Miguel Aceves Mejía
(El rey del falsete)
Intérprete y actor mexicano conocido como el rey del falsete. Fué estrella del cine mexicano en la época de oro y está considerado por los especialistas como pilar fundamental de la canción campirana mexicana y para muchos, el más grande de sus intérpretes. Sus interpretaciones abarcaron todos los géneros folclóricos de la nación azteca.
Desde una perspectiva puramente histórica y a diferencia de otros grandes artistas de la época de oro, Miguel Aceves Mejía no tuvo la “suerte” de morir joven y en plena gloria; tal vez por ello no llegó a ser un mito, y su nombre, al igual que su inmenso legado como cantante, ha quedado a veces, injustamente relegado a un segundo plano.
Se destacan entre sus éxitos: La barca de Guaymas, El pastor, La del rebozo blanco y Se me hizo fácil, así como: Yo tenía un chorro de voz, Vaya con Dios, La Malagueña, El Jinete y Cuatro caminos. Como compositor produjo El pescado nadador y Oh, gran Dios, aunque su fuerte fué la interpretación. Intérprete y actor, Miguel Aceves Mejía nació en Chihuahua el 15 de noviembre de 1915. Comenzó su actividad artística en una compañía teatral ambulante, y en 1938, registró su primera grabación secundado por el trío Los Porteños. Esta actividad la alternaba con su trabajo de mecánico automotriz, en la ciudad de México.
En su repertorio inicial se cuenta boleros y ritmos afrocubanos. A partir de 1948 se dedicó exclusivamente al género ranchero y tras la muerte de Jorge Negrete y Pedro Infante, incursionó en el cine, interviniendo en 60 películas. Grabó más de mil canciones en 90 discos que abarcaron todos los géneros folclóricos de México. El gerente de catálogo de Sony-BMG, Jorge Ibarra, quien mantuvo con Aceves Mejía una relación amistosa y profesional desde 1967, estuvo con él unos días antes de su muerte.”Sólo se comunicaba apretando las manos”. Lo último que publicaron de él fué un álbum con un DVD y un CD, titulado “Las número 1 de Miguel Aceves Mejía”, con 25 grandes éxitos.
Siempre estuvo en la disquera RCA Víctor, a la que llegó en 1945. Fueron 61 años de ser artista exclusivo. Muchas canciones suyas se pasaron de grabación de pasta a cinta magnetofónica y otras se perdieron. Fué uno de los artistas que más han grabado. Compuso El pescado nadador y Oh, gran Dios. Su fuerte no fué la composición, pero brilló como intérprete. “Sus discos se siguen vendiendo, como los de Amalia Mendoza La Tariácuri, en grandes volúmenes, cada vez que sale uno se superan 8 mil ó 10 mil unidades. Grabó unos 35 LP, aunque muchas canciones se quedaron en discos de 45 RPM y otros en pasta dura de 78 RPM”.
Para Ibarra, Aceves Mejía es considerado, con Jorge Negrete y Pedro Infante, uno de los tres grandes de la época dorada de la canción ranchera. “Nadie mejor que él llevó la música ranchera al exterior. Fué el primero que la hizo triunfar, aunque en algunos países había estado antes Jorge Negrete. Aceves Mejía no se inició como cantante de ranchero, pues en 1945 cantaba boleros y tangos. Empezó a grabar rancheras en 1948. Algunos conocedores, como Rubén Fuentes, descubrieron sus cualidades”.
El gerente de Sony-BMG destacó la impresión de verlo con sondas y débil en la habitación 401 del Santa Elena. Su esposa, la argentina Rita Martínez, apenas podía comunicarse de la impresión. Recuerdo su alegría cuando vió su disco de la colección “Las cien grandes de RCA”, en la Hacienda Los Morales, en 2001. Pero hace tres años y medio comenzaron a complicarse sus afecciones. Tanto que Juan
Perea, su asistente, es quien cobraba las regalías.
Ibarra agregó que Aceves Mejía “conquistó” primero que nadie en México a los argentinos. Jorge Negrete llevó la canción ranchera por primera vez, pero fué él quien provocó el boom en 1951. Llenaba todos los lugares donde se presentaba. El huapango “Ruega por nosotros”, un tipo de baile melodioso que se ejecuta taconeando, lo convirtió en amigo personal del entonces presidente de Argentina el general Juan Domingo Perón. En España también fué grande; ahí la versión “No volveré”, de Aceves Mejía, fué un éxito de dimensiones mayores.
Nació en Ciudad Juárez, aunque sus padres eran de los Altos de Jalisco. Sus duetos son inolvidables, como los que hizo con Libertad Lamarque, Marco Antonio Muñiz y Pedro Vargas. Como actor… no era su fuerte. Fué el creador del falsete (nota falsa) y lo oficializó mundialmente. Los huapangueros también se echaban su falsecito, pero quien lo perfeccionó y lo proyectó fué Aceves Mejía. Luego lo reforzó con el mariachi.
Para Ibarra, “Aceves Mejía fué un hombre hecho en la vida. No tuvo título universitario, pero estudió cuando cursar la primaria era equivalente a secundaria o preparatoria de ahora. Sabía mucho, pero de la vida. Fué muy noble. En 1968 iba con mucha prisa a la RCA, en Cuitláhuac; lo abordaron varios muchachos, a quienes les dijo que no podía atenderlos. Regresó y les dió 20 pesos a cada uno, y ordenó que les dieran un disco. Así era él. Les dijo: “Esto les va a servir más que las rayas que hago yo”.
Es difícil decir cuáles son sus mejores canciones. La más representativa fué La Malagueña, pues fué la más difundida. Pedro Infante y Jorge Negrete grabaron temas que estuvieron primero en la voz de Aceves Mejía. Él dió a conocer a José Alfredo Jiménez. La obra del autor de Camino de Guanajuato la difundió nacional e internacionalmente Miguel Aceves Mejía. Junto a Rubén Fuentes, inició una auténtica revolución musical a principios de los cincuenta que marcaría para siempre la canción ranchera.
Fué quien grabó, primero que nadie, “El jinete” de José Alfredo Jiménez. Luego siguieron “Ella”, “Guitarras de media noche”, “Serenata huasteca” y muchas más. Otro éxito fué “Virgen de Zapopan”. Su segundo disco ranchero fué con sólo temas de José Alfredo. También dió a conocer a Tomás Méndez, con “Gorrioncillo pecho amarillo”. Siendo uno de los últimos ídolos de la época de oro, falleció el lunes 6 de noviembre de 2006 en el Hospital Santa Elena del Distrito Federal, a la edad de 90 años, luego de permanecer dos semanas en el nosocomio, afectado por neumonía.
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