Al Río Lerma
Puñal de piedra de mortal sequía
clavamos en la sombra de tu pecho,
llora la aurora por lo que hemos hecho,
pues se muere contigo la poesía
de los huertos y campo y serranía.
Herimos tu hermosura y a tu lecho
volvimos, con tristeza, un barbecho
de sombras grises y de roca fría.
No florecen los lirios ni las rosas
en tus riberas, por demás tan bellas,
ni se admira el volar de mariposas
ni se quiebran luceros con estrellas
en el vaivén de tus olas hermosas
en tus noches de gloria de epopeyas.
Tomada del Libro: “Mi Desierto, Poesías”
del Padre Rafael Alcántar Mondragón
Puñal de piedra de mortal sequía
clavamos en la sombra de tu pecho,
llora la aurora por lo que hemos hecho,
pues se muere contigo la poesía
de los huertos y campo y serranía.
Herimos tu hermosura y a tu lecho
volvimos, con tristeza, un barbecho
de sombras grises y de roca fría.
No florecen los lirios ni las rosas
en tus riberas, por demás tan bellas,
ni se admira el volar de mariposas
ni se quiebran luceros con estrellas
en el vaivén de tus olas hermosas
en tus noches de gloria de epopeyas.
Tomada del Libro: “Mi Desierto, Poesías”
del Padre Rafael Alcántar Mondragón
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