Roberto Villaseñor Espinosa
Este poeta nació en Jiquilpan el 9 de marzo de 1927. Hizo sus primeros estudios en su pueblo natal, para después ingresar en la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde realizó la carrera de Licenciado en Historia. Terminada la carrera, prestó el servicio de catedrático en la misma institución, impartiendo materias propias de su especialidad.
Villaseñor siempre se caracterizó por ser un constante promotor de los actos culturales en Jiquilpan: certámenes, concursos, exposiciones, etc. Enamorado de su ciudad, Villaseñor compuso canciones en donde la exalta, como la que grabó en un disco y que tituló Jiquilpan en marzo. En este cántico, Villaseñor manifiesta el dolor por la muerte de su esposa María de Jesús Magallón, poetisa a la que le dediqué el artículo pasado.
Son famosas, además, las Calaveras de Villaseñor, en las que desfilan personajes famosos y muy conocidos de Jiquilpan.
Jiquilpan en Marzo
Jiquilpan en marzo,
de ensueños vestida;
arco donde guardo
una tierna ilusión.
Te cubren los besos
de las jacarandas,
leves como el llanto
de un viejo dolor.
Jiquilpan en marzo,
novia florecida,
donde aquel encuentro
nos hizo forjar
un mundo de ensueños
que se deshojaron.
Yo hubiera querido
nunca despertar...
¡Qué breve fué el tiempo
de nuestra aventura!
¡Qué corto aquel año
de felicidad!
Cuando me entregaba
su inmensa ternura,
la rosa más pura
de su alma sin par.
Pero estaba escrito
que no sería mía,
que pronto se iría
para no volver.
Antes que las flores
de las jacarandas
volvieran de nuevo
a besar sus pies.
Jiquilpan en marzo,
de ensueños vestida;
arco donde guardo
una tierna ilusión.
Te cubren los besos
de las jacarandas,
leves como el llanto
de un viejo dolor.
Jiquilpan en marzo,
novia florecida,
donde aquel encuentro
nos hizo forjar
un mundo de ensueños
que se deshojaron.
Yo hubiera querido
nunca despertar...
¡Qué breve fué el tiempo
de nuestra aventura!
¡Qué corto aquel año
de felicidad!
Cuando me entregaba
su inmensa ternura,
la rosa más pura
de su alma sin par.
Pero estaba escrito
que no sería mía,
que pronto se iría
para no volver.
Antes que las flores
de las jacarandas
volvieran de nuevo
a besar sus pies.
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