Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

miércoles, 1 de febrero de 2012

Leyendas


El Paralelismo Trágico de la Familia Sierra

El Lic. Salvador López Nava, en su magnífico trabajo que ha venido realizando sobre narraciones de esta región, rescatándolas grabadora en mano, con sus entrevistas a personas maduras y octogenarias, me ha hecho llegar la siguiente, que ha continuación transcribo:

“Más o menos así, pero yo pienso que más que menos, me contó la siguiente historia, Don Rodolfo Mendoza Villagómez, de los Villagómez de “El Sabino”.

El diez de marzo se celebra en Cortázar el fusilamiento de Fray Elías del Socorro Nievez, que fué beatificado por Su Santidad Juan Pablo II. Toca hablar de una comunidad que se llama San Pablo, en la cara poniente del Cerro de la Gavia, (parte del cerro es de Salvatierra, la gran mayoría es de Cortazar). San Pablo propiamente se ubica en la Barranca de Lavaceniza. Allí vivía Don Pablo Sierra y su mujer que se llamaba Pabla Vera.

Allá en 1912, el destino quiso que Benito Canales llegara con sus bandoleros a esa comunidad, donde apenas hay unas cuantas familias.

Don Pablo no estaba, andaba en sus labores; pero sus familiares empezaron a dar de comer a los de Canales. En el momento en que llegó Don Pablo se sorprendió de la gente que había y vió las carabinas que había por ahí recargadas y otras que las traían en la mano. Tomó una de ellas y dijo: “¿Y esta como se le hace?... Y uno de los que estaban allí contestó: “Quiubo, pos si ya la trais en la mano, ¿Qué espera?”, y lo asesinó, cayó muerto.

De pronto llegó Jesús Vera, padre de Doña Pabla y empezó a llorarle a su yerno, y por estarle llorando al difunto, lo mataron también a él. La señora se quedó solita con los dos muertos. No hubo quien la apoyara, ¿pos quién?, y como pudo bajó a La Cañada para darles sepultura junto a las faldas del Cerro de Culiacán. Eso es lo que dice la gente, que sucedió en aquel tiempo, la desgracia llegó a San Pablo.

¡La fatalidad llega con alas y se regresa con muletas! Quién iba a decir que en tiempos de la Revolución Cristera, en 1928, el sacerdote Fray Elías del Socorro Nievez, nacido en la Isla de San Pedro de la Laguna de Yuriria, al estar huyendo del Gobierno, subió al Cerro de la Gavia y coincidentemente cayó otra vez al rancho de San Pablo, y estaba precisamente en una zacatera, allí se guarecía, iba con un señor que se llamaba Ricardo Almanza.

Después vieron al sacerdote Jesús y José Dolores Sierra, hijos de Pablo Sierra, quien fué asesinado por Benito Canales en 1912. Llegaron y dijeron: “Señor Cura, ¿pero cómo es posible que esté usted en esa zacatera?, vállase a la casa, nosotros podemos ayudarle con toda la fe del mundo. El Padre Nievez respondió: “No hijos, no quiero yo comprometerlos”.

¡Qué compromiso, pase lo que pase estamos con usted!, contestaron los hermanos Sierra, cuando de pronto llegó el Gobierno y se los llevó a todos. El diez de marzo ya había en Cortázar todos los elementos para persuadir al General Márquez que los dejara en libertad, había dinero de por medio. En un lugar que se llama San José de la Peña, junto a la Hacienda de las Fuentes, propiedad de la Familia Malagón, allí les habló Márquez a los hermanos Sierra con estas palabras:

“Hínquense” -y respondió uno de ellos:
“Para hincarnos solamente ante el que ustedes llevan preso”, y sin más ni más les dieron balazos en las rodillas.
-Otra vez insistió Márquez: “Que se hinquen”.
-Ya les dijimos que no, -respondieron los hermanos; y ahí los asesinaron junto a un muro de calicanto.

A un kilómetro y medio de Cortazar, había un poste y un pequeño mezquite que estaba creciendo, y ahí, faltando quince minutos para las tres de la tarde, cuentan y dicen que los soldados que formaban el pelotón para ejecutar al Padre Nievez, se hincaron, y Márquez al ver la negativa de sus soldados, él mismo sacó su 45 y asesinó al fraile.

Cuento esto para que te imagines cómo la referencia de una comunidad, San Pablo, en la familia de los Sierra, el fatalismo coincide con algo tan terrible como esto”.

Así es Nuestra Señora de la Luz

El historiador Vicente Ruiz Arias, en su libro “Historia Civil y Eclesiástica de Salvatierra” (1976), en la página No. 75, nos hace una magnífica descripción de la Sagrada Imagen, que vale la pena transcribir y consignar:

“A las 3 de la tarde del lunes 2 de junio de 1930 reunidos en el Templo Parroquial los Sres. Curan Dn. José Espinoza y Dn. Rafael Lemus, los Sres. Prbos. Dn José del Valle y Dn. Jesús Garibay y el Lic. Melchor Vera con el objeto de examinar la Imagen de la santísima Virgen de la Luz, se procedió a trasladarla a la pieza inmediata a la notaría en donde se encontraban ya reunidas varias personas de la población, quienes a indicación del Sr. Cura Espinoza, procedieron a quitar sus ropas, hecho lo cual se encontró que la imagen tiene 98 cm. de altura, que descansa sobre una base de madera de pino muy antigua.

Esta base no está pintada ni barnizada, sino solamente cubierta en un grueso papel dorado muy antiguo pegado a la madera. La nube es de manufactura relativamente moderna, hueca por detrás y las nubes parecen ser de madera de patol y están plateadas.

Examinada minuciosamente la imagen, se encontró que es de pasta ligera, pulpa de caña de maíz en magnífico estado de conservación. Desde la cintura para abajo es de talla, o sea que tiene figuradas las ropas con la misma pasta de que está hecha y el cuerpo y la túnica están pintados de color rosa ligeramente morado. La espalda y el manto de color azul claro con cuatro cueltas o lugares en que se ve la parte inferior del manto de color bermellón. Las manos son de madera de cedro o de patol y están sujetas a los brazos un poco arriba de la muñeca, siendo los brazos hasta el hombro de género de lino llenos de algodón en rama y pegados a los hombros.

Sobre la muñeca de la mano izquierda tiene pegada una tira de papel en que dice: “Estas manitas se las dió Doña Luisa Galván Sánchez de Asnsnur. Mayo 19 de 1920”. Debajo de la túnica asoma la punta del pie izquierdo calzado y pintado de color café. La pintura en todo el cuerpo es indudablemente la original. En opinión de las personas que examinaron la Imagen estuvieron de acuerdo que data del siglo XVI.

La escultura del Santo Niño que se apoya en la mano izquierda de la Imagen es de madera y de hechura posterior. Está de pie en la mano izquierda en la actitud necesaria para sostener el mundo de oro que se acostumbra ponerle. La manita derecha está en actitud de bendecir y le falta el dedo índice.

Esta pequeña escultura es de encamación en su totalidad y parece ser de principios o mediados del siglo XVIII, y por su tamaño y posición no es el que se ve en el óleo de la Santísima Virgen que se encuentra en la sacristía de la Parroquia. La Virgen tiene los ojos de cristal café oscuros y tiene figurado ligeramente el pelo.

Tiene la cabeza inclinada ligeramente hacia la izquierda y en su cuello no se nota absolutamente nada que pueda hacer suponer que ha sido posteriormente alterada la posición de la cabeza. La nube y los ángeles que en ella están son muy posteriores pues no alcanzan más allá del segundo tercio del siglo XIX.

Leyendas Tomadas del Libro: “Leyendas, Cuentos y Narraciones de Salvatierra, Recopilación” de Miguel Alejo López

El Usurero del Baratillo

En la Plaza del Baratillo fué muy conocido.

Allí vivió todavía en tiempos de le Revolución de 1910. Dos o tres veces al día, cuando el hambre lo acosaba materialmente clavando sus aguijones en las paredes del estómago bajaba la escalera de su casa. Sólo así se habría el pesado zaguán, hermético por el resto de las 24 horas del día.

Rápidamente cambiaba unos centavos por atole y tamales o bien por nopales y tortillas, según la hora, y sin cruzar palabra con nadie, volvía otra vez a su encierro.

La gran puerta de madera dejaba oír el crujido de sus goznes herrumbrosos, para continuar irremediablemente cerrada. Era el usurero del Baratillo, como dió en llamarle la gente del pueblo.

Hombre enjuto, de mirada extraviada, blanco, estatura regular, bigote y piocha que dejaban ver evidentemente un rostro sin afeitarse. Vestía pantalón negro y camisa que se suponía blanca en otros tiempos. Este hombre era tan rico, que por haber acumulado tan inmensa cantidad de monedas de oro perdió la razón. Hace años que a toda hora del día y de la noche, según cuenta el vulgo, se le oye contar y recontar el dinero y gozar con el tintineo de las monedas que chocan unas con otras, dejándolas caer sobre el colchón de su cama.

Del ropero y del arcón donde guardaba su caudal, llevaba las talegas a su casa y allí las depositaba. Ese ruido tan peculiar era toda su obsesión... Dicen que ese tesoro provenía del montepío que tuvo en su propia casa por muchos años y por prestar con muy altos intereses. Fué también proverbial que la gente atribuyera al sombrío prestamista esta frase: “peso que no deje diez, para qué es”.

Prestaba su dinero en oro y ponía como condición que se le devolviera en oro, fijando, como hemos dicho, réditos crecidísimos.

Una ocasión tropezó con un hombre demasiado listo, quien logró sacarle a plazo corto como dos mil pesos con el 25 por ciento, pagaderos en ocho días, pero que lejos de liquidarle, huyó llevándose el dinero. Fué esta la causa definitiva de su locura. Desde ese día para el usurero no hubo más obsesión que contar su dinero y chapotear con sus manos repletas de monedas, que dejaba escurrir para escuchar cómo sonaba al golpear unas con otras.

Los vecinos lo ven casi todas las noches, y las familias que han vivido en esa casa oyen sus pasos en las escaleras que suben o bajan, y por las noches oyen también el tintineo de las monedas.

Es el usurero del baratillo que cuenta su tesoro, tesoro que, como hasta ahora nadie lo ha encontrado, se asegura que sigue escondido en varios sitios de la casa, pues en medio de su gran avaricia pensaba que de ese modo jamás podrían encontrarlo.

Tomada del Libro: “Leyendas de Guanajuato, Historia y Cultura”

Una Oración Políticamente Incorrecta

Cuando se le pidió al pastor Joe Wright que hiciera la oración de apertura en la legislatura de Kansas, en la sesión de inauguración de la “Kansas House of Representatives”, todo el mundo esperaba una oración ordinaria, pero esto es lo que ellos escucharon:

-Señor, venimos delante de Ti este día, para pedirte perdón y para pedir tu dirección. Sabemos que tu palabra dice: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”. y es exactamente lo que hemos olvidado, que Tú tienes el control.

-Hemos perdido el equilibrio espiritual y hemos cambiado nuestros valores.

-Hemos explotando al pobre y hemos llamado a eso “suerte”.

-Hemos recompensado la pereza y hemos llamado “ayuda social”.

-Hemos matado a nuestros hijos que aún no han nacido y lo hemos llamado “la libre elección”.

-Hemos sido negligentes al disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado “a desarrollar su autoestima”.

-Hemos abusado del poder y hemos llamado a eso “política”.

-Hemos codiciado los bienes de nuestro vecino y a eso lo hemos llamado “tener ambición”.

-Hemos contaminado las ondas de radio y televisión con groserías y pornografía y lo hemos llamado “libertad de expresión”.

-Hemos ridiculizado los valores establecidos desde hace mucho tiempo por nuestros ancestros y a esto le hemos llamado “obsoleto y pasado”.

Oh, Dios, mira en lo profundo de nuestros corazones; purifícanos y líbranos de nuestros pecados. Guía y bendice a estos hombres y mujeres que han sido enviados por la gente de Kansas, y que han sido ordenados por ti para gobernar este gran Estado. Concédeles sabiduría para gobernar y que sus decisiones sean conforme al centro de tu voluntad. Te lo pido en el nombre de tu hijo, el salvador de la vida, Jesucristo. Amén.”

La reacción fué inmediata. Un parlamentario abandonó la sala durante la oración. Tres más criticaron la oración del pastor calificándola como “mensaje de intolerancia”.

Durante las seis semanas siguientes, la Iglesia “Central Christian Church”, donde trabaja el pastor Wright recibió más de 5000 llamadas telefónicas, de las cuales sólo 47 fueron desfavorables. Esta iglesia recibe ahora peticiones del mundo entero para que el pastor Wright ore por ellos.

El comentarista Paul Harvey difundió esta oración en su emisión de radio “The Rest of The Story” (el resto de la historia) y ha recibido una acogida mucho más favorable por esta emisión, que por cualquier otra.

Con la ayuda de Dios, quisiéramos que esta oración se derrame sobre nuestra nación, por tanta semejanza con lo que está ocurriendo actualmente y que nazca en nuestros corazones el deseo de legar a ser una “nación bajo la mirada y el poder de Dios”. Esto ocurrió el 23 de enero de 1996.

Exigen a Pepsi no usar restos de bebés eliminados por aborto

Atlanta, 27 Oct. ‘11 (ACI/EWTN Noticias). La denuncia de un grupo pro-vida de que la empresa internacional de gaseosas PepsiCo estaría usando líneas celulares de fetos humanos abortados para la investigación y el mejoramiento de sus productos, hizo que uno de sus accionistas presentara una resolución para que esta compañía internacional suprima esta práctica.

En agosto de 2010, PepsiCo firmó un acuerdo de cuatro años con la compañía Senomyx para desarrollar endulzantes potenciados para sus bebidas. Por este trabajo, PepsiCo paga 30 millones de dólares por la investigación y futuras regalías de sus productos que en el futuro sean manufacturados con esta tecnología.

Muchas de las patentes de Senomyx involucran a la línea celular de fetos abortados con el código HEK-293, originada a partir de células de los riñones.

El aborto provocado es la eliminación o asesinato de un ser humano dentro del vientre de la madre. La doctrina católica y la ley natural coinciden en que nunca tiene justificación pues nadie tiene derecho a decidir sobre la vida de otra persona, menos la de los más débiles e inocentes, como los no nacidos.

El grupo pro-vida de Florida, Children of God for Life, escribió a ambas empresas en protesta por estas investigaciones. Senomyx no contestó, pero PepsiCo sí lo hizo, señalando que las investigaciones harán como resultado productos “de gran sabor” y con menos calorías”.

Antes esta situación, un accionista presentó una resolución ante la junta de directores de PepsiCo para adoptar una política que “reconozca los derechos humanos y utilice estándares éticos que no involucren usar los restos de seres humanos abortados en investigaciones privadas y compartidas así como en acuerdos de desarrollo”.

Debi Vinnedge, director ejecutivo de Children of God for Life, señaló que cada accionista tiene “el derecho a saber la verdad sobre lo que PepsiCo está haciendo con sus ahorros duramente logrados”.

“La falta de respeto de PepsiCo a la sensibilidad moral pública solo ha servido para avivar el fuego y las amenazas al valor de las acciones, las pensiones de jubilación y las inversiones”, añadió. También dijo que “no hay nada ético o apropiado en la manera en la que están explotando los restos de niños inocentes abortados”.

Children of God for Life ha respondido a esta situación convocando a un boicot para dejar de adquirir los productos de PepsiCo.

HazteOir.org, la plataforma ciudadana en España, ha hecho eco de esta convocatoria e informó que el boicot se extiende desde Estados Unidos a la península Ibérica, Australia, Alemania, Irlanda, Escocia, Polonia y Reino Unido.

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