¿Existe la “Mala Hora”?
Por : R M P
Se dice que la “mala hora”, es hermana de la casualidad. Puede ser, lo cierto es que existe, aunque algunos no lo crean. Nuestros antepasados si creían en la fatídica Mala Hora. Por eso, nos recomendaban que al levantarnos por la mañana, antes o después de persignarnos en súplica a Dios, le pidiéramos: “LÍBRANOS SEÑOR DE LA MALA HORA”. Sobre este peligro me he puesto a reflexionar y creo yo que esa Mala Hora se le deja venir a la persona, cuando menos la espera. Por ejemplo: hace varios años yo, y una hermana mía tomamos un carro de la Línea Corsarios del Bajío con destino al D.F. Mas allá de San Juan del Río, ví clarito que un autobús de la Línea Tenango del Valle, de esos trompudos que les dicen “polleros”, por rebasar a otro carro invadió nuestro carril a una distancia tan cercana que no pudieron los operadores evitar el choque. Todos nosotros salimos golpeados, menos los pasajeros del autobús.
Afortunadamente, no hubo muertos. Días después del accidente, me decía yo: “fué la mala hora”; con tres minutos que cualquiera de los dos vehículos se hubiera adelantado o retrasado, no hubiera pasado nada. Otro caso estrujante ocurrió a unos cuantos metros de la Carnicería de don Miguel Pizano, en la Calzada Heroico Colegio Militar, sucedido al Sr. Gilberto Cardozo. Estando este señor sentado en una pequeña banquilla al pie de un arbolito cuidando a su perrito, pasaba por la misma acera un individuo conduciendo un perro. En cosa de segundos, el perro de este hombre agredió al perrito del Sr. Cardozo. Ambos hombres se hicieron de palabras y vinieron las palabras ofensivas. El tipo del otro perro, sacó su pistola y en decir “¡Jesús!”, de dos balazos mató al Sr. Cardozo, quedando muerto por fuera de su casa. Todo Salvatierra supo esta fatal desgracia.
Yo me dije; “He ahí la Mala Hora”. Sí, porque en este caso, podemos decir: ¿Por qué el Sr. Cardozo debía estar sentado con su mascota a esa hora y en ese lugar? ó ¿Por qué había de pasar el criminal a esa misma hora y por esa misma banqueta? ¿Por qué no pasaba por la banqueta de enfrente de la Calzada Heroico Colegio Militar? En fin, se pueden citar miles de casos semejantes que suceden en lo individual y en lo colectivo. Todos los días, los periódicos informan de tragedias de este tipo que suceden en todas partes.
Y así como existe La Mala Hora, existe también la “buena hora”. Por ejemplo: cuando caminamos por una calle y nos encontramos tirada una cartera con algunos miles de pesos. Cuando algún hombre joven y soltero, se le ocurre ir a la pista de baile y allí conoce a una muchacha. Ella también lo mira y en ambos nace en su corazón la llama del Amor. Se hicieron novio, se casaron y fueron muy felices. Esa pareja bendice el lugar donde se conocieron. Cuánta razón tenían nuestros padres y abuelos al enseñarnos desde niños a decirle a nuestro Padre Dios: “Señor Omnipotente, líbrame de la Mala Hora y guía mis pasos por el camino de la Buena Hora”. Y antes de empezar nuestras labores, suplicarle en nuestro pensamiento: “Señor, ilumíname y líbrame de todo mal, Amén”.
También es muy bueno llevar en nuestro cuello o en la cartera la protección de una medalla bendita del santo de nuestra devoción, para librarnos de las acometidas del demonio. Por otra parte, afinar nuestro comportamiento y ser conscientes de que nos movemos dentro de una sociedad donde andamos revueltos los buenos y los malos.
Asimismo, es conveniente no irritarnos cuando alguien nos ofende procurando serenarse, más bien, ser calmado y hablar con mesura, pero sin mostrar miedo, pues dice un dicho: “Lo cortés no quita lo valiente”. En el caso de que nuestro interlocutor insista medio alterado en sacar adelante su necedad, lo que se debe hacer es muy sencillo: déle la razón. Esto es como desarmar, quizá mas tarde reflexione y cambie de opinión. Al respecto, usted puede estudiar el famoso libro titulado: “Como ganar amigos e influenciar a los demás”, escrito por el eminente psicólogo norteamericano Dale Carnegie. Contiene una serie de reglas y estrategias para evitar toda clase de malos entendidos con los demás, pues hay muchos enfermos de neurastenia y fuertes problemas psicológicos, que al ser reconvenidos o contradecidos, de inmediato montan en cólera y nada se puede arreglar con ellos hasta que se les pase el absceso difícil de contener. Para ello, tenemos qué saber manejarlos con la técnica apropiada que nos enseña el referido Psicólogo Dale Carnegie.
Pero, independientemente de cualquier estudio, es preciso encomendarnos a DIOS NUESTRO SEÑOR, POR LA MAÑANA Y POR LA NOCHE, en rogativa para que nos libre “DE LA MALA HORA” a nosotros y a nuestra familia. Amigo lector: ¿Te gustó el tema? Es verdad que todo esto es muy interesante.
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