Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

sábado, 8 de diciembre de 2012

Reflexiones

La Relación entre Hombre y Mujer

Tú y yo vivimos en una relación que valoro y quiero conservar. Sin embargo, cada uno de nosotros es una persona diferente, con sus propias necesidades y el derecho de satisfacerlas. Cuando tú tengas dificultades, trataré de escucharte y ayudarte para que encuentres tus propias soluciones, en lugar de depender de las mías.

Cuando tu actividad interfiera con lo que debo hacer para la satisfacción de mis necesidades, te comunicaré abierta y honestamente cómo me afecta, confiando en que tú me comprenderás y ayudarás en lo que puedas.

En las ocasiones que descubramos que ninguno de los dos puede cambiar su conducta para satisfacer las necesidades del otro, reconozcamos que tenemos un conflicto que requiere solución. Comprometámonos, entonces, a resolver cada uno de estos conflictos.

Yo respeto tus necesidades, pero también quiero respetar las mías. Esforcémonos siempre para encontrar una solución que sea aceptable para los dos. Así venceremos y ninguno quedará derrotado.

Y podremos continuar relacionándonos el uno y el otro con respeto, amor y paz mutuos.
Anónimo

Sin Peleas

Una pareja fué entrevistada en un programa de televisión, llevaban cincuenta años de casados y asombrosamente nunca habían peleado. El conductor, lleno de curiosidad, le preguntó a la mujer:
-En los cincuenta años que llevan casados, nunca han peleado, ¿verdad?
-No –respondió la mujer con firmeza.
-¿Y cómo es eso?
-Pues verá, cuando nos casamos, mi marido tenía una yegua que apreciaba muchísimo. Era la criatura que él más quería en la vida. El día de nuestra boda fuimos de luna de miel en nuestro carro tirado por la yegua. Andamos algunos metros y la yegua tropezó. Mi marido le dijo con voz firme a la yegua:
“Uno”.

Pero unos metros más adelante, la yegua tropezó de nuevo. Mi marido miró a la yegua y dijo:
“Dos”.

La tercera vez que se tropezó, sacó su pistola y le pegó cinco tiros a la criaturita. Yo totalmente sorprendida le recriminé:
-Pero ¿por qué has hecho semejante cosa?

Mi marido me miró y dijo:
-Uno...
Anónimo

Para ello, los esposos tienen que diferenciar cuándo una acción es de buena voluntad y cuándo no lo es. De esta manera se evitarán resentimientos y rencores mal fundados, porque el vivir por siempre recatado(a) no es sinónimo de felicidad.

Tomadas del Libro: “Reflexiones y Pensamientos
para lograr un Matrimonio Feliz”

Algo mío

Mi Sueño

Me paso las horas
viendo tu retrato,
dulce compañero
de mi soledad.

Lo llevo a mi pecho
cerrando los ojos,
y digo tu nombre
con tanta ansiedad.

Amor de mi vida,
si vieras qué largas
se vuelven las horas
sin ver tu mirar.

Si vieras mi cielo
lo mucho que anhelo
tu risa divina
volver a escuchar.

Que no me conformo
con verte en retrato,
pues quiero sentirte
muy cerca de mi.

Mi sueño es tenerte
por siempre conmigo
y toda la vida
estar junto a ti.


Mario Carreño




Colegio Guadalupe Victoria

Con motivo del Centenario de su fundación el próximo 26 de Enero
II Parte

COMPROMISOS Y RETOS

El Colegio Guadalupe Victoria reconoce la realidad del mundo actual y consciente de la misma busca, proyectarse a la sociedad como una institución con un ideal bien definido: “La excelencia académica por su nivel cultural y humanismo cristiano”.

Los beneficios del tercer milenio, exigen una actitud de diálogo con el mundo, tanto en el ámbito cultural, como social, político y económico; reconocemos los fenómenos de globalización, el neoliberalismo y la pérdida de valores como problemas sociales, educativos y económicos en el mundo y nuestro país. Por este motivo, debemos tener una continua renovación y genuina reactivación del ideal que nos identifica como Colegio Guadalupano... “la educación del corazón” ya que José Antonio Plancarte decía: “cuando en un hombre solo se cultiva el aspecto intelectual sin ningún valor moral, éste resulta una amenaza, ya que será bárbaro, duro y cruel...” Me repugna ver cómo se llena la cabeza y se deja vacío el corazón..” es aquí donde la herencia de José Antonio Plancarte recobra su esencia y estamos comprometidos a seguirla.

Al realizar diversos análisis en el proceso de acreditación, permite apoyar los planes del Colegio a nuestra misión, visión y principios institucionales para llevar a cabo actitudes de congruencia a mejorar nuestra labor de acuerdo a los proyectos de mejora continua. Para lograrlo, proponemos las siguientes metas:.

1. Proyectarnos como un centro de educación excelente por su nivel académico y cultural.
2. Privilegiar la educación de corazón, entendida como educación en la voluntad y en valores cristianos.
3. Formar líderes cristianos capaces de incidir en la transformación evangélica de la sociedad.

Para lograrlo, se contará con la participación y disposición de todos los miembros de la comunidad educativa.

FILOSOFÍA EDUCATIVA
Concepto de Educación

La Educación es un proceso por el cual una persona desarrolla sus capacidades y actitudes, para enfrentarse positivamente a un medio social determinado e integrarse a él. Para nuestra institución educativa la educación consiste principalmente en la “formación del corazón”. Esto significa que reconoce a la persona en su dignidad humana, capaz de investigar la naturaleza física, la educación en la voluntad, en los valores cristianos y en la afectividad sin descuidar el aspecto intelectual.

FILOSOFÍA EDUCATIVA

El Humanismo que fundamenta a nuestras escuelas consiste en la afirmación del valor, de la libertad y de la dignidad de la naturaleza humana. La filosofía humanista cristiana es precisamente la exaltación de la naturaleza en su valor integral, en su intensidad y plenitud espiritual y corporal. Somos una escuela católica, contribuimos a la formación cristiana de nuestros alumnos a través de la educación evangelizadora.

FINES EDUCATIVOS

Promovemos la formación humanista integral y armónica de la niñez y juventud. Deseamos proyectarnos como un centro de educación excelente por su nivel cultural y su humanismo cristiano. Consideramos el ser humano como una persona de comunidad, hacia la trascendencia. Por eso nos proponemos los siguientes objetivos:

1. Hacer de nuestra escuela una gran familia, donde reine un ambiente de libertad y caridad.
2. Adquirir la madurez humana y cristiana de tal manera que se colabore al bien de la sociedad.
3. Adquirir y desarrollar las habilidades intelectuales que permitan aprender permanentemente y con independencia, así como actuar con eficacia e iniciativa en las cuestiones prácticas de la vida cotidiana.

JERARQUÍA DE VALORES

En la filosofía educativa de José Antonio Plancarte encontramos “... la educación moral y religiosa, única guía y fortaleza que el Hombre tiene para llegar a la felicidad por la espinosa senda de la vida” de ello se deduce que la ordenación jerárquica, que como Colegio Guadalupano profesamos, coloca éstos valores en la cúspide. El primer dato que se desprende de esta jerarquía es que son seis categorías:

Vitales: Favorecen la conservación de la vida. Tales como: salud, vida, energía, dinamismo.
Técnicos: Hacen la vida más cómoda y confortable; representa ahorro de tiempo y esfuerzo para el hombre. Ejemplo: practicidad, comodidad.
Estéticos: Se refieren a la belleza en sus diversas formas. Entre ellos destacan la armonía, la gracia y las bellas artes.
Intelectuales: Suponen y promueven el cultivo de la inteligencia. Sus ejemplos más claros son: verdad, lógica, capacidad de observación, juicio crítico, etc.
Morales: Son los que dan a las acciones y relaciones del hombre la dimensión típica y radicalmente humana. Ejemplos: amor, dignidad humana, bien común, justicia social. Estos serán los valores rectores que rigen a nuestra Institución.
Religiosos: Los que caracterizan las relaciones del hombre con Dios, ejemplo: Dios mismo, María Santísima, La Iglesia, Sagrada Escritura, Sacramentos, etc.

La jerarquía propuesta guarda entre sí un orden ascendente: poniendo en la base los valores vitales, nos vamos elevando en el proceso de personalización, de tal manera que, mientras más elevada sea la posición de la categoría, es porque su contribución a la plena realización del hombre como persona es más decisiva.

Escudo



El escudo de los Colegios Guadalupanos es de forma antigua. Tiene en la parte superior una división que en la heráldica lo hace de “Jefe”. En esta parte, aparece el lema de nuestro fundador: “Valor y Confianza”. Luce sobre un campo verde que es el color de la esperanza. Sobre el campo principal del escudo hay una cruz de hierro; la cruz es signo del amor de Cristo, centro de la vida cristiana, por eso se proyecta a todo lo ancho de la existencia.

Termina en punta de lanza, como la PALABRA de Dios que es penetrante, viva y eficaz, arma del cristiano. Los otros extremos de la cruz son lobulados como el trébol, cuyas tres hojas nos traen el recuerdo de la Trinidad. La cruz divide el escudo en cuatro cuarteles. En el cuartel más alto de la derecha, sobre el campo azul color de cielo, hay una estrella que representa a María, la Estrella Matutina que iluminó la aurora del mundo en el paraíso y la aurora de nuestra patria en el Tepeyac.

En el cuartel bajo de la izquierda, hay una antorcha. Cuya luz significa la síntesis entre fe y cultura y entre fe y vida, síntesis que tratamos de alcanzar en nuestros colegios. El campo es rojo, que es color del fuego y el color de la caridad. Caridad y fuego porque la fe y la cultura acercan a Dios, y por la fe vivida se entrega al servicio de los hermanos.

Los otros dos cuarteles ostentan los colores pontificios en señal de catolicidad. Están vacíos y sin empresa, para que los que militan bajo este escudo lo llenen simbólicamente con sus propias obras.

Bibliografía

José Antonio Alvarado Zavala

José Antonio Alvarado Zavala nació en Zacapu hacia el año 1930. Sus estudios primarios los realizó en su tierra natal, en donde poco a poco fué descubriendo su amor a las letras. Sus estudios superiores los realizó en la Facultad de Altos Estudios de la Universidad Michoacana.

En el año de 1969 publicó su libro Habitación sin Muros, en el cual manifiesta su forma de hacer poesía a través de “un lenguaje que rescata signos de humanidad” y “restablece la desgastada magia de las palabras…”

Son famosas, además, las Calaveras de Villaseñor, en las que desfilan personajes famosos y muy conocidos de Jiquilpan.

El Camino Aquel

Amiga mía:
vengo de recorrer el camino aquel
que transitamos juntos. ¿Lo recuerdas?
Polvo y aire…
Ya no son los mismos.
Las canteras perdieron su color natural;
son ahora más rojas,
por vergüenza…
Es lo que algunos dicen.
Otros dicen…
que cambiaron de ideas.
Yo sólo caminaba,
pensaba en el mar
para no recordarte,
mientras la brisa
me mojaba las mejillas.
Amiga mía:
debemos ocultar la ciudad,
su color la hace sospechosa.
Uniformes verdes
marchaban frente a mí,
con ojos asesinos.
¿Recuerdan la vieja fuente?
Me preguntó por ti;
la encontré abandonada,
se bañaba para no aburrirse.
Llantos y gritos de muchachos
golpeaban mis oídos.
Una anciana lloraba y maldecía;
llevaba en su regazo
un hijo muerto.
Las campanas, ¿las recuerdas?
Allá en las torres, en lo alto,
¿recuerdas cómo lloraban,
cómo reían con nosotros?
¿Recuerdas también
cuando reían de nuestro llanto,
como niños malcriados?
Cientos de muchachos
tomaban a dos manos su café de muertos,
y aquella vieja mujer de negro
seguía cubriendo de lágrimas
el Avemaría y acompañando
el Padrenuestro con suspiros.
Yo pensaba en el mar
para no recordarte
y las olas me oprimían la garganta.
Y el parque, ¿lo recuerdas?
La primavera la ha cubierto de rosas;
los árboles mecen en el viento su follaje.
A la sombra del viejo gigante
aún se conserva tu huella.
Y pensaba en el mar
para no recordarte;
parvadas de gaviotas no me dejaban ver,
sólo escuchaban voces
y llantos
y balas asesinas
y cascos de caballos
cada vez más cercanos.
Nuestros viejos amigos
preguntaron por ti. ¿Los recuerdas?
Ellos esperan aún nuestro regreso.
Yo, amiga mía,
pensaba en ti
para salir del mar.
Era el mar
que me hacía recordar;
recordaba que estábamos allí
oprimiendo a dos manos
nuestro café de muertos,
mientras fuera marchaban
los verdes uniformes
con ojos asesinos.
¡Sí!, estábamos allí,
ondeando la bandera,
aquella bandera
que tú no conocías,
que yo nunca había visto,
pero la amábamos,
pero la amamos
por ser nuestra.
Estábamos allí…
con su nuevo nombre propio…
Nuestros viejos amigos
preguntaron por ti,
esperan aún nuestro regreso;
he prometido yo
que volveríamos,
que estaremos ahí,
para juntos izar nuestra bandera,
la que fue nuestra
antes de conocerla.
Que estaremos ahí,
con nuestro nombre propio,
aquel con el que fuimos bautizados
cuando tomábamos.
nuestro café de muertos.
Amiga mía:
vengo de recorrer el camino aquel
que transitamos juntos;
quise no acordarme de ti,
para no estar triste.
Mira mis zapatos
conservan todavía.
el polvo del camino.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Historia

Salvatierra, una Lectura Profana
El Escudo de Armas (I Parte)

El Escudo de Armas de San Andrés de Salvatierra, está constituido por un óvalo que se divide en cuatro cuarteles. En dos de ellos está la cruz de San Andrés. El primer cuartel está pintado de púrpura. Otro, tiene un campo de trigo con tres haces de espigas, que simbolizan los tres molinos para pan que existían en la que fué la primera ciudad del actual estado de Guanajuato, y su color es plata. El cuarto cuartel representa el puente de Batanes y simboliza la unión del Valle de Guatzindeo o Huatzindeo con la nueva ciudad, su color es oro.

¿Por qué un Óvalo? Es la primera Interrogante

No hay más que una sola religión, la vida de Dios en la vida del hombre, afirma Joseph Fort Newton. El culto solar nunca ha dejado de ser el principio y el fin de todos los cultos, a pesar de los numerosos velos de púrpura y sayal, poéticos y vulgares, imponentes y miserables, con los que se ha encubierto. El óvalo o la elipse representa, entre otras cosas, la órbita de la tierra, y los cuatro cuarteles, las cuatro estaciones que van del púrpura al oro pasando por la plata. La elipse marca principio y fin, Alfa y Omega; nacimiento y muerte; día y noche; luz y tinieblas, y se vuelve el símbolo ideal para encerrar lo que acontece en la vida de un pueblo, sus orígenes y su destino. Su evolución.


El primer cuartel; la primavera, contiene la Cruz de San Andrés, en forma de “X”, de aspas, símbolo que había sido usado aún antes de la vida de este santo: El apóstol Andrés sufrió el martirio sobre una cruz de esta forma. Se le representa como una “X”. Aparece también entre los indígenas “cuna” de Sudamérica, quienes la consideraban como una protección contra los malos espíritus. También la encontramos en las monedas de Alejandro Bala, en Siria (146 a.C.) y en las de los reyes Bactrios (140-120 a.C.)

Del Repertorio de Símbolos Cristianos de Mariano Monterrosa Prado y Leticia Talavares Solórzano, se desprende que San Andrés Apóstol, correspondiente al siglo I, simboliza una casa quemándose, lo cual estaría directamente relacionado con el supuesto incendio mediante el cual se descubrió que las luces emanaban de la Virgen y no había tal conflagración.

La cruz decusata (X) o cruz griega, da la impresión del movimiento, la propulsión, el progreso. Se le relaciona iconográficamente con una cuerda, un pescado que pende de una cuerda, la red del pescador –Andrés es hermano de Pedro-. Es patrón de los comerciantes de pescado, cordeleros, fabricantes de redes, pescadores de agua dulce.

También se le invoca contra calambres (aunque quien los sufre debe implorar a todos los santos), disentería (llamada mal de San Andrés), erisipela, gota, tortícolis. Se le festeja el 30 de noviembre. Si esto marca la tradición popular, habría qué preguntarse: ¿por qué su primer cuartel está sobre color púrpura, si corresponde a la primavera? (continúa en el próximo número...)

Tomado del Libro: “Salvatierra, una Lectura Profana”
de Luis Montes de Oca y Sergio Hernández Saucedo


Historia y Evolución de Salvatierra

La Fundación de la Ciudad de San Andrés de Salvatierra, 1644

Los antecedentes inmediatos a la fundación de la ciudad y los principales personajes que en ella intervinieron. (continuación)

Don Gabriel López de Peralta, nació en la ciudad de México en 1593. Fue nieto de Jerónimo López de Peralta, el Viejo o el Conquistador, quien había llegado con Cortés a tomar parte de la conquista de la capital Azteca, recibiendo merced de tierras por estos méritos. El padre de don Gabriel fue don Gerónimo López de Peralta, el Mozo, quien fundó el Mayorazgo de Tarimoro, parte de estas tierras fueron las que don Gabriel ofreció a su Majestad, para la fundación de Salvatierra, a cambio de ser nombrado corregidor perpetuo de la nueva ciudad y escribano de cabildo, con todos los beneficios que los cargos implicaban.

Don Agustín de Carranza y Salcedo, nació en Valladolid al decir de unos, para otros, en Zelaya a finales del siglo XVI, hombre inteligente y culto, pero pobre, se desempeñó como escribano público, primero en Huatzindeo, y después en Chochones. Fué el principal gestor para la fundación de la ciudad, recibió el nombramiento de alguacil mayor en el primer Cabildo, en el año de 1660, fue desterrado de la ciudad por un grupo de vecinos afines a los López de Peralta, radicado en Pátzcuaro, volvió años después para morir en esta ciudad el 10 de agosto de 1688, fué sepultado en la capilla mayor del convento del Carmen, como consta en el acta asentada en el libro de defunciones número uno del archivo parroquial franciscano: “En el año del Señor, de mil seiscientos ochenta y ocho, en el día diez del mes de agosto. El alguacil Mayor Agustín de Carranza, hijo de Sebastián de Carranza y de María de Salcedo, viudo de Doña Catharina de Carriero, en unión y comunión de la Santa Madre Iglesia, volvió su alma a Dios, cuyo cuerpo a los once días del mes de agosto fue sepultado en la iglesia de nuestra Señora del Carmen de esta ciudad, y se confesó sacramentalmente con el Padre Prior de dicho convento, Fray Alberto de la Madre de Dios a quien dejó ordenado testase por dicho Agustín de Carranza y recibió el Santísimo Sacramento eucarístico por Viático, el día veinticuatro del mes de julio, y el de la extremaunción a los seis días del mes de agosto. Fray Pedro de Aguirre. Rúbrica.”

Una serie de hechos fueron conformando la creación de la ciudad: en 1635, se fundaron las cofradías del Santísimo Sacramento y la de Las Ánimas en el pueblo de Huatzindeo; se estableció el curato en febrero de 1643, con lo que alcanzaron los vecinos de Chochones la autonomía eclesiástica de Acámbaro; y la promulgación de la Real Cédula dada en Cuenca el 12 de junio de 1642, en la que el rey Felipe IV, establecía las disposiciones para conceder títulos y privilegios a varias poblaciones, haciéndole notar al virrey, la conveniencia de otorgarlos como medio para obtener recursos económicos para la Corona.

Con fundamento en lo anterior, el 1 de octubre de 1643, los vecinos otorgaron poderes para los oficios de Cabildo, y se tasaron según la costumbre de la época, dándole poder a don Agustín de Carranza y Salcedo para gestionar la fundación de la ciudad, y se obligaron a avecindarse en ella. El 1 de octubre del mismo año, don Gabriel López de Peralta, se dirigió al virrey ofreciéndole a su majestad, el rey, las tierras para la fundación, manifestándole lo siguiente:

“que en el valle de Huatzindeo, Tarimoro y Chichimecas, de la jurisdicción de Celaya, tiene cincuenta sitios de estancia para ganado mayor y diversas caballerías de tierra que le pertenecen a cada sitio, con el derecho de agua del Río Grande, zanjas, tomas y presas por merced, para el riego de dichas tierras de bienes de su mayorazgo, que fundaron el Tesorero Jerónimo López de Peralta y Doña Ana Carrillo de Peralta, sus padres; que por ser tan buen valle, temple y comodidades y por el uso del agua de riego y en tan buen distrito y cercanías de otras provincias de las más opulentas de esta Nueva España, valen dichos sitios, estancias y tierras, con las aguas que le pertenecen, con la saca y toma del Río Grande, que el suplicante hizo a su costa, ajusta común estimación 500,000,00, por ser tierras abundantes y fértiles de tan benévolo temperamento, así como para ganados como para labores, rindiendo copiosas y abundantes cosechas de trigo, maíz y otras semillas de que se abastece esta Ciudad y otras provincias reales de minas... Y el suplicante, deseoso, como leal vasallo de su Majestad, del aumento de su real poder, continuando los servicios de sus padres y abuelos, quiero servirle con dicho sitio y tierras y dicha agua para que en aquel puesto, en el paraje que llaman San Andrés Chochones, DONDE ESTÁN CONGREGADOS HASTA CUARENTA VECINOS ESPAÑOLES CON SUS MUJERES, HIJOS, CASAS Y FAMILIAS SE FUNDE UNA CIUDAD, QUE EL SUPLICANTE Y LOS FUNDADORES, PARA QUE ESTÉ DEBAJO DEL AMPARO DE SU EXCELENTECIA, SE LLAME LA CIUDAD DE SAN ANDRÉS DE SALVATIERRA, PUES SE HA DE FUNDAR EN EL TIEMPO DEL DICHOSO GOBIERNO DE VUESTRA EXCELENCIA...”

La Vida Colonial Salvaterrense, 1644-1810

La Llegada de los Religiosos Carmelitas

En México, mucho se ha hablado acerca de las labores realizadas por los frailes pertenecientes a las órdenes de San Francisco, Santo Domingo y San Agustín, así como por lo hecho por los regulares de la Compañía de Jesús fundada por San Ignacio de Loyola. Pero muy poco se ha dicho acerca de los hijos de la orden del Carmelo, a pesar de que muchas de sus obras que nos legaron, siguen siendo todavía causa de admiración y difíciles de superar, o cuando menos, igualar hoy en día.

Los religiosos Carmelitas llegaron a la Nueva España por acuerdo tomado en el Capítulo Provincial celebrado en Lisboa el 7 de mayo de 1585, ese mismo año, arribaron a tierras mexicanas con el permiso para su establecimiento del rey Felipe II y del Virrey. Su llegada fue tardía, porque en aquellos días los descalzos no estaban todavía separados definitivamente de los calzados o mitigados. Su provincia tomó el nombre de San Alberto, los conventos y casas que fundaron fueron: Los Conventos de San Ángel, San Joaquín, el Desierto de los Leones, las iglesias del Carmen de México y La Sabatina, en la ciudad de México; además, en Querétaro, San Luis Potosí, Valladolid, Puebla, Toluca, Atlixco, El Santo Desierto de Tenatzingo, Celaya y Salvatierra.

Salvatierra nació y creció a la sombra del convento de los Carmelitas Descalzos, la historia colonial de la ciudad tiene tan profundas raíces en él, que es difícil, o a veces hasta imposible separar las dos entidades. A pesar de los ordenamientos de los definitorios de la orden, que prohibían a sus comunidades conventuales adquirir bienes, en Salvatierra se transformaron en grandes propietarios de tierras, por su participación en capellanías, censos, legados y concesiones que les otorgó el Cabildo y Regimiento de la ciudad, sin embargo, la vida conventual no sufrió relajamiento, los Carmelitas Descalzos fueron fieles a los votos que profesaban, que los caracterizó por su estricta disciplina y observancia regular, la cual, sólo se interrumpió con la exclaustración de la época Juarista, y finalmente, con la lenta decadencia de la provincia de San Alberto de México.

La llegada de los Carmelitas a Salvatierra no fue obra de la casualidad, o de meras situaciones circunstanciales. Fue el producto de una perfecta estrategia gestada y diseñada muchos años atrás, y no en Salvatierra, sino en la Villa de Zelaya, el personaje central lo fué don Agustín de Carranza y Salcedo, lo que hace presumir que era oriundo de Zelaya, y su relación con ellos la estableció desde su juventud en el antiguo convento de esa villa.

Tomado del Libro: “Historia y Evolución de Salvatierra”
de Miguel Alejo López


Aztlán: origen y destino

Homo Sapiens espaldas frías

Tomemos como referencia de tiempo la aparición de Jesucristo y vayamos cien mil años antes, cuando la única superficie poblada de la tierra era el continente africano y se realizaba la primera migración de Homo Sapiens rumbo a la India, Indonesia y Australia. Cincuenta mil años después se dio una segunda migración hacia el Asia oriental, la India y Kazajstán, esto coincide con el notorio aumento en la población en los lugares donde llegó esta segunda migración. Alec Knighty y Peter Underhill, haciendo estudios de ADN en una tribu del desierto del Kalahari y otras tribus de Tanzania, encontraron que son descendientes de los primeros pobladores de nuestro planeta, ésta tribu son los Bosquimanos, actualmente todavía existen cien mil de ellos en África.

Se cree que fueron parte de los Bosquimanos los que emigraron al continente asiático 50,000 años a.C. en tres direcciones; hacia Asia oriental, la India y Kazajstán. De la migración de Kazajstán se originaron los pueblos de Europa y los pueblos de América. Una parte de la migración de Kazajstán se dirigió a la península de Chukchi en Liberia, a finales del cuaternario, en el último período glacial, 30,000 años a.C., donde se abrió un corredor que unió a Asia con América llamado Beringia, que por efecto del último periodo glacial, que comenzó hace 120,000 años y terminó hace diez mil años en que se cubrió 30% de la superficie terrestre de hielo (actualmente sólo se encuentra cubierta 10%). Bajó el nivel de los mares entre 50 y 10 metros, entre ellos el estrecho de Bering, que lleva su nombre en honor a su descubridor, el danés Vitus Bering, quién lo descubrió en 1728.

Este estrecho, es un mar de poca profundidad que no supera los 30 metros, por lo que Beringia estuvo al descubierto desde 30,000 años a.C., o probablemente mucho antes, ya que la glaciación había comenzado en el año 120,000 a.C., y se cerró al terminar la glaciación, o sea 10,000 años a.C. Esto permitió que muchos grupos de Homo sapiens y tal vez Homo sapiens sapiens y grandes manadas de animales cruzaran hacia América por Beringia que no medía más de 80 kilómetros, entre la península de Chukchi Rusia y Alaska.

Se ha encontrado gran similitud en las características físicas de los pobladores del este de Asia con los nuevos habitantes de América, como los indios de Norteamérica, los olmecas, los toltecas y los mayas, por ejemplo: pelo negro, grueso, lacio y resistente; poco vello en el rostro y el cuerpo; pómulos salientes; nariz pequeña y achatada; ojos negros, alargados y oblicuos; dientes incisivos en forma de pala. La forma del cráneo es variable, por ejemplo: los chinos del norte son dolicocéfalos y los del sur, braquicéfalos; los indios de América del norte son dolicocéfalos y los olmecas, toltecas y mayas, braquicéfalos.

Se han descubierto varios asentamientos en Yuan, Canadá, de utensilios de huesos fechados 22,000 años c.C., en el Valle de Anáhuac, en México, también se encontraron restos de hogueras datadas 21,000 años a.C., en Alaska; otras del año 13,000 a.C., en Bluefish; de 9000 años a.C., en Dry Creek; y de 8,000 años a.C., en Akmak.

Tomada del Libro: “Aztlán: origen y destino”
de: Melquiades González Gaytán

Narraciones

La Deserción de Católicos a las Sectas Protestantes
Por : Rodolfo Mújica Pérez

¿Por qué desertan algunos católicos de su santa religión para incorporarse a las sectas protestantes? Esta pregunta se las he hecho a varios amigos míos, y su respuesta es la misma que he oído y leído en cassettes y libros, y es ésta: “Los católicos que se separan de su santa religión católica y abrazan las sectas protestantes, se debe a su ignorancia, o bien, a esos tales les faltó fuerza de voluntad, para rechazar las mentiras de los protestantes y se dejaron “lavar el cerebro”, etc, etc.” Pero esos desertores responden: “Yo antes era un borracho, un mujeriego, un desobligado con mi familia y nomás me cambié de religión, y “santo remedio”, ahora soy muy feliz y nada falta en mi casa...”

Este fenómeno psicológico de los católicos que han vuelto su espalda a su santa religión, me ha puesto a pensar a fin de encontrar el porqué de ese cambio. Luego de darle muchas vueltas a este asunto, he llegado a creer que tal vez nosotros los católicos de actualidad, tenemos parte de culpa de tal fenómeno, porque ya no somos los católicos de antes. Nuestros antecesores eran mas caritativos que nosotros. Su forma de vida estaba más apegada a las enseñanzas del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, además la gente cumplía fielmente con las reglas de sus devociones y tenían por modelos a San Francisco de Asís, San Vicente de Paul, San Antonio de Padua, San Francisco de Sales, San Juan Bosco, al Padre “Sabalita” y al Padre del Valle. Casi todas las mujeres eran devotas a la Santísima Virgen María. Cosa que ahora las devociones están por los suelos.

Ahora, parece ser que se nos ha endurecido el corazón. Somos menos sensibles al dolor y al sufrimiento de los demás. Si alguien es víctima de una injusticia de parte de las autoridades, lo dejamos solo a que lo revuelque el toro y nosotros nos quedamos muy calladitos. Esa actitud nuestra no está bien. En esto y a manera de ejemplo, yo exhorto a mis hermanos católicos a leer y meditar el contenido de la Parábola “del Buen Samaritano” que está escrita en la Sagrada Biblia en su Capítulo X, versículos 25 al 37 del Santo Evangelio según San Lucas, que a la letra dice así:

“Levantose entonces un doctor de la Ley, y díjole con el fin de tentarle: Maestro, ¿qué debo yo hacer para conseguir la vida eterna? –Díjole Jesús: -¿Qué es lo que en ella lees? –Respondió el doctor: -Amarás al Señor Dios tuyo de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo. –Replicole Jesús: -Bien has respondido, haz eso y vivirás. –Mas él, queriendo dar a entender que era justo, preguntó a Jesús: y ¿quién es mi prójimo? -Entonces Jesús tomando la palabra, dijo: “Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones que le despojaron de todo, le cubrieron de heridas y se fueron dejándole medio muerto. Bajaba casualmente por el mismo camino un sacerdote, y aunque le vió, pasose de largo. Igualmente un Levita, a pesar de que se halló vecino al sitio, le miró y tiró adelante.

Pero un pasajero de nación Samaritano, llegóse a donde estaba y viéndole, movióse a compasión, y arrimándose, vendó sus heridas, bañándolas con aceite y vino y subiéndole en su cabalgadura, le condujo al mesón, y cuidó de él en un todo. Al día siguiente sacó dos denarios de plata, y dióselos al mesonero diciéndole: -Cuídame este hombre y todo lo que gastares yo te lo abonaré a mi vuelta. QUIÉN DE ESTOS TRES te parece haber sido su prójimo del que cayó en manos de los ladrones? –Aquel, -respondió el doctor- que usó, con él de misericordia. -Pues anda, -díjole Jesús, y has tú otro tanto”

Pues eso es precisamente lo que hacen los protestantes con su prójimo . Ellos sí se ayudan unos con otros. A mí me constan esos comportamientos de ellos. Un hombre sin trabajo y con hijos, se acerca a ellos y de acuerdo con el Pastor, se mueven y le consiguen un trabajo. Lo mismo si se trata de un hambriento o enfermo pobre, etc., etc. Por otra parte, nunca yo he sabido que un protestante mate a otro protestante o que roben, defrauden, engañen a otra persona, aunque no sea de su creencia. Sin embargo, triste es decirlo, entre nosotros los católicos, casi nunca se ve una solidaridad semejante. Con cuánta facilidad a nosotros los católicos nos “gana el diablo”, montamos en cólera, sacamos la pistola o el cuchillo y por un mal entendido herimos a nuestro vecino, o bien, teniendo dinero pretendemos seducir a la mujer de Nuestro Prójimo. Yo he notado que no se ven pordioseros, ni lisiados que sean protestantes. Parece ser que tienen muy presentes el ejemplo del Buen Samaritano.

Nosotros los católicos, en lo personal también podemos ayudar a nuestro prójimo, de acuerdo con nuestras posibilidades. Hay mil maneras de hacerlo, son tantas las necesidades del más pobre, del marginado, del desposeído, del huérfano, del triste, del afligido por un gran pesar o ante una desgracia. El campo es muy extenso: si pensamos que a diario se cometen injusticias que sufre el pobre por no tener dinero, pues el rico todo lo arregla con su dinero, aunque haya cometido el crimen mas horrendo. Puede pisotear los derechos del pobre y nunca ser castigado. Las cárceles están llenas de pobres, dentro de ellas no se encuentran los ricos.

Para seguir adelante y a decir verdad, es cierto que dentro de la grey católica hay gente muy piadosa y caritativa, pero son pocos, y lo que necesitamos es que la mayoría de nosotros los católicos seamos mas compadecidos con los demás hermanos en humanidad. Yo pienso que sería bueno que en cada parroquia hubiera un Ministerio de ayuda mutua para apoyar a los necesitados en casos desesperados, previa comprobación del caso. Pueden formarse Cajas de Ahorro, para allegar fondos al Ministerio encargado de impartir ayuda a los verdaderamente necesitados, por ejemplo: un difunto que su familia no tiene dinero ni para comprar las velas ni el ataúd. Esto sería en lo colectivo. Pero sería bueno que en lo personal, tomáramos como modelo a seguir la cristiana actitud del “Buen Samaritano”.

Hace muchos años en la esquina de mi casa, había una tiendita, su dueño se llamaba Miguel. Era originario del Sabino, muy católico el hombre. Al terminar cualquier plática o frase, siempre decía “Bendito sea Dios”. Pues bien, una tarde llegó a su tiendita un señor ya viejo, campesino, amigo de don Miguel, de nombre Domingo. Luego de saludar a su amigo, se sentó en un banco rústico, sacó un morralito donde traía su tabaco, sus hojas de maíz, su eslabón, su yesca y su piedra de lumbre e hizo un cigarro. Lo prendió y empezó a fumar. Este señor tenía la gracia de platicar muy sabroso y sabía muchas anécdotas y daba a sus oyentes muy sanos consejos. Tenía ese hombre mucha experiencia. Los muchachos de la cuadra ya lo conocíamos y cuando llegaba a visitar a don Miguel, nos acercábamos a él para oírlo platicar.

Esa vez empezó de éste modo: “Mira Miguel, toma atención de lo que te voy a decir. También ustedes muchachos, paren bien las orejas: Miren ustedes, jamás vayan a olvidar este consejo: cuando se les presente la ocasión y vean a un prójimo, sea hombre, mujer, niño o anciano, necesitado de ayuda, no escatimen tiempo ni dinero, vayan prestos a socorrer a esa persona. Ayuden al hambriento, al indefenso, al despreciado, a la viuda, al huérfano, al enfermo. Si ustedes no tienen dinero, pierdan la vergüenza y pidan caridad para llevar lo más que puedan a esas gentes afligidas. Tengan siempre presente este consejo que yo les doy”. - Siguió diciendo el hombre: “¿Lo oíste Miguel? Procura no ser tan tacaño con tu familia ni con los demás. Ustedes muchachitos que me han oído, pórtense bien con sus padres y cuando sean grandes en edad, procuren socorrer a los pobres.

Recuerdo también haber oído a mi “jefecito” decir a sus amigos que aquel que cura a un hombre enfermo de la cruda, hace una obra de caridad. Pero yo nunca iba a imaginar, que esos consejos y comentarios habían quedado en mi mente grabados tan firmemente que no tuve ningún trabajo ponerlos en acción, cuando se me presentó la oportunidad de ser útil a los demás. De los casos que pude atender, citaré tres de ellos. Allá por el año de 1960, siendo Presidente Municipal de nuestro Salvatierra, el señor don José Jiménez Díaz, yo me encontraba sin trabajo y él me favoreció con el empleo de Alcaide Municipal. En ese tiempo, la cárcel estaba ubicada en la calle Juárez. En pocos días me di cuenta que en una cárcel es el lugar donde se presentan las oportunidades de hacer caridades. Me dije: “Estos hombres causados con largas condenas por muy malos que sean, yo tengo la obligación de cuidar de ellos. Yo no debo ser su verdugo. Con esta mentalidad empecé a desempeñar el cargo. En ese tiempo, estaba preso un señor de nombre Elpidio, del rancho de San Nicolás de la Condesa, municipio de Tarimoro, Gto. Un día, el auxiliar de mi confianza me llamó diciéndome: -Don Elpidio está muy malo, hace dos días que no se levanta de su petate. Fui presto, lo interrogué y por los síntomas deduje que se trataba de un tifo maligno.

El enfermo no tenía ni para comprar una cajetilla de cigarros Faros. En ese tiempo, frente a la cárcel había una farmacia atendida por un boticario de nombre Juanito Zamora, muy amable por cierto, que le fiaba medicina al Alcaide en casos de urgencia, y después se le pagaba. Le pedí a crédito a don Juanito 20 cápsulas de Cloranfenicol. Le di indicaciones al auxiliar para que le diera a tomar la medicina con puntualidad. Aquel hombre se alivió y un mes después fueron sus familiares a visitarlo, gente del rancho muy sencilla, pero agradecida. Don Elpidio les contó lo sucedido. Luego me pagaron el importe de la medicina y a mi me daban una gratificación que desde luego, me rehusé recibirla. Yo ya le había pagado las cápsulas a don Juanito, pues del mismo cuero correas.

Pues en la oficina del Alcaide había una regla vigente para los borrachos. Llegando a la mesa tenían que dejar en depósito, el reloj, alguna arma, anillos, dinero, para entregárselas cuando salieran del “bote”. Se hacía eso para evitar que los demás borrachos los despojaran de sus prendas. Pero había muchos Alcaides que no les devolvían nada, particularmente el dinero. Bueno, pues yo le hacía de este modo: Por ejemplo, si un borrachito dejaba 20 pesos, le tomaba yo cinco pesos, para ponerlos en una alcancía. Este dinero lo gastaba en la compra de un litro de chínguere (aguardiente) de Moroleón para curar la cruda de los mismos borrachos, darle alguna gratificación al Oficial de mi confianza en el interior de la cárcel, para el cajonero y para comprar yo mis cigarros.

Por cierto, el mandadero me decía: -Usted señor Alcaide, es muy tonto. Agárreles mas a los borrachos. Mire lo que hacía el otro Alcaide: Una noche los gendarmes trajeron un borracho, dejó sus prendas y además un fajo medio grueso de billete-dólar. De todo ese dinero, el Alcaide no le entregó ni cinco centavos. Todo ese dinero “se lo clavó”... y usted se conforma con una lagaña. –Mira Gorrión (así le decían por apodo), yo no puedo hacer eso. Mi conciencia no me deja hacerlo. -Bueno, -insistía -¿y todas las “mentadas de madre” que le dan, esas qué?... –Entonces solté una carcajada diciendo: para eso me pagan. Además, cuando los borrachos me la mientan, ya llevan el doble de mi parte y de todas maneras yo salgo ganando.

Otra noche, a eso de las once, la policía me llevó a tres borrachitos que yo conocía, de oficio mecánicos, los mandé a “la Leona”, un cuarto algo grande donde se encerraban a los borrachos y a otros de faltas leves. A eso de las tres de la mañana, oí que golpeaban muy fuerte la puerta de la Leona. Fui a ver qué sucedía. Al abrir la puerta, uno de ellos me dijo: “Señor Alcaide, ¿qué hacemos? Uno de nuestros cuates se está muriendo de la cruda. Mírelo, allí está...” –Sí, estaba engarruñado y se quejaba levemente, casi sin alientos. Nunca había yo visto un crudo como ese. Mostraba un temblor incontenible. Las quijadas las tenía tiesas. Los dedos de sus manos estaban torcidos y no podía hablar. Su caso era grave.

Al verlo, ¿qué hice? Corrí a mi oficina, saqué mi botella de chínguere y una cuchara. ¡Vamos!, les dije: ¡me van a ayudar! A uno de ellos lo puse a que le sostuviera la cabeza y al otro, a abrirle poco a poco las quijadas. Traté de que pasara las primeras cucharadas, sin poder lograrlo, pero poco a poco fué consintiendo su estómago retener las siguientes cucharadas. Después de unos quince minutos vimos su mejoría hasta que al fin pudo tomarse un buen trago de vino. Ya fuera de peligro, les dije a sus dos compañeros: “Cuídenlo y ustedes también tomen la botella y échense un “fogonazo” de chínguere para que no sientan cruda alguna. En otra ocasión, como a las diez de la noche, el gendarme me llevó a un hombre joven bastante borracho. Era un cobrador de la Coca-Cola. Entre otras prendas mostró un fajo de billetes, que yo me apresuré a contar. Me los arrebató el borracho diciendo: “déjeme a mí contarlos...” Los empezó a contar, pero los billetes de cien pesos los contaba por billetes de a diez. Total, contó cierta cantidad que era mucho menos de lo que contenía el fajo. –Déme mi recibo, -me dijo como muy enojado. Entonces tomé los billetes y los conté. Sí, era una cantidad casi mas del doble de lo que él me había dicho.

Entonces, me “tocó el diablo” y me dieron ganas de quedarme con más de la mitad de aquel dinero. Pero con cuanta rapidez reaccioné y me dije: “Si yo robo a este hombre ese dinero, no va a poder pagar a la empresa ese dinero y si el patrón lo manda a la cárcel, yo lo voy a tener preso y lo voy a estar mirando y mi conciencia me va a gritar diciéndome: ‘por ti, ese individuo perdió su trabajo y sufre encarcelamiento’”. Entonces conté correctamente aquel dinero, le dí al borrachito su recibo y solo le capé diez pesos para la alcancía. Al ver aquella acción mía, el policía me dijo: Señor Alcaide, déme a mi una copia del recibo que le dió al correccional. En el caso anterior, también el policía mostró una cumplida honradez, pues no “bolseó” al borracho, pues sucede a veces que los policías, antes de llevarlos ante el Alcaide, ya en la calle les han bajado los dineros y ya llegan sin nada en la bolsa.

En el caso que les he contado, yo tuve mi premio. Sucedió que el gendarme contó el caso al Inspector de Policía y éste se lo comentó al Presidente Municipal, el cual al día siguiente que fué a la consigna me felicitó y me dijo que me iba a dar un ascenso. Sí, sí me lo cumplió. Me mandó de administrador al Rastro Municipal. El sueldo mejoró. Ya no me desvelaba y con menos horas de trabajo.

Bueno, lector amigo, hasta aquí llego. No quiero fastidiarte con charlas interminables que cansan. Por eso, solo quiero decirte que al hacer referencia de los casos descritos, lo he hecho no por presunción, ni por aparecer como un hombre bueno, pues confieso que yo muchas veces he actuado igual que el sacerdote y el Levita que pasaron de largo sin ayudar al necesitado. Ahora me arrepiento de no haber aprovechado la oportunidad de prestar ayuda a mi prójimo, que son puntos buenos a los ojos de Dios Nuestro Señor. Y los consejos de don Domingo que daba a don Miguel y a nosotros los muchachos, coincidían plenamente con la palabra Bíblica de la parábola del “Buen Samaritano”.

Pongamos pues en práctica estas enseñanzas, nada nos cuesta hacerlo. La ganancia es segura, pues asimismo, en la tierra muchas personas son agradecidas, cuando reciben nuestra ayuda en momentos difíciles. Aparte de la otra ganancia que el Señor nos tiene reservada para los que fueron indulgentes con su prójimo. Los videntes aseguran que el premio es fabuloso.

Libro

HISTORIA DE LA MÚSICA POPULAR MEXICANA

El Apogeo de la Canción Romántica
La Inmortal Trova Yucateca

Los Cancioneros

En 1909 aparecieron publicados en Yucatán dos cancioneros: el Ruiseñor Yucateco y el cancionero conocido como de Chan Cil que contenía cuarenta canciones yucatecas con acompañamiento de piano. Compendio y suma de la inspiración peninsular, ofrecen al aficionado actual la posibilidad de observar el “romanticismo” que se cultivaba a principios de siglo, así como comprobar la continuidad de estilo y sensibilidad en los posteriores cancionistas yucatecos. A medio camino entre la poesía culta y la expresión sentimental o sensiblera, en sus letras se perciben las más variadas influencias, tanto de la poesía del resto de la república como de la zona del Caribe, Venezuela y Colombia. Todas demuestran la importancia de un “cantilenista” inspirado para los autores de canciones, y por la unicidad de sus temas amorosos, describen al recipiendario de las canciones: un idealizado y pasivo género femenino que no tenía más función que la de esperar eternamente la pleitesía, queja o declaración de amor apasionado del trovador o su contratante:


¿Quién como yo, mujer, te ha idolatrado?
¿Quién como yo, te amó con más anhelo?
¿Por qué me abriste con tu amor el cielo?
¿Para después rasgarme el corazón?

Porque te adoro y a tus pies me arrastro
que así vuelvan cual yo me vuelvo a ti
la aguja al norte, el heliotropo al astro,
la llama al cielo, mi esperanza a ti.


Otro conocido cancionero de la época fué Fermín Pastrana (1857-1925), mejor conocido como Huay Cuuc (ardilla diabólica). Pastrana gozó de la consideración de los conocedores y fué además un magnífico y fino guitarrista que contribuyó a crear el estilo de acompañamiento de la canción romántica posterior. En su estilo “culto” de canciones se nota la influencia cubana de Emilio Grenet, Sindo Garay y Sánchez de Fuentes. De su producción se recuerda “Que importa” con letra de Fernando Juanes G. Gutiérrez y “Fantasía” con letra del propio Pastrana, cuyas imágenes de tipo modernista comenzaban a privar entre los cancioneros de aquella época:


A través de Zafiria y densa bruma
contemplaba una imagen cual hurí
eras tú que con traje de alba espuma
junto a las olas como a Venus ví.


La Época de Oro de la Trova Yucateca, 1922-1928

Tras la desaparición de los estilos difundidos por Cirilo Baqueiro y Fermín Pastrana, empezaron a ser acogidos en Yucatán el bolero cubano y el bambuco colombiano. El bolero, como una transformación más rápida y viva de las antiguas danzas lentas, se adaptaba a las necesidades expresivas de los compositores. El bambuco, con sus alegres acentos rítmicos de origen negro, suavizados por la dulzura colombiana, cautivó el gusto de los trovadores yucatecos. Tocado con una guitarra sexta ejecutada al punteo, una guitarra triple al rasgueo y una bandola acompañadas de una o dos voces, constituía una novedad y un atractivo.

Aunque sólo fuese a título de creadores de una canción famosa, habría que incluir en esta generación de madurez de la canción romántica yucateca a Alfredo Tamayo Marín (1880) y Domingo Casanova Herrera. El primero, autor de la expresiva “Sueño”, mejor conocida como “Soñó mi mente loca”, logró la hazaña de su difusión inmediata, no sólo en el resto del país, sino aun en el extranjero. “Sueño” fué escrita entre los 14 y 15 años de edad (1895); la pureza de su melodía agradó tanto a Ponce que se sintió impulsado a hacer un arreglo especial de ella, lo que ocasionó que durante mucho tiempo se creyese que “Soñó mi mente loca” era producto de la inspiración del propio Ponce. Otra canción escrita en su adolescencia, “Cuando la noche tienda, es extrañamente similar a “La negra noche” de Uranga.


Cuando la noche tienda su negro manto
y no entonen las aves su alegre canto...


Domingo Casanova, peluquero de profesión y cuya peluquería constituyó en su época un curioso centro de estudio de trovadores, fué el creador de una irrepetible joya del género: la canción “Ella” (1925) basada en un poema del dominicano Osvaldo Bazil. Como modelo a seguir por multitud de autores posteriores, “Ella” destaca por su perfecto equilibrio tonal y la fluidez de una redonda melodía cuya naturalidad y modulaciones son insuperables.

Ambiente en Yucatán Durante los Años Veinte

Los nombres de los grandes de la canción yucateca, Ricardo Palmerín y Pepe Domínguez, permanecerán ligados en la historia de Yucatán al periodo del gobierno socialista de Felipe Carrillo Puerto. No tan sólo por la anécdota de sobra conocida del cortejo del gobernador a la periodista y peregrina estadunidense Alma Reed, a través de las lánguidas notas de la canción de Palmerín. Felipe Carrillo Puerto, el ardoroso creador de la “única y más pequeña utopía en el mundo real e imaginario”, quien se enorgullecía de haber realizado el reparto de 208 mil hectáreas de tierra entre los campesinos y de planear una efectiva “transformación de la demografía yucatanense” mediante el control de la natalidad, era algo más que el campeón de los ideales radicales o el generoso impulsor de un socialismo sui generis en el estado.

A principios de su gobierno, Felipe Carrillo Puerto había comprado un equipo transmisor que fué instalado en el local de la Liga Central de Resistencia; acto seguido, fundó la XEY, Voz del Gran Partido Socialista. Contra lo que pudiera suponerse, no sólo se hacían transmisiones de tipo político o social. Gran cantidad de trovadores encontraron en la estación un sitio de segura difusión. Desgraciadamente, al llegar la represión del centro de la república a principios de 1924, el general Ricárdez Broca, quien planeó y llevó a cabo el fusilamiento de Carrillo Puerto y doce de sus allegados mediante un juicio absolutamente amañado, destruyó la estación del Partido Socialista.

Carrillo Puerto, interesado en todas las manifestaciones del arte de su tierra, inició una época de difusión más amplia de la canción yucateca. Gracias a su iniciativa se envió a la ciudad de México una “misión cancionera” que colaboró en la celebración de las fiestas del Centenario de la Consumación de la Independencia. El éxito de la misión fué inmediato: los compositores de canciones de la capital y otras regiones de provincia reconocieron la redondez, el perfecto acabado de los bambucos, las claves y los boleros yucatecos.


(continuará…)

El Rincón para Niños


Cómo fué encontrado el Ladrón

Mustafá, sabio y rico mercader de damasco, tenía un solo hijo, llamado Saíd, al cual quiso educar con prudencia; pero Saíd confiaba demasiado en un joven armenio que logró engañarlo varias veces sin despertar sospechas. Un día Mustafá y Saíd se vieron obligados a ir a Bagdad por cuestión de negocios.
-¿A quién confiaré mi dinero durante mi ausencia? –se preguntó el mercader.
-A mi amigo, el armenio, desde luego –dijo su hijo. –Es el hombre más honrado de Damasco.
-Muy bien, Saíd –exclamó el padre- por una vez voy a seguir tu consejo.

Dió a su hijo una caja grande y fuerte para que la pusiera al cuidado del armenio, y cuando Saíd volvió se fueron a Bagdad. Dos meses más tarde volvieron a Damasco habiendo ganado una suma considerable de dinero con su negocio.

Fué Saíd en busca del armenio, y pronto regresó muy angustiado.
-Has insultado a mi amigo, -exclamó. Pues no era dinero lo que le has confiado, sino un montón de piedras.
-Dime, hijo mío, ¿cómo has sabido tu honrado amigo que sólo había piedras en mi caja? –preguntó Mustafá.

Debe haber roto las tres cerraduras y esto te probará ahora que yo tenía razón para no confiarle nada de valor. Saíd bajó la cabeza y desde entonces se dejó guiar por los consejos, la sabiduría y la experiencia de su padre.

Los Dos Pajaritos

Una vez, un pajarito iba volando y cantaba alegremente, cuando de pronto sintió un aleteo, miró atrás y vió que venía cerca de él otro pajarito que estaba triste, muy triste.
-¿Qué te pasa? –preguntó bondadosamente el pajarito alegre.
-¡Ah, amigo mío! –dijo el pajarito triste –soy muy desgraciado.
-Cuéntame tus cuitas.
-Te diré. Hace tiempo que busco la dicha y no la encuentro. He revoloteado por todo el espacio, he subido a alturas inconcebibles, he visitado lo más alto de las montañas, y oh, Dios mío! Siempre estoy triste, siempre soy desgraciado... No puedo ser dichoso... La dicha huye de mí al leve susurro de mis alas, como si fuese un terrible espantajo...

-¡Bah! –dijo el pajarito alegre. –¿Crees, tonto, que acaso buscando la dicha la encontrarás? Si estás siempre triste, si eres desgraciado y sufres horriblemente, es porque tú quieres.
-No, eso no –se apresuró a decir el pajarito triste. Yo quiero estar alegre, ser dichoso, pero... ¡si no sé cómo!
-Yo te diré. ¿Ves aquel árbol frondoso que está sobre una loma?
-Sí.
-Pues ve allí. Recoge pajitas del suelo, haz un nido, y pon tus huevos. Después, cuida de ellos, y verás que al poco tiempo salen unos pajaritos muy bonitos. Enséñalos a volar, y de esa manera serás dichoso. Si yo estoy siempre alegre es porque mi abuelito, que era el pájaro más sabio de mi familia, me dijo un día, mientras leía un libraco viejo: “La dicha no se busca, se hace. Ve nieto mío y cuando hayas hecho tu nido, habrás hecho tu dicha”.

El pajarito triste hizo entonces como le dijera su amigo y empezó a reinar en su alma el gozo y la alegría. Qué sólo viviendo como Dios manda y siendo útiles a los demás seres, es como podemos ser dichosos en la vida.

Tomados del Libro “Alma Latina”

Leyendas

Cigarrillos “Pata de Cabra”... por favor.

En época del Virrey Iturrigaray, es decir por el año de 1808, Salvatierra, junto con las ciudades de León y San Luis de la Paz, eran las más importantes de la Intendencia de Guanajuato por su pujanza económica. Para Salvatierra vino el declive económico en los años subsiguientes, por causas que no vienen al caso tratar en el presente capítulo.

Sólo quedaron algunas pailas o fábricas de jabón. Había también algunos talleres con telares de rebocería, mantas y camballas. Vinieron después las fábricas de hilados y tejidos: “La Reforma” y la de los Argomedo en Batanes.

Donde sí se veía pujanza ostensible fué en la industria del cigarro y puros.

Suprimido el monopolio del tabaco por el gobierno, que se había dado en la colonia, comenzaron los industriales en pequeño a torcer cigarros para su venta. Más como todo mundo estaba impuesto a tomar su jícara y su albayalde para torcerlos en casa al dulce conversar en familia o con personas de confianza, sólo los ricos y los jóvenes consumían los que se vendían en estanquillos y tiendas. Los primeros cigarros elaborados nos llegaron de la vecina Ciudad de Yuriria; los de “La Emperatriz” de Don Nicolás Castro; y los “América” de Don Sacramento Guerrero.

En Salvatierra, pronto empezó la producción en pequeñas industrias familiares, los cigarros más conocidos fueron: los “Pata de Cabra” o “Pata de Chiva” en cajetillas de 18 cigarros. Se llamaban así porque al torcerlos y para evitar que el cigarro ya torcido se desdoblara, le fajaban por en medio una tira de papel y por un lado le oprimían con un dedal de hojalata que traía en un dedo el operador, éste tenía una uña o punta dejándolo tapado y marcada en medio la ranura de la uña, que simulaba la pezuña de una cabra; y los “Churumbeles”, o sea un manojo de 18 cigarros fajados por en medio con una tira de papel; “Las Bolas” eran cigarros en forma de barrilito amarrados en los extremos con cáñamo amarillo.

Sus precios eran: los “Pata de Cabra” en cajetilla, tres centavos; los “Churumbeles”, dos paquetes por cinco centavos; y siete cigarros sueltos valían un centavo.

El proceso de elaboración más o menos era el siguiente: el probador era un hombre conocedor de la preparación del tabaco, rociaba las hojas con una infusión preparada a base de hojas de higuera, de guayabo y tripas de cirial. Se humedecía y se ponía a reposar en sacos de petate, bien prensado. Después, el catador decía si estaban en su punto, para que los picadores iniciaran su labor.

Las demás tareas eran; los cortadores de papel; los encajetilladores, los torcedores de cigarros; y los que pegaban las hojas de papel con atole de maíz.

Con el paso de los años llegaron las primeras marcas, sobre todo de la Capital; “La Prueba”, “La Niña”, “El Negrito” y “El Borrego” de Don Íñigo Noriega; vinieron después los de “El Profeta” y los de “El Gallito”. Por los años veinte entraron al mercado los de las fábricas “El Buen Tono” y los “Gardenia Chorrito”. Hubo otros como: “Los Yucatecos”, los “Reina Victoria” y los “Alfonso XIII”. Para 1926, entró la la Cigarrera “El Águila” con sus conocidas marcas que hoy perduran: “Faros” y “Tigres”.

El complemento, o sea el encendido de los cigarros también evolucionó; primero fué el encendido en el bracero; el pedernal, la yesca y el eslabón, después, le siguieron los fósforos de una cabeza con varita de cartón o de ocote, les decían cerillos de ruido o del diablito, por explosivos y ruidosos, y por último, los de silencio con dos cabezas.


La competencia a todos los niveles fué dura y feroz. En Salvatierra una marca ostentó como logotipo el escudo de la ciudad: los de “El Buen Tono”, que eran publicitados por Juan Silveti, padre de una dinastía de toreros, con el lema; “Silveti fuma el Buen Tono”; la conocida tienda “La Isla de Cuba” era la distribuidora exclusiva de la Cigarrera El Águila, con sus afamadas marcas: “Faros” y “Tigres”; y hasta de Yuriria nos llegó como publicidad la parodia de una conocida jaculatoria, que rezaba: “Emperatriz poderosa de los mortales consuelo, dadme una marca famosa para vencer a Guerrero” haciendo referencia a dos de los fabricantes de pitillos de esa ciudad.

El último representante en Salvatierra de este gremio fué Don Teódulo y su hija Chucha, que vivieron en el Callejón del Padre Eterno, allá por los años sesenta.

Las Imágenes de un Nazareno que Gemía y
la de un Cristo que lloró Sangre

Salvatierra es un tesoro, si no, compruébenlo ustedes.

Nuestra provinciana ciudad no se quedó atrás en lo que se refiere a leyendas que forman parte de nuestra historia y que no fueron registradas en la escritura con datos precisos, pero que despiertan un marcado interés. Hemos escuchado con emoción los relatos de fabulosos tesoros y de hechos increíbles, sucedidos en nuestras plazas y calles.

Las casonas viejas de la ciudad, son el lugar ideal para asegurar que hay dinero enterrado, y parece ser que más de alguna persona de nuestra época ha logrado dar con alguno de esos tesoros al hacer una reparación de una vetusta finca, encontrando entre sus muros bolsas de cuero de chivo repletas de monedas de oro y plata protegidas por cuartones de mezquite. Otros aseguran que “el muerto se les ha cargado” y viven con la esperanza de ver el día menos pensado, arder en el suelo o las paredes la llama azulosa que les indique el lugar de “el guardo”.

Pero en Salvatierra tenemos un tesoro, está a la vista y es de todos. Es de las pocas ciudades en que la generalidad de los templos pueden ofrecer un conjunto de imágenes exquisitamente bellas: San Nicolás de Bari y el Señor de la Clemencia, en el Templo de Santo Domingo; la suave melancolía del Patriarca de Asís y la conmovedora representación de Jesús Cautivo, en el Templo de San Francisco; la Virgen del Rosario y el Señor del Desmayo en Capuchinas; la Sagrada Familia en la Parroquia del Ranchito; la Virgen del Carmelo –tan bella la del altar mayo, como la “Güerita” de las peregrinaciones-, el Niño de Praga y Santa Teresita del Niño Jesús, en el Templo del Carmen; la Dolorosa del Oratorio, que difícilmente tendrá igual y allí mismo la Magdalena, el Apóstol San Juan y el Señor de la Flagelación; el Niño Limosnerito, San Pedro, San Andrés, El Sagrado Corazón y el San Juan Bautista en la Parroquia, y allí mismo, la bellísima imagen de Nuestra Señora de la Luz con su enigmática y misteriosa sonrisa que nos ha dispensado por más de cuatrocientos años.

¿Cuánto podrán valer las joyas que luce Nuestra Señora de la Luz?, ¿Cuánto podrán valer también los altares del Oratorio y de San Francisco, labrados finamente en cantera rosa por el humilde artesano Don Eligio Sanabria?, ¿Y cuánto ese portón y ese cancel de la parroquia, realizados por el humilde ebanista casi ciego, Don José Dolores Herrera?, ¿Y el Sagrario del Santuario de Guadalupe?, que hiciera él mismo y que es una réplica exacta del famoso “pocito” de la Villa de Guadalupe y que consta de más de mil piecesitas pequeñas labradas todas a mano?.

Otra parte del tesoro está en el portón del Templo de San Antonio y la puerta lateral del Templo de San Francisco conocida como la “puerta de los arcángeles”, ambas construidas hace más de doscientos cincuenta años. También el retablo de
la sacristía parroquial, que fuera el altar de la Capilla del Mayorazgo. Y las
esculturas sevillanas del Convento de las Capuchinas, así como el acervo de valiosísimas pinturas que hay en casi todos nuestros templos y tienen un valor incalculable. Que si por indiferencia no queremos tomar en cuenta su valor apreciativo, cuente para nosotros su valor material, que no es de miles, sino de millones de pesos. Y es nuestro; sí es nuestro porque no lo legaron nuestros padres y se lo podremos legar a nuestros hijos, los niños de hoy y siempre.

Incrementando este tesoro, existe en el Templo de San Francisco una hermosísima imagen del Señor de las Tres Caídas, el más bello retrato de Cristo que existe en la Ciudad de Salvatierra. Esta imagen, hoy privada de altar propio –el suyo estaba a mitad del templo en el muro del lado del evangelio- y sin el cuidado que su hermosura amerita, está relegado a una capilla a la entrada del templo. Es lástima, porque en muchas leguas a la redonda no se encuentra fácilmente otra imagen de Jesús que a la belleza de sus líneas reúna la suficiente serenidad que muestra esa escultura.

Es de goznes y era fama que en la ceremonia de las tres caídas, que se hacía en muy devota procesión por las calles de la ciudad, podía dar tres pasos antes de caer bajo el peso de la cruz. Comentaban los viejos que en el momento de doblarse en la caída, lanzaba un dolorosísimo gemido, debido a una combinación que tenía en los goznes, la cual, por orden de un Jefe Político de la segunda mitad del siglo XIX, se le quitó. Porque la impresión que producía ese gemido causó en no pocas ocasiones sustos muy grandes a no pocas personas, contándose que una vez una pequeña niña, que padecía del corazón, murió al escuchar el lastimero lamento.

Otra imagen hoy desaparecida en Salvatierra, era la de un Cristo que fué venerado en el Templo de Santo Domingo, se le conoció como el Señor del Buen Despacho, era más grande que los Cristos normales, impresionaba su gran tamaño. De esta imagen existen pocos datos; casi nulos, pero resulta que se formó todo un expediente acerca de él por los hechos extraordinarios que sucedieron, al decir de los viejos devotos: ¡LLORÓ SANGRE!

Esto provocó que fuera retirado y enviado a un Templo de la Ciudad de San Luis Potosí en el primer tercio del siglo XX, perdiéndose totalmente de nuestra historia esta imagen, prácticamente ni sabemos que existió y menos que lloró sangre.

Tomadas del Libro: “Leyendas, Cuentos y Narraciones de Salvatierra,
Segunda Parte” de Miguel Alejo López


Poesias

Diciembre

Al fin llegó diciembre,
cargado de alegrías,
ya el frente de las casas
y en comercios se encienden
las luces de colores
formando alegorías.

Ya los niños esperan
con ansias las posadas,
y con sus vocecitas
infantiles y castas
pedir un rinconcito
donde el Niño nazca.

Luego de varias veces
de pedir e insistir,
lo fuerte de sus voces
empieza a disminuir.

Cuando el hecho ocurrió
hace ya dos mil años,
en este caminar
José estaba agotado,
María muy extenuada
y hasta el borriquito
que los iba cargando
ya se veía agüitado.

Cuando al fin encontraron
lo que andaban buscando,
esto no era un palacio,
tan sólo era un establo.

La noche había avanzado;
el clima era muy frío,
becerritos, terneras
y también corderitos
cansados del trabajo
estaban dormitando.

No era el lugar deseado
y menos el indicado,
pero ahí, en un pesebre
en medio de la pobreza,
en comunión con sus Padres,
de San José y María
nació el REY DE REYES
el que es TODO GRANDEZA.

¡Gloria a Ti, hermoso niño!
con devoción TE adoramos,
tú eres ahora nuestro hermano
y en tu gran poder confiamos.

Después de estar unidos
en esta noche amada.
Sigamos disfrutando
de esta nuestra gran posada.

Y vayamos decididos
a que con muy buen acierto
y con el palo en la mano
rompamos esa piñata
que ya nos está esperando.

Y que al romperla veamos
cuántas cositas contiene:
ya la rompieron los niños
y encontraron muchos dulces,
cacahuates, mucha fruta
y con ello se entretienen.

Estamos enredados
entre tantas serpentinas
y el confetti lo traemos
hasta en las meras costillas.

Nos dieron aguinaldo
esa es otra gran sorpresa,
mañana regresaremos
para continuar la Fiesta.

J. E R B.


Espera para la Llegada del Salvador

Miles de años de espera,
miles de años de una ilusión,
ese fue el tiempo,
para que viniera el Salvador.

Grande espera fue,
pero tuvo una razón,
que una persona viniera al mundo,
a morir en una cruz,
pero a la vez también regalamos la salvación.

Belén era tu ciudad,
para nacer,
ahí tienes a tus padres,
en vela toda la noche.

¡Ha llegado la hora!,
Las estrellas se empiezan a juntar,
con esas estrellas una luz hará,
para indicar a los pastores,
en donde se encontraba su majestad.

G T R R


Otro Año Más

Otro año pasó ya,
otra bendición vendrá,
para nosotros fue una bendición,
espero que para ti igual.

Ya pasó San Valentín,
ya pasó Pascua,
ya pasó el “buen fin”.
En este periodo cumplimos un año más,
apoyando y sirviendo a la comunidad.

Ya viene el 2013,
en el 2012 ya no existirá la Tierra, dijeron,
ya no estaremos dijeron,
esas son puras creencias
que ni el padre ni el hijo crearon.

Deseo lo mejor para ustedes,
y que tengan cosas en abundancia,
todos como hermanos demos los valores,
para erradicar la delincuencia,
y que vuelva la paz a Salvatierra,
nuestra ciudad.

G T R R


Canción del Peregrino Guadalupano

Virgen de Guadalupe
Madre del Verbo
Madre de Dios,
he venido de lejos
a pedirte un favor:
que ruegues por nosotros
a Jesucristo
mi Salvador.
Qué sería de nosotros
los mexicanos
sin el amor
de mi mamá Lupita
que bajó al Tepeyac
un 12 de diciembre
para podernos
más ayudar
¿De qué sirve adorarte
oh Jesucristo,
con tanto ardor,
si alguien niega a tu Madre?
no merece perdón.
La madre como el Hijo
sólo ha sabido
darnos amor.
Venimos caminando
también cantando
se oye el rumor
son tus hijos que vienen
a mostrarte su amor
porque eres nuestra madre
y también Madre
del Redentor.

J G H



Nuestros 20 Años

Han pasado 20 años,
de lucha, esfuerzo y amor,
muchas veces con caídas,
pero con gran ilusión.

Dios nos ha socorrido,
con dos grandes retoños,
cada uno con sus sueños,
cada uno con sus retos.

Hemos salido adelante,
apoyándonos mutuamente,
hemos conseguido logros,
que no han sido fácilmente.

Hemos de recordar,
que un 12 de diciembre,
Dios unió nuestras vidas,
para siempre.

G T R R y
G R O


El Brindis

En este día venturoso
que estamos aquí reunidos,
quiero proponer un brindis
por todo lo acontecido.

Por bodas, bautizos y
aniversarios cumplidos,
por todos esos momentos
que Dios nos ha concedido.

Por momentos venideros
que alegrías nos traerán,
o posibles sentimientos,
que también nos dolerán.

Alzo la copa, y si ustedes
lo permiten,
también el brindis será,
por aquellos que estuvieron
y que nunca volverán.

J B


El Cristo de mi Altar

Clavado en una cruz, ya muerto, muerto
me conmueves, Jesús al verte herido.
Te pregunta que ¿a quién has ofendido
para quedar en el castigo yerto?

Es mi ofensa haber sido siempre huerto
con fragancia de amor siempre florido.
Es mi culpa el haberte bendecido
con este corazón de un pecho abierto.

Si por bueno te damos tal martirio
que destroza tu ser con tanta pena,
si por bueno te veo cual rojo lirio,

no me niegues, Señor, tu gracia plena
que te pido a tus pies con gran delirio
de ser bueno y morir en tu condena.

Tomada del Libro: “Mi Desierto, Poesías”
del Padre Rafael Alcántar Mondragón


Alabanza

Quiero cantar un canto hermoso
que alabe al Señor con alegría
un canto sublime que suba hasta el cielo,
Alabanza pura alabanza mía.

Alabado sea su cuerpo Divino
su Sangre preciosa
su Cruz su destino.

Bendito el Señor
y su Madre Santa
Jesús Salvador,
Ella la esperanza

Bendito, bendito
Santo relicario
Cruz de todo el mundo,
cruz de salvación.

Alabo y bendigo
los santos lugares
en Santo Sudario
su Sangre dejó.

Alabo y bendigo
sus huellas benditas
Dolor sacrosanto
que Él padeció.

Alabado sea
Jesús de mi vida
Siempre y para siempre
en mi corazón.

Alabado el Padre
Alabado el Hijo
Alabo y Bendigo
su esencia Divina
que en un panecito
Jesús se nos dió.

I S J.


Sueño

He soñado Señor, siempre he soñado
que mi cuerpo envejecido te ha buscado,
y mi alma por tu amor perdida,
al final placentera, te ha encontrado.

Otras veces he soñado un desposorio,
tomaba mi alma otro ser más reverente,
y extendía mis brazos a ese novio
y a Ti me entregué Hostia viviente.

Oh amor tierno y casto, el que hoy siento,
entrega cálida que te das, yo te recibo,
y te siento vibrar incienso vivo,
de tu amor y mi amor mudo testigo.

I S J.




Te Necesito

Te necesito Señor, te necesito
desde el momento que comencé a existir
tú me diste unos padres que me amaron
y me enseñaron a vivir para Ti.
Te necesito Jesús, te necesito,
te necesito para poder vivir,
te necesito porque si ahora existo
es porque quieres
que yo pueda vivir.
Yo necesito Señor de tu Palabra
porque es vida y toda la verdad
yo necesito seguir tus mandamientos
y con tu ayuda
poderme así salvar.
Te necesito Señor Mío Jesucristo
como la abeja necesita la flor,
como los peces necesitan del agua,
como la tierra necesita del sol.
Te necesito ayer, ahora y siempre,
todos los días en cada amanecer,
porque eres bueno y eres tan Poderoso,
se que me cuidas como una madre
que cuida a su bebé
como una madre
que cuida a su bebé.

Mírame

Mírame, mírame
aquí en tu presencia llorando porque
te ofendí, te ofendí
estoy arrepentido, te pido perdón,
estoy arrepentido, te pido perdón.
Yo no sé que pasó,
si estaba convencido que Tú eras mi Dios
y después te olvidé,
como fui tan ingrato contigo Señor,
como fui tan ingrato contigo Señor.
“Jesús, cómo es posible que tengas tanta
compasión con los pecadores, no tenemos
con qué pagarte. Qué bueno eres Señor”.
Ya lo sé, que mi Dios
es misericordioso, no quiere perder
a ningún pecador
y le sale al camino y le habla de Amor,
y le sale al camino y le habla de Amor.
Mírame, mírame
aquí en tu presencia llorando porque
te ofendí, te ofendí.
Estoy arrepentido, te pido perdón,
Estoy arrepentido, te pido perdón.

Letra y Música:
J G H

Las Posaditas

Llegaron los conquistadores europeos. Eran pocos en número, eran muchos en codicia, como todo conquistador en la historia del hombre. No eran más valientes, ni eran más cultos, pero traían armas poderosas e iban montados en unos monstruos llamados caballos, iban por los fértiles campos saqueando y sembrando el terror. Ante los arcabuces, los mosquetones, las espadas y la pólvora, de nada sirvieron el arrojo y la valentía de la raza de bronce.

Con ellos llegaron otros hombres, éstos no querían la guerra, no acumulaban oro, plata, piedras preciosas ni plumas, raras por su belleza y variedad. No, ellos no querían riquezas materiales para sí mismos ni para enviarlos a un rey; ellos vinieron a traer ideas; de parte del cielo trajeron a un Dios, de parte de la Iglesia trajeron una caterva de santos y prohibiciones. Ellos no querían el maltrato a quienes llamaron indios, no consideraban bestias a los habitantes encontrados, los consideraban iguales a la raza humana y también hijos de Dios.

Eran monjes salidos de monasterios vestidos siempre con la misma ropa, fueron buenos y amables con los sometidos y les brindaban consuelos y amor. De los nombres de los conquistadores sólo quedaron en la historia los de sus principales, el nombre de todos los monjes evangelizadores, persiste, algunos de ellos fueron Motolínia, Bartolomé de las Casas, Benavente, Vasco de Quiroga, y muchos más.

Para enseñar la nueva doctrina utilizaron varios recursos como las pequeñas obras teatrales llamadas coloquios o pastorelas. También se creó la costumbre de preparar la fiesta de la Natividad con un novenario que inicialmente se realizó en los templos y en los atrios. Posteriormente el pueblo realizó estos novenarios en sus casas y en las calles. Cada día corresponden los gastos y la organización a una familia.

Para realizarla se necesita un conjunto de figuras de barro, de paja, hoja de lata, fierro, porcelana y otros materiales artísticamente trabajados y otros que representan a los padres del niño que nacerá en la noche del veinticuatro de diciembre. Ellos eran la Virgen María y el casto José. Son cargados en andas y, en cada casa de los vecinos participantes, solicitan un lugar para dormir. Siempre se les niega y, solamente una casa, la última de este peregrinar, les da posada. Esto se repite durante nueve días.

Pero no es tan simple, el pueblo mexicano es alegre, bullicioso, dicharachero, actor y canta-autor, lo que no sabe, lo inventa, es luchón, es trabajador y, en los momentos de diversión no acepta límites.

Cuando lo cree conveniente, hace a un lado la solemnidad. Pues bien, para pedir posada, lo hace cantando:
-Os pido posada amado casero.
-Mi nombre es José, mi esposa es María, y madre va a ser del Divino Verbo.
-No me importa el nombre de quien lo solicita o su esposa es una reina, sigan adelante, no sea un tunante.

Al final de un largo peregrinar, los dueños de la última casa cantando también, dicen:

-Si es la Reina del Cielo, quien lo solicita, entre pues no los conocía.
-Entren santos peregrinos, reciban este rincón, no sólo de esta posada, también de mi corazón.


En estas celebraciones los actores de primerísima línea, son los niños porque para ellos están hechas, para su aprendizaje y para su diversión. Se reparten pequeñas velas y silbatos para la procesión, se les regalan dulces contenidos en envoltorios adornados o en canastitas repletas de colaciones, caramelos y pequeños juguetes; también se les regalan bolsas con naranjas, trozos de caña, cacahuates y guayabas.

Los niños mitigan el frío cantando, jugando y golpeando la piñata y a los adultos se les sirve ponche, una bebida caliente hecha con caña de azúcar, canela, tejocotes, uvas y ciruelas pasas, con un “piquete” de tequila.

Al final se rompe la piñata hecha con una olla de barro adornada con papel multicolor y repleta de frutas y dulces.

La piñata representa al mal. Los niños, en riguroso orden, son vendados de los ojos y provistos de un garrote. Tratan de golpearla hasta que uno de ellos la rompe cayendo al suelo los dulces y frutas que ávidamente son recogidos por los niños. A quien trata de romper la piñata, se le anima cantando:

¡Dale, dale, dale!, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino.

Entre rezos, cantos y alegrías, se realiza y se termina la fiesta, para repetirla al día siguiente, con la esperanza de que la próxima mejore a la anterior en cantidad y en calidad de los aguinaldos.

No faltan las bromas para los anfitriones y se les canta:

“Esa posada no estuvo buena y yo, por venir, me quedé sin cena”.

La enseñanza religiosa está garantizada, aún más la diversión o,

¿Tú qué dices?


Rodolfo Ruiz Silva

Cuento de Navidad

Cada estrellita que ven en el cielo, es una buena acción de los niños del mundo. Así empezó su cuento el abuelo.
-Y, ¿cuántas estrellas hay en el cielo? -Preguntó el nietecito más pequeño que le dicen Tomatito y que se llama Omar.
-Ustedes verán: si multiplicamos muchas estrellas por muchas veces, nos da por resultado todas las que vemos brillar por las noches. -No te entiendo abuelito, -dijo haciendo gestos el otro nietecito llamado Santiago y que le dicen Santi.
-Les voy a explicar, -les dijo el abuelo: -si multiplicamos un mucho por otro mucho, como resultado nos da un mucho más grande.
-“Ya ti intidimus”, -afirmó Santi meneando su melena, y Tomatito abrió los ojos más grandes que el venadito Rodolfo.

Santi y Tomatito están cumpliendo 5 años, pero Monse, quien ya tiene diez años y va en quinto de primaria, no aceptó la explicación, y dijo al abuelo: “Ya, ¡Dinos la verdad!, ¿cuántas estrellas hay en cielo?”. -Paulo, el nieto mayor que ya cuenta con once años, entre risas y enfado, se expresó con seriedad:
-Sí, Chifú (así llaman al abuelo), ¡ya dinos cuántas estrellas hay en el cielo!
-El abuelo se puso los lentes y habló así: “Cada año los niños del mundo reúnen sus buenas acciones y el día de Navidad las envían a la Virgen Madre que se encuentra en Belén, su pequeño Hijo juega con ellas y las deja subir al cielo como globos de colores para guardarlas como tesoros”.
-Los cuatro nietecitos gritaron: -¡Qué bueno que nos portamos bien!, así nuestras buenas acciones iluminarán la cueva y el pesebre del DIOS NIÑO y brillarán para siempre en el firmamento.
-Monse muy alegre relató esta poesía que aprendió en los libros del abuelo:

A MEDIA NOCHE UNA VIRGEN MADRE
PRODUCE UN ASTRO LUMINOSO
EN ESE MOMENTO MILAGROSO
LLAMAMOS A DIOS HERMANO NUESTRO
(FUNCANELLI)


R R S

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