Virgencita Morena
Virgencita morena de Guadalupe,
la criatura más bella de toda la creación,
la Estrella más brillante del universo,
es la Reina del Cielo, es la Madre de Dios.
Virgencita morena de Guadalupe,
escúchame un momento, pon atención,
porque Tú eres mi madre, por eso vengo a cantarte,
te canto con el alma y todo el corazón.
Virgencita morena de Guadalupe,
te alabo porque eres Madre de Dios,
te alabo porque eres Reina del Cielo,
porque así lo quiso Jesús nuestro Señor.
Virgencita morena de Guadalupe,
cuántas cosas bonitas dicen de ti,
aquellos que te invocan Tú los escuchas
porque no hay otra madre que sea mejor que Tú.
Virgencita morena de Guadalupe,
quisiera pedirte que en tu oración
que ruegues por tus hijos que sufren tanto
en el cuerpo, en el alma y el corazón.
Virgencita morena de Guadalupe,
la criatura más bella de toda la creación,
la Estrella más brillante del universo,
es la Reina del Cielo, es la Madre de Dios
es la Reina del Cielo, es la Madre de Dios.
Letra y Música:
R H R
Lupe Lupita
Por amor has bajado del cielo Lupita,
del alma.
Por amor porque así lo ha querido
nuestro Padre Dios
por querer salvar a tus hijos
de todo peligro
porque los amas tanto
con todo tu corazón.
Dichoso el hombre que está protegido
por tan buena madre,
si Nuestra Señora de Guadalupe
es su protección,
no habrá tormenta que sea suficiente
para derribarlo
si tiene una madre que lo ama
de corazón.
Santo Dios mira qué pensabas
al darnos tu madre
la criatura más buena y hermosa
de la Creación
con tan gran regalo todos los humanos
estamos en deuda
sólo pagaremos amándola tanto
como lo haces Tú.
Lupe, Lupita, eres Tú la Reina
de los mexicanos
y de los hermanos que vienen de fuera
de cualquier nación.
por eso te amamos y siempre aclamamos
a tu Santo Nombre
y por ti llegamos a Cristo tu Hijo
nuestra salvación
y por ti llegamos a Cristo tu Hijo
Dios nuestro Señor.
Letra y Música:
R H R
Virgencita morena de Guadalupe,
la criatura más bella de toda la creación,
la Estrella más brillante del universo,
es la Reina del Cielo, es la Madre de Dios.
Virgencita morena de Guadalupe,
escúchame un momento, pon atención,
porque Tú eres mi madre, por eso vengo a cantarte,
te canto con el alma y todo el corazón.
Virgencita morena de Guadalupe,
te alabo porque eres Madre de Dios,
te alabo porque eres Reina del Cielo,
porque así lo quiso Jesús nuestro Señor.
Virgencita morena de Guadalupe,
cuántas cosas bonitas dicen de ti,
aquellos que te invocan Tú los escuchas
porque no hay otra madre que sea mejor que Tú.
Virgencita morena de Guadalupe,
quisiera pedirte que en tu oración
que ruegues por tus hijos que sufren tanto
en el cuerpo, en el alma y el corazón.
Virgencita morena de Guadalupe,
la criatura más bella de toda la creación,
la Estrella más brillante del universo,
es la Reina del Cielo, es la Madre de Dios
es la Reina del Cielo, es la Madre de Dios.
Letra y Música:
R H R
Lupe Lupita
Por amor has bajado del cielo Lupita,
del alma.
Por amor porque así lo ha querido
nuestro Padre Dios
por querer salvar a tus hijos
de todo peligro
porque los amas tanto
con todo tu corazón.
Dichoso el hombre que está protegido
por tan buena madre,
si Nuestra Señora de Guadalupe
es su protección,
no habrá tormenta que sea suficiente
para derribarlo
si tiene una madre que lo ama
de corazón.
Santo Dios mira qué pensabas
al darnos tu madre
la criatura más buena y hermosa
de la Creación
con tan gran regalo todos los humanos
estamos en deuda
sólo pagaremos amándola tanto
como lo haces Tú.
Lupe, Lupita, eres Tú la Reina
de los mexicanos
y de los hermanos que vienen de fuera
de cualquier nación.
por eso te amamos y siempre aclamamos
a tu Santo Nombre
y por ti llegamos a Cristo tu Hijo
nuestra salvación
y por ti llegamos a Cristo tu Hijo
Dios nuestro Señor.
Letra y Música:
R H R
La Historia de un Amor
Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando esté se apaga, en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio.
El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relató lo siguiente:
-Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó.
Mi padre la alcanzó, la levantó como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital. Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido. Durante el sepelio, mi padre no habló, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. en un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas.
Él, pidió a mi hermano teólogo que le dijera dónde podría estar mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó cómo y dónde estaría ella. Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió que lo lleváramos al cementerio; eran las once de la noche, pero a él no le importó y sin más tuvimos que conducirlo hasta aquel lugar.
Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador y con una linterna llegamos a la lápida. Mi padre la acarició, lloró y nos dijo a sus hijos que veíamos la escena conmovidos: “Fueron 55 buenos años… ¿saben?, nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así”.
Hizo una pausa y se limpió la cara: “Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis, cuando cambié de empleo”. Continuó: “Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad y perdonamos nuestros errores… Ahora que estoy frente a su tumba, le doy gracias a Dios por haber sido yo quien padeciera este dolor, porque no me hubiera gustado que ella viviera esta angustia”.
Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lágrimas. Después de unos instantes, pidió que volviéramos a casa.
Esa noche entendí lo que es el verdadero amor. Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver mucho con el erotismo, más bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas. Desde entonces entendí que sí existe el amor verdadero.
“El matrimonio es el resultado del amor, como el vinagre del vino”
Lord Byron
Tomadas del Libro: “Reflexiones y Pensamientos
para lograr un Matrimonio Feliz”
Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando esté se apaga, en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio.
El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relató lo siguiente:
-Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó.
Mi padre la alcanzó, la levantó como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital. Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido. Durante el sepelio, mi padre no habló, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. en un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas.
Él, pidió a mi hermano teólogo que le dijera dónde podría estar mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó cómo y dónde estaría ella. Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió que lo lleváramos al cementerio; eran las once de la noche, pero a él no le importó y sin más tuvimos que conducirlo hasta aquel lugar.
Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador y con una linterna llegamos a la lápida. Mi padre la acarició, lloró y nos dijo a sus hijos que veíamos la escena conmovidos: “Fueron 55 buenos años… ¿saben?, nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así”.
Hizo una pausa y se limpió la cara: “Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis, cuando cambié de empleo”. Continuó: “Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad y perdonamos nuestros errores… Ahora que estoy frente a su tumba, le doy gracias a Dios por haber sido yo quien padeciera este dolor, porque no me hubiera gustado que ella viviera esta angustia”.
Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lágrimas. Después de unos instantes, pidió que volviéramos a casa.
Esa noche entendí lo que es el verdadero amor. Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver mucho con el erotismo, más bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas. Desde entonces entendí que sí existe el amor verdadero.
“El matrimonio es el resultado del amor, como el vinagre del vino”
Lord Byron
Tomadas del Libro: “Reflexiones y Pensamientos
para lograr un Matrimonio Feliz”
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