otro mucho, como resultado nos da un mucho más grande.
-“Ya ti intidimus”, -afirmó Santi meneando su melena, y Tomatito abrió los ojos más grandes que el venadito Rodolfo.

Santi y Tomatito están cumpliendo 5 años, pero Monse, quien ya tiene diez años y va en quinto de primaria, no aceptó la explicación, y dijo al abuelo: “Ya, ¡Dinos la verdad!, ¿cuántas estrellas hay en cielo?”. -Paulo, el nieto mayor que ya cuenta con once años, entre risas y enfado, se expresó con seriedad:
-Sí, Chifú (así llaman al abuelo), ¡ya dinos cuántas estrellas hay en el cielo!
-El abuelo se puso los lentes y habló así: “Cada año los niños del mundo reúnen sus buenas acciones y el día de Navidad las envían a la Virgen Madre que se encuentra en Belén, su pequeño Hijo juega con ellas y las deja subir al cielo como globos de colores para guardarlas como tesoros”.
-Los cuatro nietecitos gritaron: -¡Qué bueno que nos portamos bien!, así nuestras buenas acciones iluminarán la cueva y el pesebre del DIOS NIÑO y brillarán para siempre en el firmamento.
-Monse muy alegre relató esta poesía que aprendió en los libros del abuelo:

A MEDIA NOCHE UNA VIRGEN MADRE
PRODUCE UN ASTRO LUMINOSO
EN ESE MOMENTO MILAGROSO
LLAMAMOS A DIOS HERMANO NUESTRO
(FUNCANELLI)


R R S

martes, 6 de noviembre de 2012

Reflexiones

Bienestar, Éxito y Amor

Una mujer salió de su casa y vió tres viejos con una larga y blanca barba sentados en el jardín. Ella no los conocía. Les dijo.
-Yo no los conozco, pero deben estar hambrientos. Por favor pasen adelante y coman algo.
-¿Está el hombre de la casa? –preguntaron a la mujer.
-No –dijo ella-, está fuera.
-Entonces no podemos entrar –replicaron ellos.

En la tarde cuando el marido regresó, la mujer le contó lo que había sucedido.
-Ve entonces afuera y diles que ya estoy en casa e invítalos a pasar.

La mujer salió e invitó a los viejos a entrar.
-Nosotros no entramos a una casa juntos –replicaron ellos.
-Pero nos queremos tanto que tenemos miedo –decía ella-, queremos un hechizo, un conjuro o algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos. ¿Hay algo que podamos hacer?

El viejo los miró y al verlos tan jóvenes y enamorados, no dudó en decir:
-Hay algo que pueden hacer, aunque es muy difícil.
-No importa –dijeron ambos.
-Bien –dijo el sabio-. La joven tiene que ir al norte y escalar una montaña, debe atrapar al halcón más hermoso y vigoroso que sus ojos vean. Cuando lo haga debe traerlo conmigo después de luna llena. En cuanto tú, muchacho, debes escalar una montaña situada al sur, ahí tienes que cazar al águila más brava y traerla a mí.

Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur.

Después de luna llena, ambos jóvenes llegaron con el sabio, en sus bolsas llevaban cada uno el ave encomendada. El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas.
-¿Volaban alto? –preguntó el sabio al mirarlas.
-Sí –contestaron ambos-, ahora ¿qué haremos con ellas?
-Tomen las aves –decía el sabio-, átenlas entre sí por las patas, cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.

Los jóvenes hicieron lo que el sabio les pidió y soltaron las aves. El águila y el halcón intentaron levantar el vuelo pero sólo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos después, irritados por su incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.
-Como verán –finalizó el sabio-, éste no es un conjuro, es una enseñanza. Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro. Si quieren que el amor entre ustedes perdure: Vuelen juntos pero jamás atados.

El Amor Conyugal:

Es un estar siempre en camino, camino que nunca acaba, camino que es aventura, siempre nueva, siempre capaz de enriquecernos.
Anónimo

“La mujer se preocupa del porvenir hasta que consigue un marido; el hombre empieza a preocuparse de él cuando consigue una esposa”
Anónimo

Tomadas del Libro: “Reflexiones y Pensamientos
para lograr un Matrimonio Feliz”

Algo mío

Siempre he de amarte

Me voy...
cariñito querido,
ya que no he podido
tu amor conquistar.

Adiós...
amorcito adorado,
me voy destrozado
de tanto penar.

Adiós...
mi casita querida
que con alegría
tenía para darte.

Adiós mi loco soñar
de vernos siempre unidos
y allí en esa casita
formar nuestro hogar.

Jamás...
lograré ya olvidarte
pues siempre he de amarte,
bendita mujer.

Porque...
yo te quiero deveras
y aunque no me quieras
Yo tuyo he de ser.

Me voy...
y me llevo grabado
tu rostro adorado
muy dentro del alma.

Adiós, mi loco soñar
de vernos siempre unidos
y en aquella casita
formar nuestro hogar.

Mario Carreño

Historia

Aztlán: origen y destino

Dios Migrante (continuación)

En esa época, hace mil ochocientos millones de años, se podría considerar el inicio de la verdadera Creación Humana. Eso somos nosotros, la combinación sistemática de cien billones de células eucariotas. En los siguientes mil doscientos millones de años, se perfeccionó la maquinaria genética molecular, permitiendo la asociación celular y el origen de los primeros invertebrados que aparecieron en los océanos de la tierra, así llegamos a 500 millones de años de distancia y nos encontramos en el periodo llamado Ordovícico; pero tienen que pasar otros 50 millones de años para que aparezcan las primeras plantas terrestres, hace 450 millones de años, en el periodo Silúrico, donde además ya tenemos peces y helechos gigantes.

Llegamos así al periodo Devónico, tras haber transcurrido otros 50 millones más, ahora estamos a 400 millones de años y se han agregado insectos, anfibios y exuberantes bosques. Pasaron otros 50 millones de años y hace 350 millones de años llegamos al periodo Carbonífero, donde esos exuberantes bosques se convirtieron en lo que hoy son las betas de carbón que se encuentran por todo el mundo. En los siguientes 50 millones se dan fuertes glaciaciones que provocaron la extinción del 90% de la vida terrestre. Estamos en el periodo Pérmico, a 300 millones de años, y tanto en este periodo como en el anterior, la tierra se ha estado reacomodando, dando lugar a los continentes; finalmente aparecen los Dinosaurios y los primeros mamíferos.

Cincuenta millones más y estamos a 250 millones de años; los próximos 50 millones de años son dominados por los dinosaurios, además, aparecen las aves, ahora estamos en el periodo Jurásico a 200 millones de años y éste es un periodo muy importante para la humanidad, ya que gracias a los dinosaurios, hoy tenemos los enormes yacimientos de petróleo distribuidos por todo el mundo, yacimientos que hoy son el principal energético del mundo, moviéndolo hacia el desarrollo, aunque desgraciadamente también a la guerra. Estos yacimientos han hecho que el país más poderoso (¿poderoso?) del mundo, EUA, se haya apoderado, o cuando menos tenga una fuerte influencia en los sitios de mayores reservas de hidrocarburos del mundo. Con ello pretende manejarlos a su antojo y a los precios que ellos determinen.

Dando el siguiente paso de 50 millones de años más, nos encontramos a 150 millones de años, la alimentación no es suficiente para los dinosaurios y, según se piensa, la supuesta aparición de un gran meteorito extinguió a los dinosaurios. En el periodo Cretácico, la Tierra se sigue reacomodando y se separan los continentes hasta quedar como hoy se encuentra, aunque con diferente geografía política. Ahora avanzamos 85 millones de años, nos encontramos a 65 millones de años, en el Paleoceno del Período terciario, el más temido por los conservadores de hoy, porque en este periodo aparecen (!Buuuuuu!) los primates: esos seres que algunos estudiosos dicen que son nuestros antepasados.

En los siguientes 63 millones de años, transcurre el Eoceno, Mioceno y Plioceno, todavía del periodo terciario, en el que aparecen y evolucionan la mayoría del los mamíferos que hoy conocemos, aparecen también, los antepasados de las aves modernas, nuevas plantas y éstas siguen evolucionando. También los primates están evolucionando. Así, según dicen los geólogos, llegamos a la vida reciente. Estamos en la era Cenozoica, periodo cuaternario, época del Pleistoceno, a solo 2 millones de años. Con las glaciaciones se han extinguido algunos mamíferos de gran tamaño y los primates, que llevan 63 millones evolucionando, han generado varias familias, entre ellas un grupo llamado homínido, compuesto por seres que caminan en dos patas: el Australopitecos erecto, de los cuales se han encontrado fósiles en Tanzania y que se calcula que tenían una capacidad cerebral de 500 centímetros cúbicos.

Hace un millón y medio de años, el Australopitecos erecto cohabitó con el Australopitecos habilis con la misma capacidad craneana de 500 centímetros cúbicos y también localizado en África. Hace un millón y hasta llegar al año 500,000 a.C., aparece el Homo erectus, con una capacidad craneana de 750 centímetros cúbicos. Éste ya se desplaza por África, Europa y Asia.

De esa fecha y hasta 300,000 años a.C., aparece el Homo Sapiens, el Neandertal en Alemania, el CroMagnon e Francia, con una capacidad craneana de mil doscientos centímetros cúbicos. Finalmente, hace 40,000 años, al final del Pleistoceno y comienzos del Holoceno (y final de la última edad del hielo), aparece el Homo sapiens sapiens, que es el prototipo del hombre actual, con una capacidad craneana de 1,400 centímetros cúbicos, y que ha protagonizado los cambios más importantes de los últimos 10,000 años, concibiendo la organización social y económica de las civilizaciones que existen hasta nuestros días.

El viaje por estos 15,000 millones de años, donde aparece el Universo y el Hombre, ha sido puesto en duda por millones de personas, y en los últimos 2,000 años de nuestra era, mucha gente ha sido sojuzgada y hasta sentenciada a morir en la hoguera por no limitarse a las enseñanzas y concepciones cristianas. Hoy en día una corriente neofascista italiana, dirigida por Pietro Cerillo, se pronuncia por que se enseñe la Teoría Creacionista en las escuelas y que se borre de los libros de texto la Teoría de la Evolución de las especies, de Darwin. Todo mi respeto para la libertad de expresión y cada quien puede pensar y creer lo que quiera, pero es obligación de todo ser humano que sepa que dos más dos es igual a cuatro, decirlo, y así es como se ha formado la vida en nuestro planeta.

Curiosamente, fueron los romanos los que no creyeron en Jesús, los que lo mataron, y estos mismos romanos después usurparon sus enseñanzas para llevarla a todo el mundo, ¡pero a qué costo! Tomaron la Biblia, la mal utilizaron y hoy cobran por evangelizar al mundo, dejando de lado la humildad y sencillez de Jesús y estableciendo su Iglesia con ostentación y prepotencia: la evangelización se hizo negociación. Hoy, ésa es la forma como opera la Iglesia Católica Romana en casi todo el mundo. Juan Pablo II fué una de las personas más sabias que ha existido de los Homo sapiens sapiens y sin comprometerse, en 1996 afirmó: “el Evolucionismo es mucho más que una mera hipótesis”. Él, al igual que como un día lo hizo Copérnico, también se reservó sus comentarios.

Por diversas razones, ya sea por tener el control de la información (común o secreta) o porque su gente dispone del tiempo para prepararse y por tener los recursos económicos sobrados para dichos fines, la Iglesia Católica ha tenido entre sus filas a varios de los Homo sapiens sapiens más sabios de la historia. Estos Homo sapiens sapiens deben de buscar la concordia y de las necesidades de la gente, que hoy, además de las espirituales son también la solución de sus carencias materiales.

La gran acumulación de riquezas que ha hecho la Iglesia Católica a través de 1000 años de evangelio-negociaciones en todo el mundo, de despojos, rentas, usuras y ayudando al capitalista a acumular su riqueza a costa del pobre, debería quedar proscrita: esa no es ni debe ser la labor de la Iglesia.

Danos hoy nuestro pan de cada día

¿Quién va a hacer cumplir hoy esta máxima de la Iglesia, si los altos jerarcas de la Iglesia llevan una vida ostentosa y han cambiado el bastón de Jesús por sus lujosos autos, la túnica y sus huaraches por ropa y zapatos de diseñadores renombrados? Éstas no eran, ni la vida, ni la doctrina de Jesús. Así como se reparte la palabra, debería también repartirse el pan. Las riquezas están mal dirigidas, cuando éstas sólo llegan a manos de unos pocos, habiendo tantas bocas hambrientas.

Hoy la Iglesia debería de llevar pan a todo el mundo y llevarlo con ganas, porque durante más de un milenio, la gente le ha pagado, de buena voluntad, un diezmo que le era obligatorio y que significa el diez por ciento de sus bienes materiales. Con éste se llenaron las arcas de la Iglesia.

Hoy le correspondería a la Iglesia, llenar cuando menos las arcadas de la boca de la gente y mitigar el hambre que aqueja a más de la mitad de la población del planeta. Pero más allá de esta obligación moral de la Iglesia, ésta también debería mostrar más apertura a formas de pensamiento distinto al suyo, creemos que esto es inevitable, así como lo es la adecuación de sus preceptos.

Para nosotros fué una gran sorpresa encontrarnos, durante la realización de este libro, el texto religioso La Biblia Latinoamericana, (edición del Jubileo 2000), donde dedica tres de sus 1400 hojas a los hechos ocurridos antes de los primeros registros de la Biblia. Sitúa el inicio de la Creación, con la gran explosión, el Big Bang, hace 20 mil millones de años, habla de posibles seres vivos existentes varios millones de años antes del hombre actual, y de una posible evolución de plantas y animales.

Sólo los siglos venideros podrán ser testigos de las adecuaciones que las religiones tendrán que hacer a sus dogmas para perdurar a través del tiempo.

Tomada del Libro: “Aztlán: origen y destino”
de: Melquiades González Gaytán


Salvatierra, una Lectura Profana
Barrio de San Juan Bautista

Fué el indio Juan Miguel, hijo de Diego Hernández y de doña Catalina de la Cruz, vecinos que fueron del Valle de Guatzindeo, el principal poblador y fundador de la comunidad. Contrajo matrimonio con doña Catalina Ponce de León, natural y principal del pueblo de Cuitzeo de la Laguna, tuvieron por hijos a Juan Agustín, Gabriel Gaspar, Juana de la Cruz e Inés de la Cruz. Su juventud la pasó en la hacienda del Licenciado Francisco de la Raya, donde vivían algunas familias de indios, quienes nombraron patrono titular a San Juan Bautista, prometiendo celebrar su festividad cada año. Pasaron los años y la mayoría de los indios otomíes se encontraban congregados en un rancho que, en lengua purépecha, nombraron Tupátaro.

Después de la fundación de Salvatierra, donde se avecindaron españoles, Juan Miguel decidió ir en busca de una casa para vivir con su familia, y como no la encontró, adquirió un solar para edificarla. En aquel tiempo don Diego Serrano era Gobernador de los otomíes de la provincia de Acámbaro y Celaya, y acostumbraba hospedarse en la casa de Juan Miguel, cuando pasaba a cobrar los reales tributos.

Poco después, se trató de fundar un barrio de indios en los términos de la ciudad, y para el efecto se juntaron Pedro Alonso, Diego Martín, Nicolás Sánchez, Diego de Santiago, Juan Pascual, Juan de Soto, Juan Matusino, Nicolás Francisco y Juan Antón. Todos ellos se obligaron a reunir y poblar el barrio, por lo que nombraron alcalde a Juan Miguel, quien presentó en 1659 una petición al Cabildo, Justicia y Regimiento de la ciudad de Salvatierra, para que hiciera merced de una vecindad de 500 varas de tierra en cuadro para la comunidad.

La merced les fué concedida, por lo que tomaron posesión desde el puente grande hasta la acequia de agua de don Juan de Sámano, que actualmente se conoce como el Canal de Reforma; Juan Miguel edificó su casa en un solar que recibió en el repartimiento, y que hoy se localiza entre la iglesia del Señor del Socorro y la calle de Ignacio Ramírez.

El señor Obispo de Michoacán, fray Marcos Ramírez de Prado, en 1667 se presentó en Salvatierra con motivo de la visita general que estaba practicando en su diócesis; fué él quien concedió la licencia para edificar la capilla primitiva dedicada a San Juan Bautista, patrono titular del barrio. Juan Miguel fué nombrado mayordomo para la primera fiesta, que celebraron con vísperas, misa solemne y procesión.

Los autos y memorias que se hicieron con motivo de la fundación del barrio, los conservó Juan Miguel en su poder, y en compañía de Pedro Alonso y Juan Antón, fueron a la ciudad de México para que la Real Audiencia confirmara las diligencias.

Durante 10 años, Juan Miguel fué Alguacil Mayor de la doctrina del convento de San Francisco, por lo que recogía las limosnas para la construcción de la actual iglesia. Otorgó su disposición testamentaria el 21 de julio de 1672, y sus restos reposan en el sitio que ocupó la segunda iglesia que edificaron los religiosos franciscanos, donde actualmente se encuentra el templo de San Antonio.

Tomado del Libro: “Salvatierra, una Lectura Profana”
de Luis Montes de Oca y Sergio Hernández Saucedo


Historia y Evolución de Salvatierra

El Mundo Prehispánico de Salvatierra; Frontera de Culturas

La Sagrada Imagen de Nuestra Señora de la Luz y su llegada al Valle de Huatzindeo (continuación)

Desde el año de 1665, la Sagrada Imagen empezó a ser traída a la ciudad en procesión solemne desde la hacienda de San Buenaventura al templo Franciscano. Lo anterior se vino repitiendo hasta el año de 1733, cuando la hacienda pasó a ser propiedad del capitán Francisco de Ávila, quien pensó llevársela a Querétaro. Ese año, el pueblo amotinado no la dejó salir del templo Franciscano para su regreso a la hacienda de San Buenaventura, tanto los vecinos como el capitán Francisco de Ávila, alegaban tener derecho sobre la Imagen. Fué el obispo de Michoacán, don José de Escalona y Calayatud, quien dispuso que se quedara en depósito en el templo Franciscano. Don Miguel Romero de Arvizu Provisor y Gobernador del obispado, dictaminó la estancia definitiva en la ciudad de la Sagrada Imagen, a condición de que se le construyera su templo propio, y digno.

Su peregrinar continuó, pasó temporalmente al templo del Carmen, más tarde, a su primer santuario (el actual santuario de Guadalupe). Se colocó la primera piedra de su templo el 3 de mayo de 1743, la declaró Patrona y Protectora de Salvatierra el obispo de Michoacán, D. Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, el 22 de septiembre de 1766, del santuario, a la actual sacristía parroquial, y el 8 de septiembre de 1808, pasó a ocupar su trono en el actual Santuario Diocesano, después de peregrinar 258 años de Pátzcuaro a Salvatierra.

La Fundación de la Ciudad de San Andrés de Salvatierra, 1644

Los antecedentes inmediatos a la fundación de la ciudad y los principales personajes que en ella intervinieron.

A finales del siglo XVI, los poblados de Huatzindeo y Chochones iban cada vez, de más a menos, por la hostilidad constante de los propietarios de las haciendas, también, por carecer los indígenas de medios propios de vida, y por las enfermedades y epidemias sufridas estos los naturales, que vieron diezmada su población. Sin embargo, la intensificación rápida de la producción agrícola y el aumento de la población española y criolla, hacía cada vez más necesaria la fundación de una ciudad en el valle.

Desde los primeros años del siglo XVII, los pobladores del valle por estar asentados en los linderos de tres jurisdicciones; Zelaya, Acámbaro y Yuririapúndaro, tenía que hacer tramitaciones y gestiones de índole civil o eclesiástica, según el caso, en alguna de estas poblaciones, este problema hacía cada vez más imperiosa la necesidad de tener autoridades propias. Al tiempo que, el hospitalillo y convento de Huatzindeo empezaba a quedarse solo, algunos de sus pobladores se mudaron a Yuririapúndaro, y otros cruzaron el río para asentarse en el pueblo de Chochones por el año de 1615.

Hubo al menos dos intentos serios para fundar una ciudad en valle. A finales del siglo XVI, los agricultores ricos habían intentado fundar una población en tierras pertenecientes a la hacienda de San Nicolás, los religiosos de la orden de San Agustín en un principio estuvieron de acuerdo y conformes con la iniciativa, pero todo quedó en nada, por el temor de éstos a sufrir pérdida de tierras para la fundación. El segundo intento fué para fundar en el sitio de lo que hoy es nuestra ciudad, una nueva población que llevaría por nombre Villa Madrid, para tal efecto, el 4 de diciembre de 1636, se otorgó un poder a favor de don Juan Martínez, procurador de la Real Audiencia para llevar a cabo tal empresa, obligándose los vecinos a pagar la cantidad de 2,500 pesos en oro común por cada uno de los oficios, sin embargo, las contradicciones que presentó don Pedro Arizmendi Gugorrón, sobre las afectaciones que sufrirían sus tierras con esta fundación, obligó a la Real Audiencia a disponer su suspensión, en tanto se resolvía el caso en definitiva.

A partir de 1630, comenzó a trabajar en Huatzindeo como Escribano Real auxiliar del de Zelaya, don Agustín de Carranza y Salcedo, congregó, alentó, e indujo a los pobladores a reunirse en el pueblo de San Andrés Chochones, construyendo allí sus casa y prestándose mutuamente servicios de protección y buena vecindad. En ese mismo año, el alcalde mayor de Zelaya, nombró a don Juan Izquierdo como teniente de alcalde mayor, para que lo representara en Huatzindeo y Chochones. En 1632, los vecinos solicitaron al virrey autorización definitiva para congregarse en el pueblo, la ubicación más probable de la congregación de Chochones, parece haber sido lo que hoy ocupan las manzanas que quedan al Norte del actual convento de San Francisco, hasta las que quedan al sur y oriente del templo de Santo Domingo.

En estos antecedentes encontramos que de hecho existía ya una nueva población, faltaba la autorización real para su existencia legal, la regularización de su vida, y la imposición de un nombre, así como, independizarse de la jurisdicción de Zelaya en lo político, y de Acámbaro en lo eclesiástico. Las tierras donde se estableció esta congregación, eran de las mercedadas por los virreyes a don Gabriel López de Peralta, dueño de la hacienda de Tarimoro, perteneciente al Mayorazgo del mismo nombre fundado por su padre, don Jerónimo López de Peralta.

Todo hace suponer que existió un completo acuerdo, entre don Agustín de Carranza y Salcedo y don Gabriel López de Peralta, así como, el beneplácito del virrey de la Nueva España, don García Sarmiento de Sotomayor, en el que cada uno tenía sus propios intereses muy particulares. Don Agustín de Carranza y Salcedo, vería incrementarse su fortuna, ya que era pobre y de escasos recursos; don Gabriel López de Peralta, estimaba que sus tierras podrían resultar beneficiadas con el asentamiento de una nueva ciudad, y buscar a través de ella el poder político; y el virrey, se ilusionó con la existencia de una ciudad que llevara su nombre y lo perpetuara.

Estos fueron pues, los principales personajes que intervinieron en la fundación de la ciudad de San Andrés de Salvatierra, don Agustín de Carranza y Salcedo, fué el principal gestor ante las autoridades del virreinato, don Gabriel López de Peralta, proporcionó las tierras para la fundación. Y el virrey don García Sarmiento de Sotomayor, firmó la Cédula Real por la que se le dió vida como ciudad.

Don García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra y Marqués de Soboro; nación en Galicia a finales del siglo XVI, y murió en Lima, Perú en el año de 1659, fué el decimonoveno virrey de la Nueva España, del 23 de noviembre de 1643 al 13 de mayo de 1648, después fué trasladado al virreinato del Perú para desempeñar el mismo cargo, de 1648 a 1655. En la Nueva España, sustituyó al Marqués de Villena, de quien Felipe IV sospechaba podía tener vinculación con los revolucionarios portugueses, le tocó un periodo difícil en la vida de la Colonia. Durante su gobierno, ocurrió la gran inundación de la ciudad de México en 1645; estableció el presidio de Cerro Gordo en el camino de México al mineral de Parral; y se celebraron en su gestión, dos autos de fe del Santo Oficio de la Inquisición en 1647 y 1648.

Tomado del Libro: “Historia y Evolución de Salvatierra”
de Miguel Alejo López


Historia de la Revolución Mexicana

La Revolución Zapatista

Desde la época colonial, en los valles de Amilpas (Cuautla) y Cuernavaca, existieron graves conflictos entre las comunidades campesinas y las grandes haciendas azucareras, las que, además de apoderarse de las tierras comunales de los pueblos, privaban a éstos de sus medios de subsistencia y los obligaban a trabajar en las labores más arduas. Este estado de cosas se agravó en el siglo XX, sobre todo a partir de las Leyes de Reforma, que convirtieron las tierras comunales en parcelas y propiciaron que los hacendados se apoderaran de ellas.

Los conflictos entre comunidades y hacendados se recrudecieron durante el Porfiriato; en este periodo se implementaron las Leyes de Colonización de Tierras Baldías, que proporcionaron armas supuestamente legales a los hacendados para usurpar las pocas tierras que aún poseían las comunidades.

Del centenar de pueblos campesinos que había en el estado de Morelos en 1910, no existía uno solo que no estuviera envuelto en una disputa legal con alguna de las haciendas de su contorno. Las comunidades de Morelos siempre estuvieron a la defensiva con sus reclamos y luchas, ya que únicamente pretendían ajustarse a niveles de supervivencia e intentar que los cambios propiciados por la industrialización en las haciendas azucareras no las afectaran tanto; por ello, antes de la Revolución, a los ojos de hacendados y funcionarios del gobierno porfirista, los campesinos de Morelos aparecían como enemigos del progreso, pues se oponían a la acelerada industrialización del campo: con ella se propiciaba el aumento de la riqueza de las élites a costa del empobrecimiento de sus pueblos.

Zapata nació en agosto de 1879. A los dieciocho años participaba ya en la defensa de los intereses de su pueblo, Anenecuilco, que tenía el problema de colindar con las tierras que supuestamente pertenecían a las haciendas de Coahuixtla y el Hospital. Esa colindancia hizo que se repitieran constantemente los despojos de tierra, pues los hacendados siempre eran apoyados por jueces corruptos y aun por los mismos gobernantes, que también eran hacendados. Ante esa intolerable situación Emiliano Zapata, encabezando a los principales de su pueblo, fué a Cuernavaca, la capital de estado, en busca de justicia que le fué negada. Indignado, exhortó a los pobladores de Anenehulco a defender sus tierras con las armas en la mano.

La actitud de rebeldía de Zapata alarmó e indignó a los hacendados, y de manera muy especial al gobernador del estado (el hacendado Manuel Alarcón), quien recurrió al sistema de “leva” para eliminar a un incipiente enemigo político. En el año de 1908, Zapata llegó a la capital del estado en calidad de recluta del Noveno Regimiento de Caballería, donde permaneció alrededor de seis meses. Se dice que gracias a la intervención de Ignacio de la Torre, propietario de la Hacienda de Tenextepango, quedó libre de este servicio.

Para estas fechas, el ambiente político del estado, se encontraba más que caldeado con motivo de la renovación de los poderes del Ejecutivo estatal, ya que se preparaba la elección del nuevo gobernador después de la muerte de Manuel Alarcón. Por una parte se presentaba “la candidatura oficial” del coronel Pablo Escandón, dueño de la Hacienda de Atlihuayan, apoyada por los hacendados de la región y Porfirio Díaz; por otro lado, estaba el candidato de oposición Patricio Leyva, a quien apoyaba el pueblo de Morelos. Naturalmente, Zapata y sus compañeros apoyaron a Leyva, a sabiendas de que perdería y de que todo esfuerzo sería inútil en contra de la voluntad del “gran dedo”.

Después de que la dictadura derrotó a los leyvistas, éstos aprovecharon la situación para formar un grupo numeroso de disidentes en donde participaban Pablo Torres Burgos, Zapata y otros morelenses que llegado el momento apoyarían el movimiento revolucionario de Francisco I. Madero en contra de Porfirio Díaz.

El grupo de disidentes leyvistas jefaturado por Pablo Torres Burgos se levantó en armas en marzo de 1911, fecha en que se reunieron en Villa de Ayala al grito de !Viva Madero! Pocos días después tomaron la plaza de Jojutla; en ese lugar Torres Burgos se separó del grupo por una serie de diferencias e intentó regresar a la Villa de Ayala; muy cerca de allí, las tropas gobiernistas lo atraparon y lo mataron. A la muerte de Torres Burgos, Zapata asumió el mando de las fuerzas revolucionarias y se convirtió en el jefe.

El sitio y la toma de la histórica ciudad de Cuautla fué la primera acción de guerra que le daría notoriedad a nivel nacional y fuerza política a nivel regional al entonces jefe principal de los maderistas morelenses: Emiliano Zapata. La plaza de Cuautla estaba defendida por la policía de la localidad, por un cuerpo de policía rural y sobre todo por lo más selecto del ejército porfirista: el famoso Quinto Regimiento, también llamado “Quinto de Oro”, al mando del coronel Eutiquio Munguía. El 13 de mayo se abrió fuego sobre la ciudad de Cuautla y después de seis días de furiosos combates cayó el último reducto del régimen porfirista en el estado de Morelos; la plaza fué evacuada el día 20 de mayo de 1911.

Es evidente que en un principio los contingentes zapatistas establecieron su lucha revolucionaria en un nivel muy regional, pero esta lucha, por lo que significaba nacionalmente, tanto para los campesinos como para otros sectores, permitió que se fueran integrando a ella comuneros, peones de hacienda, arrieros, artesanos, pequeños agricultores y asimismo otros grupos políticos disidentes. A pesar de esto, en las tropas revolucionarias zapatistas predominaban los campesinos, que vivían en la ambivalencia: cultivaban sus campos para poder sobrevivir y al mismo tiempo participaban en la lucha.

Zapata personificó la lucha de pueblos y comunidades campesinas en contra de las haciendas e ingenios azucareros. Se unió a la lucha maderista atraído por el artículo 3º del Plan de San Luis; sin embargo, a causa de las traiciones y malos entendidos que surgieron durante el interinato de Francisco León de la Barra, Zapata acabó rebelándose contra Francisco I. Madero y promulgando El Plan de Ayala el 28 de noviembre de 1911. Zapata fué también uno de los primeros jefes revolucionarios que no reconocieron el gobierno de Victoriano Huerta. Huerta trataba de atraer a Zapata para lograr su reconocimiento; al no lograrlo desató una ofensiva cruel y despiadada contra todos los pueblos de Morelos y arrasó, exterminó e incendió.

Los revolucionarios se empezaron a dividir desde antes de que llegaran a alcanzar la victoria sobre el régimen huertista, tanto por las diferencias y rivalidades personales de sus tres jefes principales, Carranza, Villa y Zapata, como por los enfoques que tenía cada uno de los problemas nacionales e internacionales. Esto ocasionó que se establecieran fundamentalmente dos grupos revolucionarios: los convencionistas, donde predominaban Zapata y Villa, y los constitucionalistas, donde sólo “tronaban los chicharrones” de Venustiano Carranza. Ambos grupos llegaron a colaborar y a tener contactos, hasta que hubo un momento en que acabaron rechazándose.

Los Villistas y zapatistas se aliaron oficialmente en la Convención de Aguascalientes de 1914, donde se aceptaron los principios del Plan de Ayala; la Convención aprobó también cesar a Carranza como primer jefe y encargado del Poder Ejecutivo, y enseguida se eligió como presidente provisional a Eulalio Gutiérrez. Para comunicar esta decisión a Carranza fueron designados Obregón, Villarreal y Eduardo Hay. Obviamente, Carranza no aceptó la propuesta de los delegados convencionistas. La unión zapatista-villista culminó a principios de diciembre de 1914 con el pacto de Xochimilco; posteriormente la Convención, personificada por ambos caudillos, hizo su entrada triunfal en la ciudad de México.

En enero de 1915, el gobierno de la Convención se había refugiado con Zapata en el estado de Morelos. Salir de la capital y regresar al sur le costó a Zapata aislarse de los villistas. Así, mientras Villa y las fuerzas de Obregón se enfrascaban a muerte en las grandes batallas del Bajío, Zapata trataba de hacer su propia revolución en Morelos; se retiró a Tlaltizapán, lo hizo su cuartel general y durante más de diez meses el estado de Morelos permaneció en paz y llevó a cabo sus propios planes revolucionarios.

Ante esta nueva situación las familias campesinas, pobres y desposeídas de sus tierras, aguas e independencia personal, aparte de recuperar sus bienes recrearon una sociedad con criterios más democráticos en los municipios: comunidades rurales en las que cada familia llegó a ejercer influencia real para utilizar los recursos locales. Políticamente se habían iniciado las elecciones de gobernador, autoridades municipales y judiciales con carácter provisional; toda esta acción política dio como resultado la reconstitución de las autoridades de los pueblos y se abrió la posibilidad de restablecer “democracias locales” donde a Zapata se le consideraba el “juez supremo”.

Se les dió también a los campesinos de Morelos el dominio sobre la propiedad agrícola ya que para ellos esto era fundamental, uno de los principales puntos de su lucha. La repartición de las tierras se llevó a cabo de acuerdo con las costumbres y usos de cada pueblo. Se transfirió a Tlaltizapán la administración de los ingenios azucareros, que fueron manejados por varios jefes zapatistas.

Después de la toma de la capital de la República por los constitucionalistas, Venustiano Carranza encargó la campaña del sur al general Pablo González. La toma de la ciudad de Cuernavaca por las fuerzas carrancistas inició la época de latrocinio más escandalosa que se registró en Morelos. El ejército carrancista se portó como si fuera la reencarnación del antiguo ejército federal. Sus tropas no entraron como libertadoras, sino como conquistadoras de la población local, que era su enemigo.

La gente pacífica, aterrorizada, huyó de los pueblos que se encontraban en la línea de avance de Pablo González. Finalmente, a mediados del mes de agosto de 1916, las tropas de González tomaron el cuartel de Tlaltizapán, se apoderaron de un enorme botín y dieron muerte a 283 personas. A estas alturas, el movimiento zapatista se estaba desgastando a gran prisa, ya que varios jefes locales de los estados de Puebla y México habían empezado a amnistiarse; por otro lado los secretarios zapatistas tendían a volverse más intransigentes. Una de las víctimas más importantes de esta “grilla” fué Otilio Montaño.

Para eliminar a Emiliano Zapata, Carranza y el general Pablo González le hicieron creer que el coronel Jesús Guajardo trataba de aliarse a él. Se estableció una doble correspondencia para que Zapata creyera en la buena fe de Guajardo y entrara en negociaciones con él. Convencido de que éste se pasaría a sus fuerzas le ordenó que se declarara su partidario y que comprobara su fidelidad atacando la plaza de Jonacatepec. Esta acción fué ficticia: Guajardo sólo simuló el ataque, pues se hallaba de acuerdo con los defensores, que entregaran la plaza.

Convencido Zapata, tuvo su primera entrevista personal con Guajardo en la estación de ferrocarril de Pastor. El recibimiento fué cordial por parte del general Zapata, y los dos salieron para Tepalcingo, donde pasaron la noche. Al día siguiente Zapata ordenó a Guajardo que se concentrara en la Hacienda de Chinameca. La mañana del fatídico 10 de abril, ya en Chinameca, Guajardo hizo correr la voz de que se presentaba el enemigo; Zapata ordenó inmediatamente que se cubrieran determinados puntos y él personalmente se situó en la Piedra Encimada. Allí se encontraba cuando recibió una invitación de Guajardo a comer en la hacienda, y acompañado poco más o menos de diez hombres se dirigió hasta allá.

Colegio Guadalupe Victoria
Con motivo del Centenario de su fundación el próximo 26 de Enero

MODELO EDUCATIVO
Definición del Centro Educativo

El Colegio Guadalupe Victoria, con el nombre fiscal “Guadalupe Victoria, A.C.”, incorporado al sistema de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y posteriormente ala Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG), ofrece sus servicios a la comunidad desde el año de 1913, bajo la dirección de la Congregación de Hijas de María Inmaculada de Guadalupe (HMIG). La oferta educativa de la Institución a la sociedad de Salvatierra y sus alrededores es de Jardín de Niños, Primaria y Secundaria, con grupos mixtos.

El plantel educativo con los tres niveles se encuentra ubicado en la calle Morelos No. 520, entre las calles Guillermo Prieto y Colón, en la ciudad de Salvatierra, Gto. La plantilla del personal que laboró en la institución en el ciclo escolar 2005-2006 estuvo integrado por: Jardín de Niños; 3 docentes, Primaria: 7 y Secundaria: 15; 4 secretarias, 4 intendentes y 7 religiosas, dando un total de 42. Hay maestros que prestan sus servicios en más de una sección. El Colegio Guadalupe Victoria cuenta con los departamentos de Pastoral y Psico-pedagógico para brindar un mejor servicio y orientación a la comunidad educativa. Además, se imparten las clases especiales de Inglés y Computación para Jardín de Niños y Primaria.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Fundación de la Congregación

El 2 de febrero de 1879, José Antonio Plancarte fundó la Congregación de Religiosas Hijas de María Inmaculada. En 1885, cambia su nombre por el de Hijas de María Inmaculada de Guadalupe. De aquí en adelante, la Santísima Virgen de Guadalupe es la Patrona principal de la Congregación. La Congregación surge en momentos de gran conmoción en la vida de México: el periodo de la República restaurada, durante el cual se aplican las Leyes de Reforma; se dictan disposiciones para el abandono de los conventos de mujeres, la expulsión de los jesuítas y de las hermanas de la caridad.

El contexto histórico de esta congregación era realmente muy difícil; sin embargo, el arrojo y la fortaleza característicos de José Antonio le impulsaron a formar esta congregación netamente mexicana. A lo largo de los años, las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe han luchado por continuar y acrecentar la obra educativa iniciada por este extraordinario hombre de Dios, permaneciendo siempre fieles a su herencia pedagógica.

Fundación del Colegio

El Sr. Pbro. Don Ramón Aguilar tuvo la inspiración de fundar en la ciudad de Salvatierra, Gto. un colegio para la educación y formación cristiana de la niñez y juventud, el cual estuviera bajo el patrocinio de N.S. del Refugio de quien era ferviente devoto. Una vez obtenida la autorización de sus superiores, se dirigió a la R.M. Antonia Mayllén, Superiora General de la Congregación de Hijas de María Inmaculada de Guadalupe (HMIG) y ella aceptó la fundación del colegio. Un grupo de religiosas llegaron a Salvatierra en enero de 1913, comenzando a trabajar el 16 de enero de ese año. La casa del P. Aguilar, ubicada en Morelos fué destinada para este fin; posteriormente cedida a la congregación.

En plena época revolucionaria, el colegio fué clausurado por el presidente municipal, no impidiendo este hecho, que las religiosas continuaran su labor, pasando por distintas casas donde siguió funcionando el colegio. El 14 de febrero de 1936, llega otra etapa importante en la historia de México, la persecución de los cristeros, en la que expulsaron a sacerdotes y religiosas, incluyendo a las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, pero, en los años de duración de este conflicto, no claudicaron en su empresa, bajo el amparo de Dios, volviendo a la tranquilidad al país.

El colegio “Guadalupano” celebró el vigésimo aniversario de haberse fundado en medio de un ambiente de paz el 25 de enero de 1938. La comunidad religiosa se viste de gala nuevamente para festejar el 50 aniversario del Colegio, el 12 de octubre de 1963, siendo superiora la R.M. Ma. del Carmen Pérez Pérez.

En estos 50 años, el Colegio contaba con los niveles de preescolar, primaria y comercio, de este último egresaban secretarias capacitadas y con gran nivel en su desempeño en los diversos lugares de trabajo donde eran contratadas. En enero de 1965, la R.M. Timotea Matsuí Vera, funda la Secundaria Técnica, iniciando labores con 38 alumnas el 8 de febrero del mismo año. En abril de 1966 se dió la autorización de incorporación de la misma.

En el año de 1967, el colegio asume el cambio del calendario escolar. Al inicio del curso escolar 1969-1970, se inaugura la preparatoria, siendo ésta la primera incorporada a la Universidad de Guanajuato en la ciudad, con un alumnado de 60 miembros, respondiendo a iniciativa del Padre Jesús Navarrete y con el apoyo económico de la fábrica “La Reforma”. El 7 de octubre de 1986, se empezó a construir el terreno destinado para integrar al edificio el Jardín de Niños, que anteriormente se encontraba en la casa de las religiosas.

El Colegio celebra sus bodas de diamante del 10 al 16 de enero de 1988, a cargo de la R.M. Fredeswinda Gómez (q.e.p.d), acontecimiento que fué de gran alegría para toda la comunidad educativa y para la sociedad salvaterrense.

En el año de 2004, la preparatoria dejó de funcionar.

A lo largo de estos años, EL COLEGIO ha sufrido cambios, pues en un principio era sólo para niñas y señoritas, sin embargo, en la actualidad los tres niveles con los que cuenta, jardín, primaria y secundaria son mixtos, con el fin de brindar a la sociedad un mejor servicio.

El nombre “Guadalupe Victoria” se debe a la persecución de que han sido objeto las escuelas y asociaciones religiosas, en un principio era conocido como el Colegio Guadalupano o Guadalupe, pero en 1915 se agregó Victoria, para hacer referencia al primer presidente de México independiente, Don Guadalupe Victoria. Durante esa fecha queda totalmente incorporado a la SEP.

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