Editado el contenido de la revista "Por Amor al Arte" del Maestro Mario Carreño Godinez

viernes, 17 de diciembre de 2010

Libro

Vive tu Vida y Se un Genio


La Economía Usurpadora


El materialismo de ambos obliga a magnificar la economía injustamente, como el valor básico humano. El comunismo llega hasta a creer que ella constituye el motivo radical del movimiento histórico y de ella hace depender los otros valores superiores. No ha caído en la cuenta de la diferencia que existe entre ser causa y ser condición. La economía podrá ser acaso una condición para realizar con mayor comodidad la cultura, pero está muy lejos de ser la causa del espíritu. No es lógico pensar que una vez resuelto el problema económico automáticamente todo florecerá y los hombre se volverán geniales. No creo en el cuento de "buscad primero el reino de la economía y su justicia, que lo demás se os dará por añadidura,". Poco ganaremos con la prosperidad universal mientras haya hombres malos: envidiosos, intrigantes, iracundos, intemperantes, celosos, agresivos; la infelicidad seguirá imperando sobre la tierra.

Hay que establecer un régimen económico justo, pero no se espere de ello demasiado; es más efectivo componer el mundo desde arriba, desde la moral, que desde abajo, desde la economía; arreglando la moral, hasta la economía se compone, pues una de las normas morales exige la realización de la justicia social. En cambio, si se deja de lado la ética, ¿qué adelantaríamos con un régimen perfecto en su teoría económica, si el pueblo siguiera con sus vicios y los gobernantes fueran injustos, ambiciosos y crueles? Si en este cambio de estructura social que se avecina no ponemos la moralidad, en vez de la economía, como meta suprema, estaremos perdidos.

El Paraíso Comunista


Ciertamente, Marx supone que en la última etapa de la evolución, la del paraíso comunista, los hombres habrán renunciado a su egoísmo y seremos algo así como santos. Pero es una suposición gratuita. Además, para alcanzar tal nivel paradisíaco, hay que soportar antes la dictadura del proletariado, que mejor debiera llamarse la dictadura sobre el proletariado, cuya duración no está bien fijada y pudiera durar siglos, pues el paso al paraíso está condicionado por la mencionada renuncia a todo egoísmo. Oigan ustedes, si es hasta entonces cuando dejaremos la dictadura, tendremos para rato, hasta el Día del Juicio.

Psicológicamente, esta condición es imposible: en el hombre el interés propio es un instinto básico, y en la Historia apenas unos cuantos santos con esfuerzos inauditos han logrado medio sobreponerse a ese imperativo de la naturaleza. ¿Cómo esperar que una nación entera, o el mundo todo, sea de santos? El paraíso comunista no está al alcance del hombre. Me atrevo a afirmar que se nos hizo una promesa con dolo. El paraíso es el queso de la ratonera que no alcanzamos, pero sí nos cae encima el resorte estrangulador de la dictadura.

Ésta es la verdad: se promete comunismo y sólo se da despotismo de un grupo de políticos. Ya vemos que de hecho las naciones socialistas se han fijado con clavos en esa etapa; transcurren los decenios y ya ni se habla de transitar al comunismo; en lugar de empezar a abolir la fuerza del gobierno, cada vez se hacen más burocráticas. Creo que la meta verdadera es la dictadura. ¿No han sospechado ustedes si nos habrán engañado los teóricos y los líderes ambiciosos prometiéndonos el queso del paraíso, y por candidez nuestra, allá vamos de cabeza a la ratonera de la dictadura interminable?

Tomado del Libro: "Vive tu Vida y se un Genio"
de: Emma Godoy

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