Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

jueves, 9 de enero de 2014

Biografía

El Poeta Campirano José Sobreyra Ortiz

José Sobreyra Ortiz nace en la hacienda de Queréndaro, el 19 de marzo de 1877. Sus primeros estudios los hizo con maestros particulares en dicha hacienda, en donde su papá era administrador. Sólo en algunos momentos recibió cátedra de literatura en el Colegio de San Nicolás, todos los demás estudios los hizo por sí solo, fué un auténtico autodidacta. Al repartirse la hacienda de Queréndaro tras la Revolución, Sobreyra se refugió en Morelia, y más tarde en la Ciudad de México, donde falleció en 1925.

En cuanto a su literatura, cultivó la poesía del campo a la manera de Othín, Delgado y Pagaza. Publicó Celajes y Sombras; Canciones campestres y Bocetos rústicos. A Sobreyra siempre se le ha reconocido como aquel mozo que poseía incubaciones de arte magnífico y lo sabía plasmar en sus letras. Presentamos aquí algunos de sus poemas con la intención de llegar a conocer a este poeta campirano, espero puedan disfrutar de su exquisita poesía.

Paisaje Rural

En el campo alienta el numen y la mente se fascina
con los célicos encantos de una gloria de impresiones
las joyantes arboledas son de flora los salones
mas suntuosos que un alcázar de princesa bizantina.
La cabaña que sonríe so el frondaje de una encina,
entre aromas y conceptos es albergue de ilusiones;
y el plañir del caramillo se desgranan las canciones
de felices rabadales que tramontan la colina.
Se diluyen los carmines del crepúsculo en el agua
y se truecan los esteros en relámpagos de fragua
que purpuran de la margen los candiles de basalto.
Y fingiendo serpentinas o fugaz plumosa nave,
con el triángulo de nieve de las alas, corta un ave
la sedeña encajería de las ondas de cobalto.

La Vida de la Granja

Horacio: ¡qué adorable la vida de la granja!
Las mieses, los pastores, la selva… ¡qué placer!
Los cisnes en la linfa de argento de la zanja,
mintiendo carabelas de nieve y socicler.
Serrano de gallinas: una de blonda franja
al cuello, es entre todas, la hurí de Chantecler;
un gallo con plumaje con oros de naranja,
espuelas al coturno y airón de canciller.
Un toro con melenas y cuernos de bisonte,
que agosta en el regazo prolífico del monte,
untada la piel bruna de tintes de arrebol…
Y sueño con un mármol que Fidias escupiera
para los embelesos de artista que tuviera
el genio de Cervantes y el alma de querol.

La Calandria

Luce corpiño de oro y fusco terciopelo
y es cítara con alas en la salceda fosca;
su nido hecho con hebras de tul, se desenrosca
y cuelga del follaje menospreciando el suelo
Es su morada el bosque –visión del dulce anhelo-
se oyen rezos de abejas; zumba el pájaro mosca
empina la campánula su flor de añil al cielo.
Y en esa babilonia de arrullos y colores
-alcázar donde incuban idílicos amores-
vuelca su cornucopia de luz la poesía.
¡visión de dulce anhelo! Y la calandria de oro,
tañe, tañe su flauta y es su cantar sonoro,
la nota más salvaje de la salceda umbría.


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